La estación espacial de Neuquén y el cuento de la buena pipa

9 julio, 2025

Beijing volvió a desmentir el uso militar de la base de exploración del espacio profundo ubicada en la Patagonia. Su valor científico y la inspección que hizo el gobierno argentino en 2024.

Por Fernando Capotondo

En coincidencia con las cumbres del Mercosur y los BRICS, realizadas en los últimos días en América Latina, trascendió una renovada preocupación de Estados Unidos por la presencia de China en la región, y sus posibles consecuencias en materia de militarización y seguridad global . Uno de los aspectos que sorprendió fue que, entre los planteos esgrimidos, volvieron a hacer eje en la estación espacial que el país asiático opera en la provincia patagónica de Neuquén, un centro de investigación cuyo uso es estrictamente científico, según pudo confirmar el gobierno argentino tras inspeccionar las instalaciones en 2024.

“Este tipo de afirmaciones están llenas de prejuicios ideológicos, propios de una mentalidad de la Guerra Fría, y no tienen ni un solo elemento de verdad que las respalde”, fue la última desmentida del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian.

En efecto, al menos desde 2018 Beijing viene defendiendo el uso civil y científico de sus estaciones terrestres/espaciales en América Latina, con varios asteriscos a partir de 2023 cuando empezó a escalar el cruce de declaraciones con algunos gobiernos y medios occidentales.

Más allá de la posición del gobierno chino, es justo señalar que el carácter de estas instalaciones fue reconocido por distintos organismos internacionales, entre ellos el Comité de las Naciones Unidas para el Uso Pacífico del Espacio Exterior (COPUOS) y la Agencia Espacial Europea (ESA), que opera la Estación de Seguimiento de Espacio Profundo de Malargüe, en la provincia argentina de Mendoza.

Valor estratégico

Desde la comunidad científica internacional suelen destacar la importancia de la Estación de Espacio Profundo CLTC-CONAE-Neuquén, tanto en la exploración interplanetaria como en el desarrollo global. Ocurre que si bien permite el seguimiento de las misiones lunares y marcianas de China (como la Chang’e y la Tianwen), también aporta a proyectos de radioastronomía y observación del universo profundo que, según aclaran, benefician a toda la red mundial de investigadores.

Quizás sirva detenerse un párrafo para recordar que la construcción de la estación de Neuquén fue el resultado de más de una década de cooperación científica y tecnológica entre China y Argentina, una alianza estratégica que se consolidó gracias a los acuerdos logrados entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la Agencia China de Lanzamiento y Control de Satélites (CLTC), entre ellos el que se firmó en 2012 para la instalación de la base patagónica, que garantiza a la República Argentina acceder al 10% del tiempo operativo para investigaciones propias.

En este contexto, entre los investigadores argentinos no pasaron desapercibidos un par de gestos procedentes de Beijing que, según admitieron luego, tuvieron más valor simbólico que el mejor de los acuerdo: en 2020, la nave china Tianwen-1 destinada a Marte incluyó el logo de la CONAE junto a otros emblemas internacionales; y ese mismo año la nave Larga Marcha 5B (LM-5B) llevó una bandera argentina durante su misión de prueba al espacio, en agradecimiento por el apoyo de Buenos Aires al Programa Chino de Exploración Lunar.

Quizás, esta histórica cooperación bilateral fue la que permitió –en abril de 2024– la normal realización de una inspección para establecer si eran ciertas las denuncias sobre el lugar. Como informó en aquellos días la Cancillería argentina,  la delegación oficial que recorrió la estación pudo comprobar que se realizaban investigaciones y tareas de carácter estrictamente científico (vinculadas con el espacio profundo y el seguimiento de satélites), desestimando que se tratara de una supuesta base militar como se había deslizado al solicitar la inspección.

Para los que siguen de cerca el tema China, el resultado de aquella inspección se convirtió en una referencia ineludible cuando resurgen las especulaciones sobre los verdaderos objetivos de las instalaciones científicas del país asiático en la región. En este último caso, es preciso aclarar que la Argentina no fue el único país que quedó bajo un manto de sospechas, ya que también cayeron en la bolsa las estaciones de Amachuma y La Guardia (en Bolivia), El Sombrero y Luepa (en Venezuela), Cerro Calán (en Chile), Alcántara (en Brasil), y en forma indirecta (Iquitos, Lima, Piura, Pucallpa, Puerto Maldonado y Tacna (en Perú).

El contexto

En forma paralela a esta mirada sobre China, en la LXVI Cumbre de Presidentes del Mercosur, que concluyó la semana pasada en Buenos Aires, hubo un llamado a mirar más hacia Asia como el “centro dinámico de la economía mundial”, teniendo en cuenta que el comercio bilateral entre China y América Latina y el Caribe alcanzó 518.467 millones de dólares en 2024 y en la última década Beijing impulsó 268 obras de infraestructura en la región, creando un millón de empleos.

En forma paralela también, en la XVII Cumbre de BRICS, que finalizó este lunes en Río de Janeiro, se aprobó una declaración de Fortalecimiento de la Cooperación del Sur Global para una Gobernanza más Inclusiva y Sostenible, una iniciativa en la que China se mantiene como el primer destino de los 668.731 millones de dólares de exportaciones del Mercosur, por delante de la Unión Europea y Estados Unidos.

Fue en el medio de estos encuentros que reaparecieron los ensayos y opiniones sobre China y sus estaciones espaciales en la región. Un sinólogo seguramente lo analizaría como una acusación recurrente, que busca sonar verosímil a pesar de los hechos que la desmienten. Un observador, con más años encima, tal vez recordaría el cuento de la buena pipa, aquel juego de la trampa infinita que repetía la letra cualquiera fuera la contestación.

La pregunta era siempre la misma, porque la respuesta nunca importaba. Más o menos lo que pasa con la estación china en Neuquén.

Categorías: Ciencia y Tecnología

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