Por sí y por no

3 noviembre, 2014

Los economistas Aixa Ratta (Geenap), Alejandro Robba y Fernanda Vallejos (La Gran Makro), ligados al kirchnerismo y Miguel Peirano (Frente Renovador del massismo), opinaron que el acuerdo de swap con China “mejora el nivel de reservas” monetarias internacionales del Banco Central y “consolida la estabilidad” del tipo de cambio. En cambio, lo criticaron sin mucho argumento y sólo con descrédito Carlos Melconian y Aldo Pignaneli, del PRO y el duhaldismo respectivamente.


Para Robba, “los agoreros de siempre profetizaron desde su no concreción hasta la imposibilidad de poder contabilizar los yuanes como reservas argentinas. Puede fallar. No sólo se realizó la operación exitosamente, sino que los portales de negocios no pudieron soslayar la noticia: ‘Por el swap chino, las reservas regresaron al nivel de U$S 28 mil millones’, titularon”.

Entonces, “si ellos mismos informaron que los yuanes del acuerdo incrementaron las reservas, quiere decir que no sólo pueden utilizarse como moneda de pago de importaciones chinas, sino que se convirtieron en reserva de valor por un monto equivalente a U$S 814 millones. No conforme con ello, se especuló con que no quedaba claro que fueran equiparables a reservas. Tal vez tendrían que preguntar cómo hicieron Chile y Bolivia para contabilizar desde hace ya un tiempo un porcentaje de yuanes entre sus reservas”, agregó.

Las reglas para saber si una moneda puede ser contabilizada o no como reserva de un país “no las dictan los economistas mediáticos argentinos. En la práctica se rigen por normas internacionales fijadas por instituciones como el FMI o el Banco de Basilea y, en principio, esas monedas sólo pueden computarse como reservas internacionales si tienen total convertibilidad (con perdón de la palabra). En el caso del yuan, hasta hace pocos años eso no era posible, pero en los últimos cuatro años comenzó a operar contra el rublo ruso en el mercado de Moscú, contra el yen en los mercados de Tokio y Shanghái y contra el dólar australiano en el mercado de moneda extranjera de ese país. A su vez, el BCRA informó que también es “convertible libremente en dólares o euros en plazas internacionales”. Como si esto no fuera suficiente, China firmó acuerdos de este tipo no sólo con países “sudacas” como Chile, Perú y Argentina, sino también con bancos centrales de países y regiones glamorosos y cogotudos como Inglaterra y la Unión Europea. Para concretar el acuerdo, hace unos meses el Congreso Nacional por una amplia mayoría aprobó la ley que da inmunidad a los fondos de bancos centrales extranjeros depositados en el país, que era un prerrequisito para firmar el swap con el gobierno chino. Otra crítica que se hizo fue que el acuerdo no se ejecutaría porque existía la posibilidad de embargos de los fondos buitre o se ponía en duda si las calificadoras de riesgo instalaban la idea del default selectivo. Nada de eso pasó porque el convenio no tiene cláusula de cross-default. Así como Graciela Ocaña hace denuncias sin verificar los datos presentados, los opinators económicos y políticos también acostumbran a mandar fruta sin leer los acuerdos y las leyes por ellos mismos aprobadas”, escribió Robba en Tiempo Argentino.

Por su parte, Ratta destacó que el acuerdo de swap con China significará “un fortalecimiento de las reservas internacionales” de la Argentina, debido al ingreso de yuanes que permitirán comercializar con el gigante asiático “sin la necesidad de utilizar dólares”.

Estimó que “implicará un alivio en las actuales tensiones sobre el dólar que se encuentra fuertemente presionado por la demanda de particulares, la merma en las reservas internacionales y el pedido de los importadores para realizar sus compras al exterior”.

Explicó que “los yuanes que ingresen al país permitirán poder pagar las importaciones provenientes de China y garantizarán una disponibilidad de dólares que no serán utilizados para este fin, y que podrán emplearse para el pago de la deuda externa o productos provenientes de otros países”.

“Adicionalmente, en el corto plazo también se prevé un aumento considerable de las inversiones directas de China hacia nuestro país a partir de los acuerdos firmados en materia de energía, comunicaciones, transporte, producción primaria e infraestructura, que no sólo implicarán un importante flujo de capitales hacia Argentina, sino que representan inversiones estratégicas para el desarrollo de nuestro país”, indicó la economista del Geenap a Télam.

Según publica Infonews, por su parte Vallejos sostuvo que el acuerdo de swap con China “mejora la posición del stock de reservas del Banco Central”, y remarcó que “contribuye a reforzar la estabilidad cambiaria que se viene consolidando en las últimas semanas”.

“Después de algunas presiones sobre la plaza cambiaria desde algunos sectores que buscan forzar una devaluación, los estímulos para las operaciones en el mercado ilegal del dólar también se debilitan”, subrayó Vallejos.

En ese sentido, puntualizó que “gran parte de la operatoria en este mercado marginal tuvo que ver en el último tiempo con las expectativas devaluatorias”.

Subrayó que en los últimos meses hubo “fuertes tensiones especulativas alrededor de una potencial devaluación que algunos buscaban forzar”, y estimó que el acuerdo con China “contribuye a correr las expectativas negativas”.

“Esto va a desalentar las expectativas de quienes quieren devaluar” afirmó la economista de la Gran Makro, quien aseguró que “las condiciones del acuerdo son buenas para la Argentina”.

Del mismo modo, Peirano, quien conforma el equipo económico de Sergio Massa, reconoció que el acuerdo de swap con China “es un aporte oportuno” para “consolidar un mejor nivel de reservas” monetarias internacionales del Banco Central, y estimó que descomprimirá la tensión sobre el dólar.

“Es un aporte en un momento determinante. Es oportuno contar con ese refuerzo”, afirmó Peirano a radio La Red.

En ese sentido, precisó que “el swap es un aporte en un momento donde evidentemente existe una restricción importante de reservas para importaciones esenciales para la actividad productiva, porque existen tensiones respecto de las expectativas por la evolución del tipo de cambio”.

En consecuencia, evaluó que “el swap está destinado a mostrar señales de que existen instrumentos o posibilidades de consolidar un mejor nivel de reservas, y no mostrar cifras de caídas que generan expectativas negativas”.

Por el lado de los críticos, desde el PRO Carlos Melconian insiste en que “es una fantasía”. Y el ex jefe del Banco Central, duhaldista, Aldo Pignanelli, afirmó que “el yuan no tiene inserción internacional”.

“La convertibilidad del yuan está limitada. Es decir, sólo algunas plazas financieras, entre las cuales no se cuenta la local, permiten convertir cantidades significativas de yuanes a dólares”, sostiene Gabriel Caamaño Gómez, economista jefe de la consultora Ledesma, los tres citados por Infobae.

Categorías: Economía Negocios

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