En medio de un nuevo round en tierras raras, Argentina
Las nuevas restricciones a exportaciones de metales de tierras raras anunciado de Beijing sacuden al mundo en medio de la “carrera armamentística” por la inteligencia artificial, y preocupa en Argentina en una de sus horas más delicadas.
Por Lucas Gualda. Beijing, luego de jugar a la defensiva los últimos años, aguantando los golpes que le venía pegando Trump desde que asumió, tomó el guante y puso en jaque al mundo con una decisión de fuste: restringir la exportación de minerales de tierras raras. Estos metales, que integran los principales componentes tanto de vehículos eléctricos como de los hoy más relevantes que nunca semiconductores (no hay IA sin estos, y cada vez deben ser más potentes).
El especialista Bill Bishop hizo una fabulosa traducción de los anuncios oficiales, y además de indicar que faltan algunos puntos que no fueron compartidos en público, en su análisis es certero en cuanto a que Beijing ha pateado la mesa de negociaciones, y demostrado su poder real. El requerir una licencia emitida por el gobierno chino es una barrera muy difícil de bajar, y que va a terminar por condicionar y rediseñar la cadena de valor.
Resumiendo, de los 17 elementos químicos conocidos como “metales de tierras raras”, cuya producción y refinamiento domina China absolutamente, las restricciones de exportación abarcan a 12 de estos, los más determinantes (neodimio, erbio, europio, entre otros). Asimismo, productos que ingresen a China, y cuentan con metales de tierras raras de origen chino, se deberá requerir de un permiso especial para volver a exportarlo. Y ni hablar de las fabricaciones militares extranjeras, las cuales ya no contarán con licencia para utilizar metales de tierras raras de origen chino. Las medidas abarcan toda la cadena de valor no sólo de la inteligencia artificial, sino también de la industria armamentística, poniendo en jaque a Occidente.
Argentina
Y la Argentina no está exenta de las “esquirlas” de este tire y afloje, más aún cuando la propia diplomacia nacional ha decidido meterse en el corazón del asunto. Ante los cruzados fuegos tras el anuncio del Secretario del Tesoro, Scott Bessent, de ofrecer ayuda al país, en lo que fue interpretado como una crisis de confianza, y lo que además es la primera experiencia norteamericana poniéndose al hombro a uno de sus (flamantes?) aliados, con una metodología (señalan) parecida a la de la Unión Europea con los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia, España), se añaden rumores, fogoneados por la oposición a Milei (difícil definir quién es la oposición en este momento), de que los EEUU tendrían una posición favorable para la importación de uranio argentino.
El apartado 4 del memorándum en materia de “cooperación para el fortalecimiento de la gobernanza, la inversión, y la seguridad de las cadenas de suministro a nivel mundial del sector de recursos minerales críticos” firmado por ambos países, se establece que “en aras de la cooperación descrita en esta sección, el Gobierno Nacional de la República Argentina tiene intención de proveer información a los Estados Unidos de América con respecto de potenciales licitaciones y proyectos en la República Argentina tan pronto como dicha información se encuentre disponible. El Gobierno Nacional de la República Argentina HARÁ TODO LO QUE SE ENCUENTRE A SU ALCANCE para alentar a los gobiernos subnacionales a proporcionar esta información lo antes posible, para garantizar que las empresas con sede en los Estados Unidos de América y los socios de la Asociación para la Seguridad de los Minerales tengan tiempo para participar”.
Y por si quedaban dudas, repito el título del memorándum: “cooperación para el fortalecimiento de la gobernanza, la inversión, y la seguridad de las cadenas de suministro a nivel mundial del sector de recursos minerales críticos”. Una leve sospecha de que en Washington se veían venir esto. Por eso mismo, recemos de que los políticos que llevan adelante a nuestro país sean conscientes de la oportunidad que tenemos enfrente. Una oportunidad, chinamente hablando, que encierra algunos riesgos. El más visible, terminar de apartarnos a nivel político del que ha sido en esta década nuestro mayor socio comercial. Pero claro, para el presidente norteamericano, nuestro país lucha por su vida, así que no tenemos alternativa.
