Nuevos ricos

13 agosto, 2013

La nota “Chinos, los nuevos ricos”, publicada por Justicia Zero, de España, explora algunas claves para explicar las razones que llevan a los chinos a enriquecerse.


1.  Los chinos no tienen ningún tipo de fronteras ni reparo en trasladar su residencia. Actualmente residen en España legalmente 165.000 ciudadanos procedentes de China. Llegan a España con lo puesto, empiezan desde abajo, trabajan mucho, ahorran hasta el último céntimo, prosperan, y cuando están posicionados compran negocios españoles, ya con su vida encauzada, invierten en su país o compran las viviendas que ahora los españoles no pueden comprar.

2. Saben escoger su nicho de mercado, sus negocios son rentables y sus precios no tienen competencia. Para los chinos trabajar por cuenta ajena no es una opción válida para toda la vida. Su acentuado sentido del honor les impulsa a montar sus propios negocios. En España hay más de 30.000 chinos autónomos. Hacen estudios de mercado y saben donde invertir su dinero, reconocen los mejores lugares y eligen los mejores servicios. Son flexibles y no tienen apego a sus negocios, si el negocio no funciona, se cambia.

Importar productos de china es la mejor forma de adquirir mercancía barata, y obtener una fructuosa plusvalía. Los chinos no se conforman con un solo negocio.

Habitualmente los reconocemos por sus bazares y restaurantes, pero ya no se detienen aquí, están creando en España empresas de Internet, cadenas de moda, industrias de iluminación o consultoras de inversión, etc.

3. Se financian entre ellos. Los chinos no quieren saber nada de bancos, ya que les cobran intereses. Cuando un chino quiere montar un negocio, le pide un préstamo a su familia, amigos o compatriotas.

4. Su principal método de ahorro es compartir gastos. Como le ocurre a todo hijo de vecino, los inicios no son sencillos para los chinos, hay que trabajar mucho y sacrificar todo tipo de lujos y comodidades prescindibles. Varias familias pueden vivir en una misma casa, ocupando una habitación por familia. Esto no resulta tan incómodo para los chinos, pues en su país de origen muchos de ellos duermen en “pisos cápsula”, que en ocasiones no superan los ocho metros cuadrados.

5. No es oro cuanto reluce. Las ilegalidades están a la orden del día en los negocios chinos; jornadas de trabajo que rebasan de trozo el cupo permitido, salarios que no alcanzan los mínimos marcados legalmente o por convenio, escasas medidas de prevención de riesgos y condiciones de higiene insalubres. Sin embargo, salvando excepciones, no suelen tener problemas con el fisco.

La nota

Categorías: Sociedad

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