El maestro chino Zhang Guoyong dirigió el jueves pasado la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en la Suite china de Yuankai Bao, el Concierto para Oboe y Pequeña Orquesta de Bernd Alois Zimmermann (con el oboísta Néstor Garrote) y la Sinfonía N° 3, Op. 44 de Sergei Prokofiev.

Abriendo la función, la obra de Yuankai Bao instaló en un teatro a pleno la simpatía e intimidad de las melodías clásicas populares chinas. La suite forma parte de las 24 piezas de Visiones y Sonidos de China que el compositor presentó en 1991.

El concierto de Zimmermann planteó una exigencia casi extrema al solista Néstor Garrote, y al maestro Zhang Guoyong un desafío que abordó apelando a su solidez profesional.

Hoy es director artístico del Teatro de Ópera y decano del Departamento de Dirección orquestal del Conservatorio de Música de Shanghái. En el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú estudió con el famoso director Gennady Rozhdestvensky. Mostró su expertise en las obras de los rusos en el momento de dirigir la versión de la Sinfonía N° 3 de Prokofiev. Afirmando la amabilidad, tendió a hacer de lo bello algo simple, confiando en la eficacia de la composición y el diálogo que se produce con el público. No le dio respiro al concierto. No permitiendo detenciones ni reflexión, llevó a la orquesta a que convocaran a Prokofiev, a que el genio saliera de las cuerdas, los vientos y los cueros de la percusión porteños ejecutados por los músicos que están entre los mejores de la Argentina.