La Nueva Ruta de los libros
Libros Ref.
En la última edición de la Revista Dang Dai, Fernando Capotondo traza un mapa del “selecto grupo de bibliotecas especializadas, centros de estudios, editoriales independientes y librerías de culto” de Buenos Aires en las que se consiguen libros relacionados con China.
– Buen día, ¿tienen libros de escritores chinos?
– Sí, por supuesto. En aquella mesa hay varios de Murakami.
La confusión con el autor japonés es una respuesta que la mayoría de los lectores interesados en China tuvo el desplacer de escuchar, al menos una vez, en alguna librería de Buenos Aires. El inadmisible error forma parte de una larga carrera de obstáculos, que los devotos de la cultura china sólo logran superar por obra y gracia de cierto espíritu perseverante. Ocurre que el desconocimiento general, la limitada oferta de este tipo de obras y la dudosa calidad de no pocas traducciones, han obligado a los incondicionales de Mo Yan y Lu Xun a perfeccionar sus pacientes búsquedas de bibliografía de calidad. Así fue como descubrieron y juraron fidelidad lectora a un selecto grupo de bibliotecas especializadas, centros de estudios, editoriales independientes y librerías de culto en las que nadie osaría confundir la nacionalidad de un escritor. Sin proponérselo, trazaron el recorrido de un virtual mapa cultural que hoy parece expandirse con la llegada a la Argentina de dos importantes grupos editoriales chinos. Una noticia que, considerando su origen, bien podría definir el rumbo de una nueva ruta de los libros.
“La cultura china es tan distinta que la literatura se convierte en una excelente entrada para conocer este universo diferente”, suele señalar la semióloga especializada en literatura china, Lelia Gándara. Este espíritu es, precisamente, el que rodea a “That´s China Bookshelf”, una iniciativa para difundir bibliografía clásica y contemporánea que se puso en marcha en enero tras un acuerdo entre la Casa de la Cultura China, de la Universidad de Congreso, y China Intercontinental Press (CIP), una de las editoriales más importantes del gigante asiático, con un fondo editorial de más de 3000 títulos en veinte idiomas y vínculos comerciales en más de 200 países.
“Aspiramos a que la cultura china se comprenda y difunda más en la Argentina y viceversa. ¿Por qué hoy? Es una cuestión de tiempos chinos, hubo algún tipo de maduración sobre la necesidad de impulsar este tipo de iniciativa”, explica a Dang Dai Alejandro Razzoti, el director de la Casa de la Cultura donde funcionará el primer espacio editorial de estas características en nuestro país. En el lugar trabajan contrarreloj en la selección de un catálogo de más de trescientos libros traducidos al español, con obras que van desde la filosofía, la cultura y cuestiones de negocios hasta las “Joyas de la literatura china”, la vedette indiscutida de las colecciones que presentarán. Según tienen previsto, los libros estarán disponibles a partir del segundo semestre de 2018 en la sede de Callao 150, CABA, con la posibilidad de acceder a formatos electrónicos y plataformas digitales. Entre los primeros títulos confirmados se destacan “Teléfono móvil”, de Liu Zhenyun; “Corriendo por Beijing”, de Xu Zechen; “Mi marido Puyi, el último emperador de China”, de Wang Qingxiang; “Selección narrativa contemporánea china”, con cuentos de Jian Yun y Xiao Hang, entre otros; y “Selección narrativa contemporánea china”, con relatos de autores como Jiang Yun, Xiao Hang y Wang Shiyue.
“Le llegó el turno a América Latina”, agrega Víctor Francisco Luo, director de comunicaciones de Editorial Latin, la empresa local que se asoció con el Zhejiang Publishing United Group, de China, para la inauguración en septiembre de una librería y centro cultural “Bookuu” en el barrio porteño de Villa Urquiza.
El grupo chino, integrado por once editoriales y con un volumen de ventas de 3800 millones de dólares en 2016, también acordó con la Universidad Nacional de Mar del Plata la impresión de la primera edición en español de “Escritos del presidente Xi Jinping”, un libro que en China vendió más de tres millones de ejemplares y que se distribuirá en la Argentina en coincidencia con la visita del mandatario chino a la cumbre del G–20, a fines de septiembre de este año.
Como es previsible, la expectativa es que la llegada de estos grupos editoriales facilite el acceso a traducciones de calidad y potencie el enorme trabajo de difusión que se viene realizando, desde hace años, en distintas bibliotecas, centros de estudios y editoriales.
Hoja de ruta
Uno de los precursores en esta tarea fue el padre Ismael Quiles, jesuita y fundador de la Universidad del Salvador. En 1967 inauguró la Biblioteca de la Escuela de Estudios Orientales, considerada por muchos como el primer registro bibliotecario que se haya sistematizado en el país sobre China y otros países de Oriente. “La biblioteca se fue formando con compras y donaciones de diferentes instituciones, incluso del gobierno chino”, cuenta a Dang Dai el director de la Escuela, Carlos Rúa.