Lantánidos
Las tierras raras eran la joya escondida en este conflicto comercial, lo son también en la tabla periódica. Lo invito a buscar una, hay una sección que por criterio de Mendeleiev, está separada de la continuidad de la misma. Es un apéndice llamado “lantánidos”, helos ahí a los metales de tierras raras. Quién diría que esos otrora discriminados pasarían a ser los elementos determinantes de nuestro destino como humanidad, y como comunidad de naciones.
Para dar algunos ejemplos, la batalla tecnológica hoy no se da disparando desde un tanque, ni esperando en una trinchera. Aunque sí se tratan de sitios distantes, grandes centros de cómputos con cientos de miles de GPU (graphics processing unit, unidad de procesamiento gráfico, lo que antes llamábamos “placas de video”, en especial aquellos que jugamos videojuegos), acumulados dentro de racks preparados para refrigerar, y soltar el caliente aire que se genera dentro de estos chips. Todos estos elementos descriptos cuentan con metales de tierras raras en su composición más clave, pero también en aquellos elementos que realizan tareas de soporte. No hay excepciones.
En un paper que escribimos en (2019!) junto con Juan Patterson (Metales de tierras raras y la chance de la Provincia del Chubut) hacemos mención al enorme potencial en uranio de la Provincia de Chubut, territorio cuya ciudadanía ha rechazado sistemáticamente la actividad minera. Si supieran que tenemos tanto uranio como Kazajistán bajo nuestro suelo, pero mientras en Astaná está la ciudad embadurnada en oro, acá andamos sufriendo cada vez que el dólar sube o baja. Cómo cambiaría una inserción estratégica al mundo la situación argentina. Aunque sospecho que muchos de los grupos de presión, representados muchas veces por ONG con financiación extranjera, lo saben.
Entre China y Estados Unidos
En China ese factor no opera, y la diferencia es notable. La producción de tierras raras, como exponemos con Patterson, se destaca por la baja, bajísima concentración de los materiales en sus menas (menos del 1% en promedio), sumado a que los subproductos como el torio son radioactivos, hacen de este negocio una operación costosa y difícil de digerir para la sociedad. El riesgo fue asumido en medio de la reforma y apertura, cuando el país se debatía su rumbo, y grandes apuestas, grandes ganancias. Esa gran capacidad que tiene Beijing, nos hizo preguntar en su momento si podía ser convertida en un arma (concepto en relaciones internacionales conocido como “weaponización”), seis años después nuestra advertencia se está cumpliendo.
Claro que es necesario siempre analizar esto desde una perspectiva más amplia. Están pasando, a la par de esto, otras cosas entre China y EEUU. Una pequeña pero importante mención, es que el comercio con yuanes no para de crecer, sino que además empieza a ganar terreno en operaciones en las que la moneda americana solía dominar, como las importaciones/exportaciones mineras.
El último éxito de Beijing fue la operación cerrada el 10 de octubre, al filo del final del día en Australia. Un acuerdo con BHP, el grupo minero más grande del mundo, que sacudió a propios y extraños. El 30% de las exportaciones de hierro a China, serán cobradas en yuanes por primera vez en la historia. Esta noticia, confirmada por el periodista especializado Travis Ricciardo, impacta porque en su relato también indica que fue la misma empresa la que hace 15 años marcó el rumbo del mercado cambiando la manera en que cotizaban los precios, dando un mayor poder a las empresas mineras.
El anuncio, además de hacerse en un sorpresivo silencio, sólo se conoció a través de un cable que circuló en la industria, se hizo además en el mismo momento en que autoridades australianas y estadounidenses se reunían en Washington con motivo de reforzar AUKUS, el tratado de seguridad que perjudica como pocos la presencia China en el Asia-Pacífico.
