La lucha anticorrupción del Partido Comunista
En una columna de Frank Ching del South China Morning Post, se asegura que “el Partido Comunista Chino está valiéndose del juicio al ex miembro del Politburó Bo Xilai para probar su determinación de erradicar la corrupción”.
– La lucha anticorrupción renueva su predicamento en China
Por Frank Ching del South China Morning Post, Hong Kong
El Partido Comunista Chino está valiéndose del juicio al ex miembro del Politburó Bo Xilai para probar su determinación de erradicar la corrupción. “La gente será vista como responsable y severamente castigada si infringe la ley, independientemente de quién sea, el poder que tenga o el alto cargo que detente” dijo el Diario del Pueblo en un comentario.
Es posible. Pero ¿cuál es el alcance de la supuesta corrupción?
Según Caijing, una destacada revista china de temas de actualidad, la acusación precisa que el soborno y desfalco llegaron a un total de 3,3 millones de dólares. Una cifra menor, en realidad, para la escala de corrupción china.
El carismático Bo apuntaba claramente a cargos más altos -la presidencia posiblemente- antes de ser despedido en marzo de 2012. Por ende, era un potencial rival de Xi Jinping antes de que éste último fue declarado el nuevo líder en noviembre.
Pero ahora la administración Xi está dispuesta a dejar atrás el episodio, preferentemente después de un juicio “público” durante el cual el acusado no va a hacer escándalo o revelaciones delicadas. Por consiguiente, es posible que haya habido un proceso durante el cual se negociaron algunos cargos para garantizar que su gravedad no fuera tal como para merecer una pena de muerte.
Otros dos ex miembros del Politburó fueron juzgados desde 1995: Chen Xitong, ex alcalde de Beijing, y Chen Liangyu, ex jefe partidario de Shanghai. Recibieron condenas de 16 y 18 años, respectivamente. La condena de Bo podría ser similar.
El hecho de que los líderes de tres municipios de nivel provincial hayan sido juzgados sugiere que el partido buscará fortalecer la lealtad de los líderes regionales. Por ende, el mayor pecado de Bo no fue la corrupción sino desviarse de la línea partidaria.
Desde ya que había cortejado a los neoizquierdistas al revivir la cultura de la era de Mao, como entonar canciones de la Revolución Cultural. Apeló también de forma directa al pueblo a través de su campaña contra el crimen organizado y las viviendas subsidiadas para los pobres de una forma que evidentemente fue vista como un desafío por parte de gente clave en Beijing.
Esto es un caso político. El ex presidente Jiang Zemin, que se creía estaba cerca de Bo, dijo a Henry Kissinger que Xi “es un líder muy capaz e inteligente”. El partido quiere dar la impresión de que el caso Bo es parte de su campaña contra la corrupción; que es ciertamente tan grave que, a menos que se la frene, podría causar su desaparición.
Sin embargo, lo curioso es que el partido se niega a aceptar la creciente demanda pública para que los funcionarios más altos declaren sus bienes. En lugar de ello, han estado tomando duras medidas contra intelectuales, abogados y otros, que hacen este tipo de pedidos.
La nota en Clarín
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