El establecimiento educativo tuvo varias mudanzas en la ciudad de Buenos Aires. Estuvo en la sede de la Avenida Callao, luego sobre la calle Hipólito Yrigoyen en el barrio de Once, y hoy en Rodríguez Peña 670, como parte de la Facultad de Filosofía, Letras y Estudios Orientales de la USAL. Así, la Biblioteca también sufrió cambios y cierta dispersión. En la última mudanza, el grueso de sus libros, muchos de ellos clásicos antiguos chinos, fueron trasladados al Campus de Pilar. No sólo se destaca por ser la más completa, sino también por tener un catálogo online (bibliotecas.usal.edu.ar) que permite acceder, por ejemplo, a casi un millar de referencias bibliográficas sobre China, a unas veinte si se trata de Confucio y a más de cuarenta si la palabra buscada es Mao.
Más cerca en el tiempo, en 2009 se creó el Centro de Estudios de los Mundos Eslavos y Chinos (CEMECH) de la Universidad de San Martín, que hoy funciona a metros del obelisco porteño, en Av. Presidente Roque Sáenz Peña 832. El Centro tiene una biblioteca especializada en China que se fue conformando a partir de una donación del sinólogo Pablo Blitsein, actualmente radicado en Francia. No está abierta al público en general, aunque pueden acceder a ella los especialistas y estudiantes de otras universidades que así lo requieran. “Tenemos muchos libros sobre historia y pensamiento clásico que están escritos en chino mandarín. También contamos con material en inglés sobre distintas temáticas. Y ahora estamos trabajando en un proyecto sobre enseñanza de la historia, por el que actualizaremos toda la bibliografía, incorporando distintas obras traducidas al español”, señala a Dang Dai María del Pilar Álvarez, investigadora y especialista en China del CEMECH.
Otra biblioteca para tener en cuenta es la del Instituto Gino Germani, que funciona en José Evaristo Uriburu 950, de la ciudad de Buenos Aires. Abierta a la consulta del público, cuenta con libros sobre política, sociedad y algo de literatura, la mayoría de ellos escritos en inglés.
“Hemos recibido material sobre China gracias a iniciativas personales y a algunos proyectos de financiamiento. También logramos un importante intercambio bibliográfico a partir de un convenio de cooperación que se firmó con la Academia China de Ciencias Sociales, una especie de Conicet chino. ¿La joya de la biblioteca? Podría ser ´La China de Mao y después´, de Maurice Meisner, aunque hay mucho material de calidad”, destaca Ignacio Villagrán, coordinador del Grupo de Estudios del Este Asiático del Germani.
También vale la pena visitar la biblioteca especializada del Museo Nacional de Arte Oriental, en Av. del Libertador 1902, CABA, que ofrece alrededor de 1500 libros, una hemeroteca de 2500 revistas y publicaciones periódicas, y una videoteca con más de 150 documentales.
Por último, imposible no mencionar en esta hoja de ruta a las bibliotecas del Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires (ICUBA), que funciona en la Facultad de Ciencias Económicas, en Av. Córdoba 2122, y el de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), ubicado en Calle 48, N* 582, de esa ciudad. A diferencia de otras colecciones, se distinguen en que la mayoría del material está provisto por Hanban, una institución pública que depende del Ministerio de Educación de China.
Pasen y lean
– Buenas tardes, ¿tienen libros de escritores chinos?
– Sí, por supuesto. En aquella mesa hay varios de Gao Xing Jian, Yan Lianke, Lin Yutang, Dai Sigie, Shen Congwen, Yu Hua, Liao Yiwu y Cao Xueqin, si no me estoy olvidando de algún otro.
A diferencia del comienzo de esta nota, la hipotética lista de autores es una respuesta que los lectores interesados en China bien podrían escuchar en cualquiera de las librerías de culto que supieron descubrir en su peregrinaje detrás de algún material difícil de conseguir. Librosref, ubicada en Honduras 4191, en el corazón de Palermo, es uno de estos santuarios donde es posible encontrar desde las obras del Premio Nobel Mo Yan y la popular saga de novelas policiales de Qiu Xiaolong, hasta una antología de Poesía China editada por Guojian Chen y más de treinta publicaciones diferentes del clásico Tao Te Ching, el libro por excelencia.
