Mao y Perón. Paradigmas de una Tercera Posición
La última edición impresa de Dang Dai tiene como nota central diversas miradas sobre los paralelos entre los mayores líderes del siglo XX en Argentina y China, Juan Domingo Perón y Mao Zedong. Por razones de espacio, la nota del especialista en historia del peronismo Roberto Baschetti aparece ahí resumida. En Leer más la publicamos en forma íntegra.
– Mao y Perón. Paradigmas de una Tercera Posición
–Por Roberto Baschetti
Según consta en mis archivos la primera alusión directa que Perón hace de la Revolución China data de 1965, cuando en una carta fechada el 14 de marzo de ese año y dirigida a Osvaldo Maurín residente en New York, expresa: ““Este mundo occidental, tan mal calificado como ‘mundo libre’, es una descarada simulación de valores inexistentes, un mundo en decadencia, en el que lo único sublime de las virtudes es su enunciado. Los hombrecillos encumbrados que ven el peligro, tiemblan pero no se corrigen. Así vamos marchando hacia el abismo porque otro mundo nuevo, con valores reales, avanza desde Oriente con la intención de tomar el mando de la Historia. O nos liberamos nosotros o nos liberan los chinos…”.
Debe recordarse que tan solo diez años antes, en 1955, y también a diez del fin de la segunda guerra mundial, los imperios coloniales habían entrado en crisis ante el nacimiento de un Tercer Mundo. Allí en Bandung (Indonesia) los países emergentes presentes, dieron a conocer la firme convicción de respetar los derechos humanos fundamentales de los pueblos, también el respeto a la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones y nada menos que el reconocimiento dela igualdad de todas las razas y la igualdad de todas las naciones, fueran estas grandes o pequeñas y, fundamentalmente la abstención de intervenir o interferir en los asuntos internos de otro país complementado con el respeto de la justicia y de las obligaciones internacionales.
Estábamos en plena guerra fría entre dos potencias mundiales. Tanto Juan Domingo Perón como Mao Tsé-tung se alinearon en ese Tercer Mundo que nacía. Y ambos líderes vieron la necesidad de intercambiar experiencias teóricas y prácticas.
Un antiguo militante de la Resistencia Peronista, Carlos “Pancho” Gaitán, rememora: “En 1965 se armó una misión a China, no sé cuántas hubo, pero ésta fue la primera del peronismo en el marco de un acuerdo con los chinos que armó Héctor Villalón, con la anuencia y estrategia de Perón de realizar un acercamiento a ese país. El ejecutor fue el MRP (Movimiento Revolucionario Peronista). Los objetivos de nuestra misión eran conocer la realidad china y hacer una experiencia y capacitación en el campo militar. La misión duró cuatro meses (Éramos siete): Rulli, Nell, Baxter, Rodríguez, Cataldo y el ‘Coya’ Jaime. Éramos tres peronistas y cuatro ex tacuaras del MNRT. Yo era el jefe político de la delegación (…) El 1º de mayo, con motivo de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, hubo una fiesta muy grande en la plaza Tiananmen, que era una plaza inmensa, con la participación de miles y miles de personas. No sé cuántas habría. Y nosotros, que participamos del acto, por supuesto cantamos la ‘Marcha Peronista’. Lo gracioso fue que al regreso nos enteramos que había estado presente una delegación de la CGT de Argentina y la sorpresa fue que en el informe que hacen dicen que escucharon cantar la Marcha Peronista en China”.
Será el mismo Gaitán quien a través de una anécdota que circuló por entonces, demuestra que tanto Perón como Mao no solo se conocían y se respetaban mutuamente, sino que también estaban al tanto de los pensamientos teóricos del otro. El protagonista fue Elías Semán “que también había estado con nosotros en Cuba, que luego fue uno de los organizadores del partido comunista pro chino, el PCR: Partido Comunista Revolucionario. Cuando se organizaron fueron de visita a China y tuvieron una entrevista con Mao (…) Entonces, el compañero Elías Semán le explica la situación argentina, cómo está la realidad política y le cuenta quienes eran ellos, que eran sus interlocutores y le dicen al jefe máximo: ‘Nosotros somos maoístas’. Y Mao le habría respondido: ‘Eso está muy bien pero, en Argentina, yo sería peronista’. El líder oriental tenía bien claro como era el tema de lo nacional, y les sugería a los muchachos que se ubicaran un poco en la realidad”.
En consonancia a ese respeto mutuo evidenciado por ambos estadistas, tiene también algo que decir un hombre, correo de Perón, que se llamaba Bernabé Castellano: “La cuestionada carta de Perón a Mao, existió. Yo fui el portador y le dimos difusión por pedido del General. Yo le entregué copia a Marcel Niedergang, de ‘Le Monde’, y también a otros medios europeos. La carta fue publicada en todo el mundo, difundida por las agencias Ansa y France Press. Yo venía de Indonesia y llegué a Madrid, y Perón me confió esa carta que llevamos a China y que entregamos a Chou En Lai, porque Mao no estaba en esos momentos para recibirla. Perón coincidía en su pensamiento con los No Alineados y con las Tesis del Tercer Mundo, sostenidas por líderes asiáticos y africanos, e inspiradas por André Malraux al presidente de Gaulle. El General, lector de Licurgo pero también de Mao, solía decir, ‘Hasta que no lean el texto de Mao acerca de la contradicción, a nuestros dirigentes les va a faltar una visión cabal de la realidad política’. Se refería Perón, al memorable discurso de Mao en 1957, ‘Sobre las Contradicciones’, dado a conocer en febrero y marzo de ese año. Contradicciones que negaba Kruschev”.
