Beijing albergará en junio la cumbre de la OCS

16 mayo, 2012

Alfredo Caporaletti, coordinador del Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos, escribe para Dang Dai sobre la próxima reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), una entidad relativamente reciente que busca jugar un papel activo en la paz y el desarrollo asiático, de cara al escenario global. Una de las tareas en marcha es la constitución de un nuevo banco de desarrollo para la región de Eurasia, donde figuran territorios afectados por la inestabilidad y ocupados por tropas de la OTAN, como Afganistán.

A continuación la nota.

 


China, en la  XI Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai

 

Por Alfredo Caporaletti (*)

En el transcurso del siglo XXI aparecen nuevos institutos internacionales de carácter multilateral, que analizan y promueven respuestas al desarrollo económico, contra agresiones varias y complementaciones culturales, por lo menos. En América Latina, varias con distintas funciones se abren paso: UNASUR, ALBA, PETROCARIBE, CELAC y más, que van marcando un rumbo para lograr un espacio regional y simultáneamente, participar en la política global.

En Asia y Eurasia, el fenómeno también surge y se desarrolla. ASEAN en su nueva etapa, ASEAN+China, Japón y Corea, APEC y otras. Siguiendo el proceso, otra entidad muy importante es la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).

El 26 de abril de 1996 se firmó un acuerdo para fortalecer la confianza en la esfera militar, suscripto por Rusia, China, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán (denominados “los cinco de Shanghai”), que se puede considerar el germen de la OCS, y que contemplaba diversas medidas como retirar a las fuerzas armadas a más de 100 kilómetros de las fronteras o la supresión de los ejercicios militares contra la otra parte, por ser factores conflictivos que debían eliminarse.

Por tanto, inicialmente fue la cooperación en el ámbito militar lo que cimentó la relación entre esos países, hasta llegar a la creación de la OCS el 15 de junio de 2001 y a la firma simultánea de la “Convención de Shanghai para combatir el terrorismo, el separatismo y el extremismo” (las denominadas por la OCS “tres plagas”). A los cinco de Shanghai se unió Uzbekistán, y se crearon las principales estructuras de la Organización, como el Secretariado con sede en Beijing y el Centro Antiterrorista Regional con sede en Taskent.  Y le siguieron muchas otras con distintas funciones.

El presidente ruso Dimitriv Medvedev afirmó, en la X Cumbre (2011) de la OCS, que el fortalecimiento de la seguridad de los países miembros y de sus habitantes es una de las principales áreas de su actuación, y que la lucha contra el tráfico de estupefacientes sigue siendo un tema preferente en la agenda de la OCS, con la aprobación de la mencionada estrategia 2011-2016, y la firma de un convenio entre el Secretariado de la OCS y la Oficina de la ONU sobre drogas y crimen. Para ello, el papel de Afganistán y su estabilidad, como principal país productor de opio, son factores críticos para el  éxito.

En el plano económico, se destacó la importancia de la aprobación en Dusambé en 2010 de una hoja de ruta para implementar un programa multilateral de cooperación económica, creándose herramientas para su desarrollo: un Fondo de Inversión, el Centro de Cooperación en el desarrollo de negocios, y financiar los estudios sobre la viabilidad de los proyectos conjuntos.

Por último, la OCS contiene la relación entre las sociedades civiles, que incluyen programas de intercambio educativo, deportivo y cultural de jóvenes, la colaboración en temas de salud pública y en general en todo lo orientado a aumentar el nivel de vida de sus poblaciones. Ahora, en junio 2012 tendrá lugar la XI Cumbre en Beijing.

La OCS acelerará el establecimiento de una cuenta especial y un banco de desarrollo con el fin de fomentar la capacidad de sus miembros para enfrentarse con las nuevas amenazas y desafíos, informó el ministro de Relaciones Exteriores de China, Yang Jiechi. Hizo estas declaraciones después de reunirse con sus homólogos de Kazajistán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán, los otros cinco países miembros de la organización.

Los cancilleres de los estados miembros de la OCS acordaron mejorar la capacidad de la organización en el lanzamiento de alertas por crisis y en la gestión de emergencias, a fin de garantizar la soberanía y los intereses en materia de seguridad de sus países.

Además, deben hacer frente al impacto de asuntos relativos a las finanzas, la energía y la seguridad alimentaria. Los ministros también alcanzaron un consenso en cuanto a hacer más profundas las relaciones con sus observadores y socios de diálogo, así como con entidades amigas como la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La OCS otorga suma importancia al deseo de algunos países de obtener un estatus legítimo en la organización.

El canciller chino también manifestó que las naciones miembro de la OCS prestarán atención a la situación de Afganistán, Asia Occidental y África del Norte y continuarán jugando un papel constructivo para fortalecer la reconstrucción pacífica de Afganistán, reclamar la adherencia a los principios de los estatutos de la ONU y las leyes internacionales, respetar las alternativas y soberanías de los países y sus pueblos de la región, y mantener la paz, la estabilidad, la prosperidad y el progreso. Los cancilleres opinan que la próxima década constituirá un periodo clave para el desarrollo de la organización, y acordaron someter a la aprobación de la OCS un plan estratégico completo sobre su desarrollo a medio plazo.

La XI cumbre de la OCS, programada para junio 2012 en Beijing servirá asimismo de escenario para la firma de una serie de acuerdos de cooperación en los campos de la política, la seguridad, la economía y la cultura, dijo el alto diplomático chino, quien informó de que los países miembros de la organización fomentarán también la construcción de las instituciones permanentes de la OCS.

Según Yang, la OCS es una de las prioridades de la política exterior de China, y el país realizará esfuerzos conjuntos con estados miembro para convertirla en una plataforma efectiva de cooperación regional y un vínculo importante para una amistad duradera.

Entre los observadores de la OCS se encuentran Mongolia, Pakistán, Irán e India. Los socios de diálogo de la organización incluyen a Bielorrusia y Sri Lanka. Y suele participar el presidente Karsai de Afganistán como invitado.

En su todavía breve existencia, la Organización de Cooperación de Shanghái se ha afirmado como un importante foro multilateral en una región clave del mundo, y ha logrado un amplio reconocimiento a nivel internacional, como demuestra el interés creciente de otros estados en participar en sus actividades.

(*) Coordinador del Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos, IADEG

Categorías: Contribuciones

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