Las exquisitas ediciones de Bajo la Luna y Adriana Hidalgo, o las impecables traducciones de Miguel Ángel Petrecca también pueden hallarse en la Librería Norte (Av. Gral. Las Heras 2225), en Waldhuter (Av. Santa Fe 1685) o en Guadalquivir (Av. Callao 1020). Esta última pertenece a la prestigiosa Editorial Trotta, de España, por lo que distribuye la colección Pliegos de Oriente, que incluye títulos como “Los capítulos interiores” de Zhuang Zi, el fundador del taoísmo filosófico; “El pensamiento chino” de Marcel Granet y “Relaciones de las cosas en el mundo”, una suerte de enciclopedia sobre el misticismo y la historia antigua de China, escrita por Zhang Hua.
“Con China, los lectores de historia y ficción están íntimamente vinculados. El que se interesa por un ensayo suele derivar en literatura, y el que lee una novela busca un libro de historia. Un buen ejemplo son los que se interesan por la Revolución Cultural, que enseguida buscan alguna novela que se refiera a ese período”, dice a Dang Dai Natalia Urueña, la encargada de Guadalquivir.
Orgullosa de contar con el “Tao de Trotta”, que según destaca es el más recomendado en ámbitos académicos, Urueña sintetiza en una frase las razones del bien ganado prestigio de su librería: “Vienen personas que saben que no van a encontrar nuestros libros en ningún otro sitio”. Al destacar la posibilidad de acceder a estos títulos “difíciles”, describe de alguna manera las características de un mercado con limitaciones, un diagnóstico que comparte la semióloga Lelia Gándara: “Preguntar qué obras pueden interesarnos resulta una premisa falsa, porque primero debe haber una disponibilidad de obras. Y para eso hay que conseguir buenas traducciones, difundirlas y convertirlas en algo interesante para nuestros lectores”.
Es el desafío. El destino al que ojalá nos lleve la nueva ruta de los libros.
Los imprescindibles
Todas las voces de este informe coincidieron que la traducción del chino mandarín al español es uno de los mayores inconvenientes a superar a la hora de plantear un mayor conocimiento y circulación de estas obras en la Argentina. En su gran mayoría, se trata de traducciones indirectas que se realizan desde el inglés, y no desde el idioma original. ¿Las consecuencias? Así como algunas son impecables, otras son verdaderos desastres, inteligibles y que incluso llegan a modificar la historia que el autor escribió, como ocurrió con el final de “El camello Xiangzi”, de Lao She.
En virtud de esta situación, Dang Dai se complace en ofrecer una lista, arbitraria como todas, de algunas obras recomendadas por los académicos, especialistas y editores consultados en esta nota, que hoy pueden conseguirse en librerías y bibliotecas de nuestro país:
* La ciudad fronteriza, de Shen Congwen. Ed. Bellaterra. Traductor: Maialen Marín Lacarta. Estudio preliminar: “Shen Congwen en la literatura contemporánea china” de Bonnie S. McDougall.
* Un paraíso sobre el infierno. Tres cuentos de Shanghai, de Liu Na’ou; Mu Shiying; Du Heng. Edición y Traducción: Maialen Marín Lacarta. Barcelona.
* Un amor que destruye ciudades, de Chang Eileen, Barcelona, Libros del Asteroide. (Traducción del chino de Anne-Hélène Suárez y Qu Xianghong)
* Gritos en la llovizna, de Yu Hua, Seix Barral (Traducción del chino de Anne-Hélène Suárez Girard).
* Crónica de un vendedor de sangre, de Yu Hua, Seix Barral (Traducción del chino de Anne-Hélène Suárez Girard).
* Después de Mao. Narrativa china actual, Miguel Ángel Petrecca compilador y traductor. Adriana Hidalgo Editora.
* Murciélagos al atardecer, de Xi Chuan. Editorial Bajo la luna, traducción del chino de Miguel Ángel Petrecca.
* La historia del pensamiento chino, de Anne Cheng. Editorial Bellaterra, traducción de Anne-Hélène Suárez .
* El paseante de cadáveres, de Liao Yiwu. Editorial Sexto Piso, traducción de Leonor Sola.
* El sueño de la aldea Ding, de Yan Lianke. Editorial Automática, traducción de Belén Cuadra Mora.
* Diario de un loco, de Lu Xun Ed Bartleby, Interzona.
* La eternidad no está de más, de Francois Cheng. Losada,
* Moneta, Carlos y Cesarín, Sergio (ed.) / La tentación pragmática : China-Argentina / América Latina: lo actual, lo próximo y lo distante. 1a ed. – Sáenz Peña: Universidad Nacional de Tres de Febrero.
* González García, Juan / China : reforma económica y apertura externa – transformación, efectos y daños. Un enfoque neoinstitucional. – 1a. ed. – México, D.F. : El Colegio de México.
* Vazeilles, José G. / La Revolución China. – Buenos Aires : Centro Editor de América Latina.
PUBLICAR COMENTARIOS