Paleo, el general que sabe más que decir “nĭ hăo”

14 enero, 2021

El general del Ejército Argentino Juan Martín Paleo posa sobre el periodista una mirada serena, atenta e imponentemente sólida. Es el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, la máxima autoridad militar por debajo del ministro de Defensa. Habla chino, es la primera vez que un cargo así lo hace en Argentina. Y dialogó con DangDai (*).

Esa misma mirada, difícil de olvidar, deben recordar los miembros del Gobierno de China, los funcionarios y los militares chinos con quienes trató entre 2012 y 2014, cuando fue agregado militar de la Embajada argentina en Beijing —el embajador era Gustavo Martino.

También habrán aprendido que así mira un argentino los profesores, los mozos, los médicos, los guardas de los trenes, con quienes trató, porque Juan Martín Paleo se sumergió en China.

De origen comando, e instructor de comandos, paracaidistas, ex jefe de Operaciones Especiales del Ejército, cuando le fue comunicado que debía ir al país asiático, Juan Martín Paleo acató la misión con la contracción a la orden que debe tener un militar. Sin embargo, hubo algo más que disciplina. El militar sintió entusiasmo por conocer China.

Hay casualidades que son tan significativas que demandan una explicación y hacen presentir que sus consecuencias serán especiales. Quizás es algún tipo de augurio que el militar que habla chino entre todos los militares argentinos, sea el jefe de todos los demás, tanto como que el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Argentina hable el arduo idioma del país que se está transformando en un fenomenal polo del mundo.

Lo cierto es que Juan Martín Paleo abrazó su destino con tanta firmeza y buena disposición que decidió comenzar a estudiar el idioma antes de viajar, y además contagió el entusiasmo a su esposa. Los dos comenzaron a tomar clases de idioma y cultura china con María Esther Malena, hija del coronel Jorge Idalo Malena, el primer agregado de Defensa que tuvo Argentina en Beijing, en 1979-1982, y hermana mayor de uno de los máximos expertos argentinos en China, el catedrático Jorge Malena. La profesora fue contratada por el Estado Mayor General del Ejército.

En Beijing se integró a la vida de los agregados militares. Se encontró con la mayor concentración de agregados militares o de Defensa de todo el mundo (unos 220), organizados en la Beijing Military Attached Commission (BMAC), dividida por continente (el latinoamericano es AgreMiLa) y que es la base de una articulación bien aceitada con el Ejército Popular de Liberación, las Fuerzas Armadas chinas. “En esa institución, que era como una Torre de Babel en miniatura, me encargué de organizar actividades deportivas y otros eventos, la vida social y el intercambio profesional fueron muy intensos. La experiencia personal y profesional fue interesantísima”, dice Paleo en una entrevista con DangDai en su despacho del Edificio Libertador.

Instalado en China, continuó estudiando el idioma, lo que incluía prácticas,” paseando por la calle en el barrio de Sanlitun, tomando un café o viajando en taxi o por el transporte público. Hasta aprendí a regatear en los mercados y a leer los mapas en chino”, evoca. Llegó a aprobar los exámenes de nivel de HSK I y II.

Llevó a su mujer y sus hijos a conocer cada lugar que pudo visitar de la vasta China. Cada sitio le renovó las ganas, en cada restaurante le encantaba emprender la aventura de entenderse con mozas y mozos, para constatar una y otra vez que “el idioma es difícil, pero al final resultaba fácil entenderse porque ellos tenían tantas ganas de hacer relación… Y si resultaba que no nos entendíamos, lo mismo se creaban momentos de amistad que aún me acompañan”.

Cuando llegó a Beijing, en septiembre de 2012, tres meses antes que el resto de la familia, para preparar el terreno y dar tiempo a cerrar el año a su esposa e hijos, reemplazó al entonces coronel Santiago Ferreyra en el cargo diplomático. Ferreyra también era comando (“quizá eso influyó, para dar alguna continuidad al perfil del agregado”, dijo Paleo), y quien luego llegaría a ser general y subjefe del Ejército.