Otra testigo de aquellos acontecimientos, (donde el acercamiento y la fraternidad entre ambos mandatarios seevidenciaba), ratifica y aporta claridad sobre los hechos acontecidos. En tal sentido, una joven para entonces, Olga Hammar contextúa: “La relación epistolar que Perón mantuvo con Mao Tsé-tung fue consecuencia de las conexiones que hizo (Luis) De la Puente hablando con Mao de las virtudes políticas del líder argentino. Este es un tema desconocido que desde la derecha argentina y la izquierda gorila se ha tratado de borrar para negar la evolución personal de Perón acompañando los procesos históricos. En este punto no podría dejar de mencionar el aporte importante que jugó Rodolfo Puiggrós en este acercamiento entre los dos estadistas. El vínculo de Perón y Mao se inscribe en el tejido de una red de articulación política que se produjo durante esos años en América Latina: los movimientos revolucionarios insurgentes se interrelacionaban tomando como puntos de referencia a Cuba, China o Vietnam. En ese sentido Jorge (Hammar), como tantos otros, jugó un papel destacado al instalarse en China a pedido de De la Puente. Su misión fue servir de facilitador entre la dirigencia maoísta y los cuadros políticos de Argentina, Perú, Chile y otros países que llegaban a China para formarse política y militarmente. Así fue interlocutor de Perón y de esa relación con Mao. De ese vínculo recuerdo un hecho simpático: Mao le dijo a Jorge ‘lleve a su jefe este presente (unos yuyos), él como yo tiene una mujer joven y estas ‘raíces de la vida’ ayudan a mantenernos vitales y jóvenes’”. Y no solo eso, le obsequió también, el Dragón Azul que Perón tenía apoyado en su biblioteca de Puerta de Hierro (y que se ve en algunas fotos de la época), muy cerca de un Napoleón de porcelana.
Los hechos fueron sucediéndose en el tiempo y la República Popular China fue creciendo hasta ser la potencia mundial que hoy es. Su primera gran victoria fue en noviembre de 1971 cuando ingresó de pleno a la Naciones Unidas provocando la primera derrota seria del imperialismo en aquel foro mundial. En ese año, aquí en Argentina, estábamos (des) gobernados por la dictadura cívico-militar del general Alejandro Agustín Lanusse que votó la moción norteamericana que trataba de dilatar una vez más el ingreso de China al más alto organismo internacional.
Dos años más tarde ya con el Peronismo nuevamente en el gobierno, un 15 de agosto de 1973, hubo una muestra China en Argentina y Perón la visitó. La crónica de la época resalta: “El teniente general Juan Domingo Perón manifestó ayer que ‘ésta es la hora de Mao’ mientras una muchedumbre aclamaba su nombre, luego de recorrer por espacio de treinta minutos la muestra comercial de la República Popular China, en el centro de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires, en Figueroa Alcorta y Pueyrredón (…) En determinado momento, y cuando la visita ya tocaba a su fin, un grupo de simpatizantes al ex mandatario comenzó a entonar consignas partidarias y a vivar reiteradamente su nombre. Perón, levantando sonriente sus brazos, improvisó un breve discurso y concluyó su corta alocución expresando que ‘ésta es la hora de Mao’, lo que motivó una cerrada ovación de parte de sus adictos”. (El Cronista Comercial. 16-8-73).
Para finalizar, pasan por mí mente, las sentidas muestras de pesar que se sucedieron con el fallecimiento de Juan Domingo Perón, el 1° de julio de 1974. En la República Popular China no estuvieron exentos a aquel dolor y manifestaron su pesar. “El viceprimer ministro del Consejo de Estado de la República Popular China, Lin Sien-nien y el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Su Siang-chien, acudieron esta tarde a la Embajada de la Argentina en China a expresar sus condolencias por el fallecimiento del General Juan Domingo Perón. En la sala de la Embajada se veía una ofrenda floral del Presidente Mao Tsé-tung, cuya cinta de seda blanca llevaba la inscripción: ‘A su excelencia el General Juan Domingo Perón, Presidente de la República Argentina’ (…) Así mismo Tung Pi-wu y Chou En-lai, enviaron hoy un mensaje a la señora María Estela Martínez de Perón en el que expresan sus profundas condolencias por el fallecimiento de su esposo. El texto del mensaje es el siguiente: ‘Su excelencia señora María Estela Martínez de Perón, presidenta de la República Argentina. Consternados por el infortunado fallecimiento de su excelencia Presidente Juan Domingo Perón, quien fue un célebre estadista y desplegó en vida, positivos esfuerzos por la salvaguardia de la independencia nacional de la Argentina y por el fortalecimiento de la lucha solidaria del Tercer Mundo contra el hegemonismo, expresamos, en nombre del gobierno y el pueblo chinos nuestra profunda condolencia al gobierno y el pueblo de la República Argentina, y le hacemos llegar a usted nuestro sincero pesar’”. (El Cronista Comercial. 4-7-74).
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