Durante un seminario de la UNTREF, académicos se cruzaron al interpretar el (des)orden mundial en curso.

Desde Beijing, Zheng Haoyu, vicedecana de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Economía y Negocios de Beijing, se refirió a las relaciones sino-latinoamericanas desde la perspectiva del Sur Global y de “la transición que vive el mundo hacia más pluralidad, multipolaridad y equilibrio en las relaciones internacionales”.

También aludió a cómo la pandemia, guerras y avances tecnológicos aceleraron la reconfiguración global con el fin de la unipolaridad y la emergencia de nuevos actores. “América Latina es una periferia que tiene voz propia, así como riquezas naturales, sobre todo para la transición energética, diversidad cultural y activos como el puerto de Chancay, de inversión china en Perú”. Zheng dijo que China y nuestra región coinciden, por su pasado, en la “lucha anticolonialista y en favor de más igualdad, en el marco de un diálogo Sur-Sur y con iniciativas como la Franja y la Ruta”, entre otras. “China no busca imponer modelos, sino cooperar”, sostuvo.

En el panel presencial que organizó la Universidad Nacional de Tres de Febrero y presidieron su rector Aníbal Jozami y el secretario académico de la Maestría en Negocios con Asia del Pacífico e India, Sergio Cesarin, el experto en Relaciones Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan Gabriel Tokatlian, disintió. Para él “China le dijo bye bye hace muchos años al Sur Global, ya no pertenece a él, China ya es otra cosa”, y América Latina se enfrenta a un panorama difícil con el auge de nuevas derechas. “En un año termina el ciclo electoral, faltan Chile, Perú, Colombia y finalmente Brasil en octubre de 2026, y podría ocurrir que Donald Trump tenga a toda la región alineada como ahora tiene con Argentina, Ecuador, El Salvador, Honduras, Bolivia…”. Dijo que la presencia de China es muy importante en el Cono Sur en el campo de las inversiones o el comercio, pero que militarmente no es relevante y no quiere intrometerse en un espacio donde quiere mandar, “no con hegemonía, sino con dominación lisa y llana, con el garrote y algunas migajas, Estados Unidos. América Latina es hoy zona de disciplinamiento de Trump”, completó.

Tokatlian también tuvo algunos cortocircuitos con el representante de la Unión Europea en Argentina, Erik Haek, sobre el rol de Europa en la actualidad. El académico cuestionó la pérdida de relevancia y compromiso europeo con asuntos globales, lo que el embajador trató de refutar con algunos datos que no convencieron al estudioso de la UTDT. Haek trató de mostrar que la densidad en el lazo europeo-latinoamericano continúa, pero no persuadió demasiado a Tokatlian, crítico del papel que hoy juega Europa en el orden (o desorden) global.

Jozami, en otro orden, criticó el desprecio de las autoridades nacionales del gobierno de Javier Milei para con las universidades públicas y criticó que los recortes presupuestarios tienden a “sacarlas de los debates que necesitamos,  entre ellos sobre el lugar de Argentina en el mundo”.

Desde el público, la ex ministra de Trabajo Kelly Olmos pidió también incorporar al debate “el profundo deterioro social y laboral” al que lleva la nueva ola de gobiernos de derecha en el Cono Sur.