“Toda la familia acompañó. De los tres hijos –cuenta el entrevistado–, el caso del mayor fue quizá el más complicado, porque ya estaba en la Universidad; en el del medio, fue más calzado porque justo terminaba la secundaria, y con el más chico también muy fácil la adaptación. Todos aprendieron el idioma (los mayores en la Facultad de Idiomas de Universidad de Beijing), y además de conocer gente de todo el mundo y generar lazos de amistad duraderos con compañeros de Tanzania, Bangladesh o Sri Lanka, con quienes luego hasta han intercambiado visitas, mis hijos se adaptaron tanto que ahora, ya más grandes, agradecen porque tienen oportunidades laborales o de vínculos con China”. Por un penoso trance familiar, Paleo supo también de la solidaridad y amistad de muchos chinos que ayudaron y fueron solidarios con la familia.

Tras su experiencia diplomático-militar, el general Paleo viajó otras veces a China, por ejemplo cuando debió ir para ser parte de los preparativos y de la recepción del viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en enero de 2015, ya que todavía no había habido reemplazo en la agregaduría de Defensa, o cuando fue a negociar acuerdos de Fabricaciones Militares (ver recuadro).

A los comandos como usted le dicen “come víboras”, pues como parte del entrenamiento los largan sin víveres a hacer supervivencia. ¿Comió cosas así en China?, le preguntó DangDai.

— ¡Comí de todo, hasta sopa de tortuga! De hecho, una de las cosas que más me gustó, y nos gustó a todos, fue la gastronomía, la enorme diversidad y variedad. Tuvimos un gran maridaje con la cultura china, nos sentimos totalmente identificados. En casa se cocinaba al uso chino mediodía y noche, y cada viernes íbamos con mi esposa, como rutina, a restaurantes étnicos, de diversas regiones, a probar esa gran variedad de comida que tienen, y de paso para practicar el idioma. Cada tanto íbamos a comer pasta o algo occidental, pero no era lo habitual. Otra cosa, a mí no me gustaba el picante, y allá aprendí a disfrutarlo.

Paleo con los directores periodísticos de DangDai, Gustavo Ng y Néstor Restivo.

Recuerda que una vez estaba muy congestionado, “una terrible congestión, y Guillermo Devoto, que entonces era el ministro encargado de Prensa de la Embajada (hoy está designado en el consulado argentino en Mumbai), y Santiago Martino, tan diplomático como tanguero, que estaba a cargo de Asuntos Culturales, me llevaron a comer una comida de la provincia de Henan tan picante (hasta un amigo mexicano amigo dijo, ‘esto pica’) que me barrió todo y curó inmediatamente ese cuadro que padecía. ¡Y ahora me gusta el picante!”.

Dice que los chinos “le escapan a la medicina química, van primero a lo orgánico, o a un té, o en ese caso, a la comida natural picante, que descongestiona todo. A mí me sacó toda la congestión en un momento.

Por otra parte, señala que los chinos “valoran mucho que uno haga un esfuerzo por hablar su idioma, y son muy solícitos para ayudar y atender muy bien, se esfuerzan para hacerlo”.

Sin dudas el conocimiento de la cultura china y de su idioma, así fuera coloquial, contribuyeron a la formación de Paleo, él los tiene como uno de sus tesoros. Curiosamente, su contraparte argentina, el agregado militar chino en la Embajada del país asiático en Buenos Aires, el coronel mayor Liu Chang, también habla muy bien español. En su caso, casi es bilingüe.

El general Juan Martín Paleo construyó su período como agregado militar en una misión que incluyó el contacto con China. Pudo tener un contacto superficial e intrascendente, pero la estrategia inteligente hubiera sido, tomando en cuenta el lugar que ocupa China en el mundo y que nuestro futuro está ineludiblemente relacionado con ese país, entablar una relación que nos diera a los argentinos el mejor conocimiento posible. Esto es lo que hizo Paleo.

