Claves financieras y desafíos y activos económicos de China

15 septiembre, 2022

Se realizó ayer con la exposición de dos expertos argentinos la actividad “China: comercio, economía y sistema bancario”, organizada por el Consejo Argentino Chino y la Cámara del Asia.

Hablaron José Bekinschtein, director de Comercio Internacional de la  Agencia de Inversiones argentina y exconsejero comercial de nuestro país en Beijing, y Maximiliano Postigo, experto en comercio transfronterizo y exgerente general del Banco Nación en China, donde reside en Shanghai hace muchos años.

Presentados por Ernesto Fernández Taboada y Martín Lo Coco, directivos de las entidades organizadoras, Postigo (foto de arriba) expuso sobre el sistema bancario chino y habló del sistema global financiero, de sus crisis históricas, su evolución y de cómo China se fue incorporando gradualmente al esquema internacional, desde su apertura y los primeros cajeros automáticos hasta todos los mecanismos de fintech, digitalización y criptomonedas (prohibidas en China, que privilegia el yuan digital) actuales. Hoy China, dijo, posee los 4 primeros bancos en el ranking global de instituciones bancarias, por valor de capitalización (ICBC, China Construction Bank, Agricultural Bank y Bank of China – el primero y el cuarto, con sucursal en Argentina).

Recordó que entre la Revolución de 1949 y las reformas de 1978 solo había un banco funcionando en China. Antes de 1949 había habido 28 bancos extranjeros y otros locales. Tras las reformas de Deng Xiaoping, el primero en regresar fue el Bank of Tokio, de Japón, en 1979. Luego comenzaron las transformaciones.

En su exposición, vinculó el crecimiento bancario chino y las mejoras en los sistema de intercambio de información bancaria global (Swift, BIC y otros mecanismos) a las formas de integración en curso, como la ampliación de los BRICS, que Postigo alentó, la importancia del Mercosur para China o la iniciativa de la Franja y la Ruta, como formas de expandir negocios por parte de Argentina (y otros países).

El experto, que en Shanghai fundó Pandabank, también aludió por ejemplo a la relación entre el renminbi (y la intención del Gobierno de usarlo en pagos globales) y el dólar, la apertura de fondos de inversión, la digitalización de pagos prácticamente total en China y muchos más avanzada que en países de Occidente en su alcance y aplicabilidad–mediante varias plataformas como AliPay (de Alibaba) o WeChatPay (de Tencent), entre otras-, los bonos Panda, los riesgos de burbujas especulativas y las regulaciones de capital y bancarias que hay actualmente en la República Popular.

Hay en definitiva, dijo, un “nuevo orden financiero global” y una especie de “Bretton Woods 2.0” con China como  jugador clave. Una pista para esos negocios la dan las directrices del plan quinquenal en curso, afirmó.

A su turno, Bekinschtein disertó sobre economía y comercio con China y también recorrió, desde la historia hasta la actualidad, para hablar de los activos y desafíos que plantea China y la relación con Argentina. Desde el “sistema tributario” que planteó el viejo imperio a sus vasallos, a través de la aceptación de hegemonía china para ser autorizado a comerciar, por varios siglos, para buscar armonía y paz con los vecinos.

Bekinschtein trató, entre otros temas, la iniciativa la Franja y la Ruta.

También profesor en la UBA y en la UTDT, el economista repasó luego el período de retroceso del país asiático por la expansión europea a partir del siglo XV, que derivó en un “nuevo equilibrio” del mundo. Y sobre la actualidad habló de las analogías o diferencias entre escenarios antiguos y presentes. La idea de proyección del poder a la usanza del viejo imperio chino, sin embargo, debe ser considerada, dijo. Agregó que antiguamente China llegó a tener 30% de la participación mundial en PBI medido por poder de compra. Hoy lidera esa variable, pero con 19%, todavía diez puntos menos (EEUU le sigue con 15%).

Luego, Bekinschtein dijo que algunos de los desafíos de China son el medio ambiente, las restricciones territoriales (difícil en términos de capacidad de producción de alimentos por su suelo y características geográficas), el limitado acceso al agua (7% de disponibilidad de agua dulce para 21% de la población mundial, estrés hídrico –extracción de agua dulce sobre consumo- de 43,2 versus 10,5 de Argentina, por ejemplo) y en consecuencias temas de abastecimiento alimentario para la mayor población del planeta (sobre lo cual también habló en términos de diversidad y de diferencias de desarrollo entre costa poblada y Oeste desértico, así como de los cambios demográficos y de envejecimiento surgidos de los cambios en las políticas de control de nacimientos). También, en lo bien coyuntural, lo que deriva de la política rígida contra el Covid en materia económica.

Los motores de su economía son la inversión (en el sector inmobiliario es fuerte, y puede llegar a generar burbujas, aunque se está “desinflando”) y en menor medida el consumo de las familias (pero relativamente bajo comparado con otros países, el Gobierno quiere incentivarlo), además de que las exportaciones y el superávit comercial siguen siendo importantes, aunque dependiente del escenario mundial, donde la situación es de “transformación de las cadenas de valor” y de “caída de importancia del comercio internacional”.

También habló, entre los activos chinos, de las fuertes apuestas a innovaciones tecnológicas en Inteligencia Artificial y otras industrias, de las alianzas y redes con Rusia y otros países asiáticos (donde originalmente se apuntó con la iniciativa de la Franja y la Ruta)  como por ejemplo con la Organización de Cooperación de Shanghai, con “grandes posibilidades de complementación económica”. 

Categorías: Economía

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