En un nuevo tomo de la serie “Xi Jinping: La gobernanza de China”, el presidente ofrece datos, análisis y directrices para que su país avance hacia un estado de bienestar general, habiendo superado la pobreza extrema y con el objetivo de una mayor igualdad.

Por Gustavo Ng. En su cultura, de continuidad milenaria, en la que pervive lo que han hecho todos los ancestros, los chinos encuentran la fuente de su unidad y su orgullo patriótico. La historia no fue hecha por “otros”, sino por “los nuestros”. La cultura tiene cierta cualidad sagrada y los libros, que concentran la inscripción de la cultura china en el mundo, son objetos basales. En la cultura actual de China, el pensamiento y la acción del presidente Xi Jinping, responsable de 1.400 millones de almas, tienen una importancia determinante. Se han multiplicado los institutos que estudian su pensamiento y, naturalmente, se van publicando libros que recogen sus palabras. Algunos conforman la serie “La gobernanza de China”, cuyo último tomo (el cuarto) fue publicado el año pasado.

El Departamento de Comunicación del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), el Instituto del Comité Central del PCCh para el Estudio de la Historia y Literatura del Partido y el Grupo de Publicaciones Internacionales de China compilaron 109 artículos, discursos, intervenciones, conversaciones y saludos realizados por Xi Jinping entre febrero del 2020 y mayo del 2022.

La obra está dividida en los temas “El socialismo con características chinas en la nueva era”, “Liderazgo general del PCCh”, “La gente primero”, “Afrontar los desafíos de frente”, “Respuesta a las epidemias y desarrollo socioeconómico”, “Hacia un país socialista moderno”, “Nueva etapa de desarrollo, filosofía y dinámica”, “Desarrollo de alta calidad”, “Más reformas y apertura”, “Democracia popular de proceso integral”, “Estado socialista de derecho”, “Cultura socialista avanzada”, “Bienestar público y progreso social”, “Armonía entre la humanidad y la naturaleza”, “Fuerzas Armadas Fuertes”, “Desarrollo y seguridad”, “Un país, dos sistemas y la reunificación nacional”, “Una comunidad global de futuro compartido”, “Gobernanza global y multilateralismo”, “Cooperación de alta calidad en la Franja y la Ruta” y “Autorreforma partidaria para la transformación social”.

Resultan de especial interés para América Latina los capítulos dedicados a la lucha contra la pobreza liberada por China en el camino hacia una “prosperidad común”, que no atenta contra la riqueza, pero tampoco excluye el objetivo de una mayor igualdad social.

La erradicación de la pobreza extrema

El libro presenta el discurso que pronunció Xi Jinping en la “Reunión Nacional de Balance y Exaltación de la Dura Batalla contra la Pobreza”, el 25 de febrero de 2021, el mes en que oficialmente China anunció que había erradicado la pobreza absoluta. Comprendiendo que estaba poniéndole palabras a un hito histórico, el secretario general del PCCh dijo que “la pobreza es un mal crónico que ha asolado persistentemente a la humanidad”, que “la historia de China es una crónica de la lucha del pueblo chino contra la pobreza” y que “escapar de ella se convirtió de esta manera en el sueño que el pueblo chino ha perseguido incansablemente”. Recordó que desde su fundación el PCCh nunca ha cejado en su aspiración del fin de la pobreza, estableciendo una reforma agraria y uniendo y conduciendo “al pueblo a desplegar de manera planificada y organizada la ayuda a gran escala a las zonas pobres para su desarrollo”. El tema ganó centralidad bajo la presidencia de Xi Jinping y en 2015 el Comité Central del PCCh estableció la estrategia de “seis precisiones”: identificar a los beneficiarios, diseñar los proyectos de alivio de la pobreza, administrar fondos, aplicar las medidas específicas para cada familia y enviar cuadros a las aldeas”.

