En un libro de reciente aparición, Viaje al fondo del mundo, el ex canciller argentino Rafael Bielsa y el periodista y politólogo Rodrigo Lloret comentan la relación entre China y Brasil. El primero “querrá ser más que el taller”, pero el segundo “no querrá ser sólo la granja”. Aliados en el BRICS y trabajando juntos en un Comité intergubernamental de Alto Nivel, los gigantes asiático y sudamericano tienen mucho en común, que el libro comenta.

Los autores señalan que China “sigilosamente pero con firmeza ha adquirido posiciones en numerosos negocios primarios latinoamericanos: Chinalco, en relación con el cobre chileno en Escondida, o la tradicional mina de hierro argentina de Sierra Grande que está en poder de China Metallurgical Group. En esa línea de acción, aparece Brasil”. Según Bielsa y Lloret, “Brasil es el primer destino de las ventas chinas al subcontinente, mientras que China es el primer destino de Brasil en Asia” y “ambos son las dos primeras economías emergentes del globo. Este dato es central en el análisis porque, tras la crisis de 2008, los países emergentes son los responsables del 100% de la expansión de la economía mundial”.

En Viaje… (Capital Intelectual, Buenos Aires, 2012) sostienen que la relación bilateral “muestra una división del trabajo internacional que nunca antes se había dado”, aludiendo a la imagen del taller y la granja ofrecida por Robert Codden. “Pero no es así –afirman-. El enorme tamaño del mercado interno brasileño asegura la permanencia y proyección de grandes variedades de industria en Brasil. En segundo lugar, está la tendencia a la reversión en los términos del intercambio, mientras la transición alimentaria mundial se sostenga firme. Derivadas de estos dos rasgos, mercado interno y términos del intercambio, adecuadas políticas industriales activas y de distribución del ingreso permitirán a Brasil ser granja y taller a la vez”.

Los autores recuerdan que si bien 75% de lo que Brasil exporta a China son commodities (mineral de hierro, acero, petróleo y soja), Petrobras tiene participación en negocios petroleros chinos desde 2004, Embraer ha montado una planta aeronáutica de fabricación y montaje de aviones en Harbin, Manchuria China, o muchas inversiones de empresas transnacionales brasileñas se realizan en terceros países con destino a China. Por su parte “China Minnemetals ha adquirido posiciones en el negocio de minerales brasileños; China Grain & Oils Group adquirió tierras cultivables, con miras en las proteínas y el etanol, y sobre todo la china Baosteel se ha asociado con la ciclópea Compania Vale do Rio Doce (CVRD) para un proyecto minero”.

Luego recuerdan que tras la visita de Hu Jintao a Brasil en 2004 se formó un Comité de Alto Nivel entre ambos países. Y que Petrobras y Sinopec tienen una alianza por 10.000 millones de dólares.

“China ha regresado a la historia universal y encuentra a Brasil. Entre los dos están comenzando a sostener al mundo. El siglo XXI mostrará la transición al Pacífico. China querrá ser más que el taller y Brasil no querrá ser sólo la granja. Comprender este gran escenario es la clave más importante para descifrar el camino de Argentina en este siglo que ha comenzado a girar como un vertiginoso prisma”.