China: una muralla contra la pobreza
El nuevo libro de Gustavo Ng y Néstor Restivo “China, Muralla contra la Pobreza. Compromiso, Organización y Patriotismo” tuve ayer su avant-première en Buenos Aires.
En El Pulqui bar cultural, los autores, junto a la directora de la editorial Corregidor, Paula Pampin, y el sociólogo Fortunato Mallimaci, prologuista del trabajo, hablaron del libro que había tenido una primera edición en España el año pasado y que a partir de enero de 2026 comenzará a ser distribuido en toda Argentina y América Latina.
Ng y Restivo explicaron los pormenores de la investigación, resultado de varios viajes a regiones chinas como Qinghai, Shanxi, Tíbet y otras, además de entrevistas a funcionarios, dirigentes partidarios y académicos de ciudades como Beijing, Shanghái o Guangzhou. Coincidieron en que una de las motivaciones del trabajo siempre fue aportar a la dirigencia argentina un insumo de trabajo que, pese a las notorias diferencias con la cultura, la historia y el proceso político de la República Popular, pueda contribuir algún día a la lucha contra la pobreza y la indigencia en nuestro país.

Ambos, también, comentaron los principales mecanismos e hitos del programa del gobierno de China que, en tres décadas, erradicó a 800 millones de personas de su situación de pobreza (dato certificado por el Banco Mundial) y anunció la eliminación de la indigencia en 2021.
Y detallaron tres aspectos centrales de la gesta china que es el subtítulo de su investigación: el compromiso, la organización y el patriotismo con que el gobierno, el Partido Comunista y otros actores de la sociedad la encararon.
Pampin, por su parte, contó la experiencia editorial de publicar libros sobre China en Argentina desde hace ya varios años, entre ellos la serie “Palabras clave”, u otros sobre el sistema de gobernanza que encabeza el Partido Comunista de China o de discursos del Presidente Xi Jinping.
Y al cierre, Mallimaci, investigador principal del CONICET y ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, ofreció un panorama comparado del planificado desarrollo chino y del (trunco y malogrado) desarrollo argentino, de la situación socioeconómica en cada caso, del diálogo que se presenta entre académicos de China y de Argentina al respecto y del angustiante escenario local en términos de pobreza, carencia se proyectos industriales, científicos y técnicos, y políticas de crueldad y represión para los crecientes sectores vulnerables de la Argentina. Las críticas al gobierno de Javier Milei fueron compartidas por toda la mesa.
Leemos en la contratapa: “Para un país como Argentina, cuyas capacidades económicas, composición demográfica y nivel educativo deberían redundar en niveles muchísimos más bajos en pobreza y hambre que los que padece, asomarse a la experiencia china tendría que ser un imperativo para su clase dirigente.
No se trata de imitar el modelo social chino, pero sí de tomar algunos aspectos del patriotismo, la solidaridad, el desarrollo centrado en el Pueblo y la organización con que China ha avanzado hacia un estadio de bienestar inocultable para su gente sin las mentiras que aquí se profesan sobre el rol del Estado, la planificación y un supuesto avance de la libertad”.

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