Mai Jia en la Cámara Argentino-China y luego a la final de la Copa
En una entrevista abierta en la Cámara Argentino-China, el escritor Mai Jia, best seller en su país, sostuvo que “tenemos que esperar con paciencia” a que se formen los traductores para que la literatura china empiece a ser mejor conocida en América Latina. Por otra parte, evaluó como promisoria para ese intercambio la repercusión que él y su obra han tenido en la gira hispanoamericana que termina en Buenos Aires. La charla tuvo lugar anoche, organizada por la Cámara y el Instituto Confucio de la Universidad de La Plata. Este fin de semana, invitado a Brasil, verá la final por la Copa del Mundial de Fútbol y quiere hinchar por Argentina. Lo acompañará otro invitado ilustre y amigo: el premio Nobel de Literatura Mo Yan.
Las primeras ediciones de sus novelas son de medio millón de ejemplares. La única traducida al español, que acaba de salir en Argentina, es El don. Mai Jia es uno de los escritores más vendidos en China. Su primera obra, El don, tuvo un éxito inmediato, se vendieron 16 millones de libros y recibió los premios más importantes en su país (Premio Nacional, Premio Mao Dun, Premio Sichuan, Premio Chendu City, Novela del Año por la Asociación China de Ficción). Anoche Mai Jia fue presentado por Carlos Spadone, titular de la Cámara, y Ernesto Fernández Taboada, su director ejecutivo, quien explicó que la actividad es parte del programa cultural que desarrolla la cámara.
La codirectora del Instituto Confucio, Long Minli, informó que Mai Jia es el seudónimo de Jiang Benhu, ???, quien nació en la provincial de Zhejiang en 1964, se alistó en el ejército, fue un escritor de novelas anónimo e itinerante durante 16 años, matemático aficionado, vivió en el Tibet y en 2002 la publicación El don lo lanzó al lugar más preponderante de un escritor en China.
En la conversación con Long Minli, el escritor confesó que leyó “prácticamente todas las obras de Jorge Luis Borges. Puedo recitar cien poemas suyos con facilidad. No sólo lo considero un ídolo literario, sino además un padrino que me ha influido profundamente”. Explicó, asimismo, que el escritor argentino estuvo en la génesis de sus novelas. “En China se comentaba ampliamente que la técnica minimalista con la que Borges escribía no servía para escribir novelas, como de hecho él no las había escrito. Me nació entonces el secreto propósito de conseguir ese objetivo imposible. Busqué un tema para escribir y acudí a mi experiencia como asistente de criptógrafo en el ejército. Mi experiencia sola no era suficiente para una novela, y además no podía revelar lo que había vivido, pero sí aquello me sirvió como inspiración”.
Mai Jia llegó a Buenos Aires luego de una larga gira que incluyó Madrid, Barcelona, Ciudad de México y La Plata, a lo largo de la cual respondió un centenar de entrevistas, en nombre propio y como presidente de la Asociación de Escritores de Zhejiang. Anoche desplegó una académica explicación sobre la escasa llegada de las novelas chinas a América Latina. “Desde el Renacimiento Occidente se plantó como dominante, estableciendo que su literatura era la mejor y considerando a la china como marginal. China, por su parte, se ha mantenido aislada, hasta que hace 30 años comenzó una apertura que aún debe materializarse en el intercambio cultural. La gente de todos los países viven rodeadas de productos chinos, pero nuestros pueblos chino y latinoamericano aún deben compartir sus mundos interiores. En la literatura aún debe formarse una masa de traductores. Debemos esperar con paciencia”.
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