¿Estamos ante el inicio confirmado de una Guerra Fría? Aún no lo sabemos, estas últimas medidas chinas, según Beijing, han sido una respuesta a lo ya vivido, y no conlleva a una escalada, aunque eso no pueda determinarse a priori. Lo que sí, la catarata de noticias y rumores ha sido tan intensa que al momento de cerrar este artículo, aún seguían dándose nuevos sucesos.
No ha sido el primero, ni será el último round de esta guerra comercial que comenzó en la primera presidencia de Trump. Si fuese un juez al lado del cuadrilátero, guiándome por lo que dicen los números, China estaría ganando la pelea. El round entre 2018 y 2020 terminó con un incremento en el consumo de 1300 USD anuales adicionales por familia, una reducción del 0,5% aproximado en el crecimiento económico, y Beijing cumplió sólo con el 58% de sus compromisos. Los números para 2025 fueron parecidos, pero logrados en mucho menos tiempo. Y en ninguno de los casos logró EE UU reducir su déficit en el saldo de la balanza comercial.
Torpezas
Uno de los factores, quizás el más determinante, que explica la inhabilidad de Trump para detener el avance chino, es la diversificación de bienes que desde China salen al mundo. Y que son mucho, mucho más que materias primas, pero también mucho más que bienes terminados. Desde China no sólo se provee al consumidor, sino también a la variada industria americana. Mirar solo los cabos de la cadena de valor es reduccionista, e ignora lo intrincada e interdependiente que es esta.
Pero los títulos no se ganan con puntos, aunque ya quisiera Washington tener la pericia de Floyd Mayweather Jr. para mantener sus cinturones. Aunque de repente más que box, parece una pelea de lucha libre, más precisamente un Royal Rumble, que de la nada aparecen más rivales, y el combate 1 a 1 se desvirtúa por completo. Veamos que sucedió en Países Bajos.
Es curioso que, como pasa en ese tipo de conflictos, algún poder menor comete algún acto que confirma que “algo está pasando”. Pero para sorpresa, no fuimos nosotros, aunque técnicamente hay algo de Argentina porque su reina nació en estas tierras. El “reino naranja” fue noticia (sí, un país donde parece que nunca pasa nada) ya que el gobierno del país se “apoderó” de una empresa china, Nexperia, con sede en Hong Kong pero con toda su fabricación en el continente, en una decisión muy polémica y rechazada por la gran mayoría. Calificada como un acto de torpeza, ya que lo único que logra es frenar la actividad de una empresa que venía siendo muy rentable, puede tratarse quizás de un manotazo de ahogado. Aclaremos que los Países Bajos tienen un rol muy importante en la cadena de valor de la IA, ASML, empresa que se dedica a la litografía (tecnología que “imprime” los circuitos de los chips) tiene sede en el país. Es además junto con el grupo Louis Vuitton Moët Hennessey, una de las empresas más valiosas que cotizan en el Euro Stoxx.
La IA, escenario de soberanía
En entregas anteriores en DangDai mencioné la estrategia de IA soberana planteada por el gobierno chino. El acceso a los materiales con los cuales se fabrican los componentes es sin dudas un eslabón muy delicado, en el que China tiene con seguridad su mayor ventaja, y todo indica que de momento, hará valer esa posición privilegiada ¿Por qué China extrae el 70% de los metales raros en todo el mundo, y refina (listo para su utilización industrial) casi el 90% de los mismos? Los que hoy se quejan deberían preguntarse por qué aceptaron esa dependencia. Para dar un dato fuerte, todo el samario que circula por el mundo fue procesado en China, no hay un sólo gramo que no haya salido de allí.
Así que esto que verán llega hasta el martes 21 de octubre, a una semana de la cumbre de APEC en Corea del Sur en la cual deben encontrarse Trump y Xi. La gran pregunta es, ¿lo harán? Después de lo sucedido, Trump lo puso en duda, pero versiones posteriores han confirmado que de momento, la reunión tendrá lugar. Faltando menos de tres meses para que finalice la tregua que puso en vilo al comercio internacional a principios de año, el final de año no podía ser menos impactante.
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