América Latina y Asia Pacífico, tiempo de conectar

1 junio, 2012
De izq a der. Polsky, Pinheiro, Genua, Alvarez y Lorenzo
Por Néstor Restivo
MONTEVIDEO. Con un comercio entre las dos regiones que en pocos años alcanzará el medio billón de dólares, y en el curso de una reconfiguración dramática del orden mundial, donde los viejos países hegemónicos viven de lleno una crisis de alcance insospechado, América Latina y Asia Pacífico (AL y AP) cada día estrechan más sus lazos. En las próximas semanas estará en Argentina y Brasil el primer ministro Chino, Wen Jiabao, y la región también recibirá la visita del presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak. A estas mismas horas el presidente del Paraguay, Fernando Lugo, está en Japón.
Pero no es sólo a nivel intergubernamental que se teje el vínculo, trabajado en constantes misiones oficiales de ida y vuelta. En octubre se realizarán la Sexta cumbre empresarial sino-latinoamericana, en China, y un nuevo encuentro del Foro de Cooperación América Latina-Asia del Este (FOCALAE) en Colombia.
Para analizar mejor esa vorágine de comercio e inversiones, pero también de oportunidades, capacidades y desafíos en otras áreas como la cooperación e intercambio omnidireccional, ayer la ALADI, la CEPAL y la CAF lanzaron aquí el Observatorio de las Relaciones América Latina-Asia Pacífico, en una jornada que cubrió Dang Dai en Montevideo y contó con la presencia de numerosos embajadores y funcionarios de todos los países involucrados, quienes acogieron con gran entusiasmo la iniciativa.


Anfitrión del encuentro, Carlos Chacho Álvarez, secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración, dijo que “el cambio en el orden mundial tiene rasgos muy notables. En lo político, el fin de la idea del mundo unipolar, que tras la caída del Muro de Berlín pretendió ser definitiva; en lo geopolítico, un desplazamiento de la hegemonía occidental al Oriente, algo que no se veía desde el cambio del poder del Mediterráneo hacia el Atlántico hace cinco siglos; y en lo económico, el hecho de que en pocos años y por primera vez el comercio Sur-Sur será mayor al flujo Norte-Norte”.
Para Chacho, es “una transición difícil porque no hay gobernanza mundial que asegure que semejantes cambios sean tranquilos o previsibles, y de ahí tanta crisis e incertidumbres. Pero Asia Pacífico es el área más dinámica y América Latina está en un momento inédito de democracias con crecimiento sostenido, por más equidad social y mayor integración, lo cual ya nos una es una esperanza sino una realidad potente. El Observatorio se enmarca en esa dinámica y aspira a ser una herramienta para vincular a las dos regiones más profunda y productivamente, porque son protagonistas de esta reconfiguración mundial”.
El Observatorio monitoreará los datos duros del comercio y las inversiones, región a región y país por país, organizará foros y seminarios, convocará a un Consejo Académico, impulsará la conectividad y tendrá publicaciones y un portal web, todas iniciativas que ayer en la ALADI se enriquecieron con aportes de los embajadores y funcionarios, como controlar los riesgos de “primarización” en economías latinoamericanas por el tipo de necesidades de recursos naturales que demanda AP (Ver aparte), la imperiosa demanda de más infraestructura y logística de transporte y comunicaciones, otorgarle un mayor rol a las pymes y, entre otras, trazar estrategias de conjunto desde AL, no individuales, dadas las diferencias de escala.
Gladis Genua, de la CAF Banco de Desarrollo de América Latina (el nuevo nombre de la corporación andina de fomento) presentó proyecciones según las cuales China e India sumarán 40% del PBI mundial en 2030, con la primera como economía líder mundial en algunos años. China ya es el principal socio de Brasil y Chile y segundo de Argentina, Perú, Cuba y Costa Rica, así como segundo destino de exportaciones de Uruguay, Colombia y México, señaló.
Osvaldo Rosales, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, describió el rasgo dual del mundo actual: países industrializados en crisis, recesión, alto desempleo y pesada carga fiscal, y emergentes que crecen “dos a tres veces más”. En efecto, Pablo Rabczuk, de ALADI, mostró cómo en los últimos 30 años el peso del PBI de AP en el producto mundial pasó del 20 al 35% y el comercio de AL con esa región del 8% a tres veces más, con 44% que ya se dirige sólo a China.
Luego fue el turno de los embajadores de cada uno de los países presentes, entre ellos Daniel Dziewezo Polsky, director del Departamento de Asia y Oceanía de la Cancillería argentina, y de Qu Shengwu, embajador de la República Popular China en Uruguay.
Polsky, ex embajador en Japón, recordó que los lazos comerciales están muy concentrados en China, Japón, Corea del Sur e India y en Argentina, Brasil, Chile y México. Y que se imponen “políticas públicas para un cambio estructural en los flujos comerciales y una mayor cooperación región-región en áreas tales como ciencia y tecnología, educación y cultura,  promoción de importaciones de parte de AP y minería, agro, urbanización y combate a la pobreza de parte de AL”.
A su vez Qu admitió que 80% de las ventas de AL a AP son materias primas, pero se mostró convencido de que el auge de las clases medias en China y su entorno, por el creciente desarrollo, derivará en cada vez más mayor demanda de bienes con valor agregado.  Al trazar algunas conclusiones del encuentro, el mexicano Cassio Luiselli Fernández, presidente del Comité de Representantes, rescató justamente esa idea como forma de contrarrestar las prevenciones que manifestaron países como Brasil, Argentina o la delegada de Perú, Aída García Naranjo Morales en cuanto a la primarización.
En el cierre, Chacho Álvarez  se hizo eco de las muchas referencias hechas en la jornada a la ANSEA, el grupo de 10 países del sudeste asiático que fomentaron una exitosa integración, y con quienes trabajan juntos el Grupo de los 3, China, Japón y Surcorea. “Quizá, cuando iniciamos en América Latina nuestro camino de integración, con sus marchas y contramarchas, nos fijamos demasiado en el modelo europeo y no fue muy acertado.Acaso el modelo asiático esté más cerca a nuestras realidades. En todo caso, el Observatorio también podrá servir para trazar comparaciones y sacar conclusiones”, afirmó.
Categorías: Latinoamérica

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