La Fundación CLEC —oficina regional de los Institutos Confucio para América Latina— organizó una teleconferencia para conmemorar 50 años de relaciones diplomáticas entre China tanto con Argentina como con México. Participaron académicos de la UBA, la UNAM y el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China.

AQUÍ, el video.

Jenny Acosta, directora del Instituto Confucio de la Universidad Nacional Autónoma de México; Guo Cunhai, director de la División de Sociedad y Cultura del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales y coordinador del Centro de Estudios Chinos y Latinoamericanos en Beijing, y Patricio Conejero Ortiz, director del Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires y secretario de Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires fueron los expositores este miércoles 18 de mayo.

En 1972 también Guyana y Jamaica iniciaron el camino para relacionarse con China; fueron los años en que, al establecer la ONU que era Beijing y ya no Taipei la representante de China, casi todo Occidente fue reconociendo diplomáticamente a la República Popular, y así se fueron sumando las naciones latinoamericanas y caribeñas.

Presentados los panelistas por Sun Mingyang luego de un saludo de invitación de Roberto Lafontaine desde la sede de CLEC en Santiago de Chile que él dirige, Acosta de la UNAM habló de los lazos sino-mexicanos en materia cultural y recorrió con una presentación ese camino de cooperación bilateral, desde el 14 de febrero de 1972, cuando Mao Zedong tuvo un encuentro con el presidente Luis Echeverría. A partir de ahí se firmaron más de 80 acuerdos entre ambos países. 2013 fue el año en que se rubricó la Asociación Estratégica Integral, mismo estatus que tienen Argentina y China, lo cual fue aludido a su turno por Conejero Ortiz de la UBA. México, continuó Acosta, es el segundo socio comercial más importante de China en la región y China es el segundo socio comercial de México en el mundo luego de EEUU. Más de 200 empresas chinas han invertido en México, dijo, y de las mexicanas en el país asiático se destaca sobre todo la de alimentos Bimbo. También fue mencionada la cooperación sanitaria de China en la pandemia y el hermanamiento entre ciudades, en ambos casos con cifras muy importantes.

Sobre educación y cultura, foros de rectores y académicos han sido muy frecuentes tanto en México como en China, así como cientos de becas cada año para intercambio de estudiantes de ambos países. En México hay 5 institutos Confucio con actividades de idioma centralmente pero también danza, literatura y otras expresiones artísticas. Y además de UNAM —con su centro de Estudios CeChiMex y otros espacios—, el Colegio de México, el Instituto Tecnológico de Monterrey, el Centro de Estudios China Veracruz y la Cámara de Comercio y Tecnología México-China son algunas de las instituciones más activas en el intercambio, informó.

Por su parte, el doctor Guo hizo una reseña de las vinculaciones de China con los países de la región, en especial en el intercambio académico, la importancia de esos lazos y el fuerte crecimiento que ha tenido estos años.

Y desde la Universidad de Buenos Aires y el ICUBA, Conejero —economista y especializado en internacionalización de la educación— hizo referencia al tema destacando el hecho de pensar la relación con China “de manera conjunta” a nivel regional.

Entre los elementos e hitos centrales del vínculo científico, educativo, cultural y tecnológico, sostuvo, están, además de la Asociación Estratégica Integral durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la instalación dela Estación del Espacio Lejano de China en Neuquén en ese mismo año de 2014, el programa de becas bilaterales de 2017, el reconocimiento mutuo de títulos de Educación Superior al año siguiente o, entre otros, el Centro Binacional del MinCyT de Argentina y la Academia de Ciencias Sociales  (CASS), hasta llegar a 2022 con la adhesión argentina a la Iniciativa la Franja y la Ruta.

También evocó la trayectoria de la UBA en las relaciones con China, en el marco del rol de las universidades con otros países, tanto “para compartir la construcción de pensamientos comunes” como porque son “elementos constitutivos” de los vínculos bilaterales en el más amplio sentido.