El discurso enfatiza el agradecimiento a todos los que lucharon para que los últimos pobres dejaran atrás su condición. “Los cuadros encargados del alivio de la pobreza han trabajado por los demás a costa de sus propias familias”, dijo, y agregó: “han llegado a las montañas más altas, han recorrido los caminos más peligrosos, han visitado las aldeas más remotas y se han alojado con las familias más pobres.” También destacó que “en sus esfuerzos para fortalecer al PCCh y promover la erradicación de la pobreza, se han superado a sí mismos, haciéndose más combativos y cohesionados y aumentando significativamente su capacidad de gobernanza a nivel de base.”

Él mismo, desde que asumió la presidencia hizo más de 50 recorridos de inspección. “En este proceso”, dijo, “me he esforzado por comprender la situación real de pobreza” y “he hablado cara a cara con personas pobres sobre sus vidas hasta el más mínimo detalle”.

“Durante los últimos ocho años”, sintetizó Xi Jinping en 2021, “el Comité Central ha hecho de la erradicación de la pobreza la máxima prioridad de la gobernación del país”, y con ello, “nuestro país ha establecido un ‘ejemplo chino’ en la reducción de la pobreza y ha realizado aportes significativos a esta causa a nivel global”.

Por último, precisó que “desde la puesta en marcha de la Reforma y la Apertura, China ha sacado de la pobreza a 770 millones de habitantes rurales pobres, según los estándares nacionales vigentes, y ha contribuido a más del 70% de la reducción de la pobreza mundial durante este periodo, de acuerdo con el umbral de pobreza internacional del Banco Mundial.”

En el libro, Xi Jinping establece también que la erradicación total de la pobreza no fue un fin en sí mismo, sino que “supone una contribución clave al objetivo de culminar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada” en la búsqueda de la “prosperidad común”.

Hacia la prosperidad común

El libro presenta también el texto “Promover firmemente la prosperidad común”, del 17 de agosto de 2021, en el que Xi Jinping delinea la “prosperidad común” como “el enriquecimiento de la vida de las masas populares tanto en el sentido material como en el espiritual”.

Ofrece esta sentencia doctrinaria: “No es una prosperidad para una minoría, ni un igualitarismo rígido”, dejando en claro que la prosperidad sólo es aceptable si es común: “Debemos hacer de la consecución de la prosperidad común el centro de los esfuerzos del Partido para buscar la felicidad de todo el pueblo chino”.

Uno de los ejes del discurso es que la prosperidad común requirió sacar a todas las personas de la indigencia, así como plantea encaminar el desarrollo social hacia una mayor nivelación. El presidente reconoce que “existen grandes desigualdades tanto en el desarrollo como en la distribución de la renta entre las zonas rurales y urbanas y entre las regiones” y anuncia que para mediados de este siglo, “las diferencias entre los ingresos individuales y los niveles de consumo reales se reducirán a un rango apropiado”. De modo tajante, el presidente insta a los gobernantes chinos a “evitar la solidificación jerárquica social, dejando expeditos los canales para la movilidad ascendente”, así como a “crear una configuración de distribución razonable en la que todos reciban una porción justa del pastel”.

Reafirmando el compromiso del PCCh con las “dos no vacilaciones” (consolidar y desarrollar sin vacilación la economía de propiedad estatal, por un lado, y por otro estimular, apoyar y orientar sin vacilación el desarrollo de las economías de propiedad no pública) Xi Jinping establece un camino con pautas establecidas para la evolución de la sociedad china: reforzamiento del carácter “equilibrado, coordinado e inclusivo” del desarrollo, ampliación del sector de renta media, acceso equitativo a los servicios públicos básicos, mayor “regulación de las rentas altas”, apuntalar el patriotismo, el colectivismo y el socialismo y fomento la mejora en las zonas rurales.

El cuarto volumen de “Xi Jinping: La gobernanza de China” ha sido publicado en francés, ruso, árabe, español, portugués, alemán, japonés y chino tradicional. Tiene más de 700 páginas y está ilustrado con 45 fotografías de Xi Jinping realizadas desde inicios del 2020.