Cooperación en defensa

Desde 2020, con el FonDef (el Fondo que por ley habilitó el gobierno argentino para financiar en forma garantizada y estable el presupuesto de Defensa, tan ansiado por las FF.AA.), las posibilidades de compra de materiales “son vastas y estudiaremos cada caso según la conveniencia nuestra”, así se trate de un proveedor de China, de Brasil, de Estados Unidos o de “cualquier otro oferente”, dice Paleo a DangDai.

Cuando fue agregado y en otros viajes a China, su rol principal en materia de negociaciones militares fue a nivel de empresas. En 2015, por ejemplo, Paleo viajó como parte de una misión. Fabricaciones Militares que evaluó comprar insumos a Norinco y otras empresas, como Xingxing, la naval CSOC o la aeronáutica Catic, en este caso para un proyecto de compra de helicópteros Z11, que finalmente no prosperó por temas de certificación aeronáutica, pero que se había negociado ensamblar en Argentina.

La idea, recuerda el general, era que Argentina “podía ser el lugar de servicios post venta para los negocios de China con toda Latinoamérica y África. Ese fue el esquema de cooperación que hablamos, que incluía a Tandanor para lo naval, FADEA para aviones y FFMM para equipos terrestres. Pero al cambiar el gobierno a fines de 2015, eso se interrumpió”.

Apenas se avanzó estos años en “compra de uniformes, algunos equipos electrónicos y un hospital de campaña” que se usó luego ante el Covid-19.

“Ahora con el FonDef está volviendo el interés con China. Pero la conducción política de la Defensa tiene una concepción muy clara de que tenemos que ser muy pragmáticos”, sostiene.

“En la guerra de Malvinas aprendimos que no podemos tener una dependencia como entonces teníamos… justamente con insumos británicos. No poner todos los huevos en una misma canasta”. China es “un gran oferente por calidad, capacidad de financiamiento, además de porque, interpreto, tenemos visiones del mundo comunes y somos muy complementarios, estratégicamente. Por eso nos interesa analizar productos como los vehículos 8 x 8 de Norinco. Pero hay otras ventanas: Brasil tiene el Guaraní que se hace aquí cerca, en Belo Horizonte, y con motor de IVECO de Córdoba. No es 8 x 8, es 6 x 6, pero es interesante también y Brasil también es un aliado natural de Argentina. En materia aeronáutica necesitamos renovar la flota de caza interceptores con un supersónico con capacidad de reabastecimiento en vuelo, dado el gran territorio argentino, que tiene mucho radio de acción. Ahí podemos ver los aviones JF17 de Catic, o incluso el J10, aunque todavía no está en venta en el exterior, es un caza de altísima performance. Y EE.UU. también ofrece oportunidades a través del programa FMS. O sea, estudiamos y resolveremos lo que más nos convenga”, dice Paleo.

Otras áreas de posible cooperación son un rompehielos para reforzar presencia y actividad en Antártida; un buque polar y otro tipo de embarcaciones, como fragatas y equipos para reforzar la capacidad submarina y antisubmarina, todo lo cual ahora está más al alcance con el FonDef., y un polo logístico en Tierra del Fuego para cooperación logística de cara a la  Antártida. “Se están evaluando otras opciones de financiación”, dijo.

Finalmente, está el intercambio de personal para capacitación, entre la Universidad de Chanping (que incluye seminarios cortos), la Escuela de Guerra de Nanjing y otras instituciones en Guangzhou, y en Buenos Aires la Escuela Superior de Guerra. Eso se ha mantenido todos estos años.

(*) Una versión resumida de esta entrevista fue publicada en nuestra revista impresa DangDai Número 30, este verano de 2021. Fotos de Leandro Teysseire

Categorías: Destacadas Política

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