“México debería pensarlo dos veces antes de imponer aranceles a China”

19 septiembre, 2025

Por Jiang Shixue (*) para DangDai. Informes recientes indican que México, aparentemente bajo la presión de Estados Unidos, está considerando imponer aranceles adicionales a las exportaciones chinas. Esta medida no solo afectaría negativamente el desarrollo económico del mismo México, sino que también dañaría el dinamismo de las relaciones entre China y México, e impactaría en el mantenimiento de un orden comercial internacional justo y razonable.

Este episodio revela claramente los dilemas que enfrentan los países pequeños y medianos en medio de la rivalidad entre grandes potencias, así como los graves daños que el unilateralismo y el proteccionismo infligen a las relaciones económicas y comerciales internacionales.

I. Es perjudicial para la propia economía de México

Desde una perspectiva económica, la decisión de México incrementará directamente los costos de importación y encarecerá los precios al consumidor en el mercado interno. Como país con una base manufacturera relativamente débil y una estructura económica aún dependiente de los mercados externos, México necesita importar en gran medida bienes intermedios, componentes y productos de consumo para mantener en marcha sus cadenas industriales y la estabilidad social. Los productos chinos, conocidos por su buena calidad y precios bajos, han penetrado profundamente en el mercado mexicano en sectores como electrónicos, maquinaria y equipo, textiles y artículos de consumo diario. Una vez que se impongan aranceles sobre estos bienes, es previsible que las empresas mexicanas enfrenten mayores costos de producción, lo que debilitará su competitividad exportadora y, en última instancia, dañará el desarrollo de su propio sector manufacturero.

Los aranceles se traducirán en aumentos de precios. A largo plazo, esto agravará los niveles de inflación en México y aumentará el descontento social. En particular, para los sectores de bajos ingresos, que dependen de productos chinos accesibles, la aplicación de estas políticas encarecerá significativamente el costo de vida y afectará la equidad social.

Además, gravar los productos chinos no fortalecerá genuinamente las industrias domésticas de México. En realidad, para cultivar la competitividad industrial mexicana se requiere mayor inversión en tecnología, capacitación de mano de obra y mejora de infraestructuras, no levantar barreras artificiales contra los productos extranjeros mediante mecanismos administrativos. El proteccionismo, de hecho, a menudo deja a las industrias nacionales sin presión competitiva, lo que genera ineficiencia y debilita la vitalidad económica en general.

II. Es dañino para las relaciones China-México

La cooperación entre China y México ha venido desarrollándose rápidamente en las últimas dos o tres décadas en áreas como comercio, inversión e intercambio cultural. China se ha convertido en el segundo socio comercial más importante de México. La cooperación bilateral no solo ha impulsado el crecimiento de las exportaciones mexicanas, sino que también ha proporcionado financiamiento y apoyo técnico para la construcción de infraestructura, el desarrollo energético y otros sectores. Si México adopta medidas arancelarias contra China bajo la presión estadounidense, inevitablemente enviará una señal política poco amistosa y socavará la confianza bilateral.

Los presidentes Claudia Sheinbaum y Xi Jinping conversan en Río de Janeiro durante la Cumbre del G-20, en noviembre de 2024 (Xinhua).

Desde una perspectiva diplomática, las relaciones entre China y México siempre han enfatizado el beneficio mutuo y la toma de decisiones independientes. Si México cede a la presión de Estados Unidos y adopta medidas comerciales discriminatorias contra China, será percibido como carente de autonomía estratégica. Esto no solo reducirá la disposición de China a invertir en México, sino que también podría disminuir la confianza china en la postura mexicana en foros multilaterales. Para una economía de tamaño medio, dependiente de mercados externos, una política exterior vacilante y dependiente solo debilitará su voz en el escenario internacional.

Más aún, la cooperación entre México y China no se limita al nivel bilateral, sino que forma parte del patrón más amplio de cooperación de China con América Latina. Si México toma la delantera en imponer aranceles a China, podría sentar un precedente negativo para otros países, afectando el desarrollo estable de las relaciones generales de China con América Latina. Esta medida haría que México perdiera el papel constructivo que podría desempeñar en la diplomacia regional.

III. Daño a las reglas del comercio internacional

La imposición de aranceles mexicanos a las exportaciones chinas no responde a una necesidad propia de comercio justo, sino que es una reacción pasiva bajo la coerción de Estados Unidos. Esta acción viola los principios de no discriminación y de libre y justo comercio defendidos por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y debilita la postura unida del mundo en desarrollo contra el proteccionismo.

En los últimos años, Estados Unidos ha recurrido con frecuencia a aranceles unilaterales, jurisdicción extraterritorial y otros mecanismos para presionar a otros países a tomar partido, politizando en esencia cuestiones económicas al servicio de su estrategia geopolítica. Si México sigue ese camino, no solo dañará su imagen como defensor del multilateralismo, sino que también contribuirá objetivamente a la fragmentación del orden económico y comercial internacional. Este enfoque llevará a una “fragmentación de las reglas”, volviendo más vulnerables las cadenas globales de suministro e industriales.

Hoy en día, la economía mundial enfrenta desafíos generalizados, como bajo crecimiento, inflación, inestabilidad en las cadenas globales de valor y unilateralismo, lo que exige urgentemente que los países cooperen para promover la liberalización comercial y la globalización económica, en lugar de adoptar una mentalidad de suma cero y medidas proteccionistas. Si México insiste en elevar aranceles, será visto como alineado con el movimiento antiglobalización, perdiendo no solo la autoridad moral de defender los intereses de los países en desarrollo en el escenario internacional, sino también enfrentando críticas de la opinión pública mundial.

IV. Pensar dos veces antes de actuar

China espera que México sea extremadamente cauteloso y reflexione antes de actuar. En efecto, la competencia entre Estados Unidos y China afecta la política exterior mexicana. Ante la presión estadounidense, México sí tiene opciones. Como Estado soberano independiente, México es plenamente capaz de mantener su relación con Estados Unidos y, al mismo tiempo, sostener una política exterior diversificada y autónoma, sin tomar partido.

De hecho, fortaleciendo la cooperación con China y otros socios, México puede reducir su excesiva dependencia de Estados Unidos y aumentar su resiliencia. Aprovechando las diferencias de mercado entre China y Estados Unidos, México puede desempeñar un papel de puente en áreas como cadenas globales de valor, centros logísticos e inversión transfronteriza, obteniendo así mayor espacio de desarrollo en medio de la rivalidad entre grandes potencias.

Es muy cierto que México está “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, pero la experiencia histórica muestra que la dependencia excesiva de un solo mercado conduce únicamente a la pasividad, mientras que la diversificación y la autonomía son claves para un desarrollo sostenible. China ofrece a México una opción para diversificar sus relaciones económicas externas. Si México logra ver su relación económica con China con visión estratégica, podrá ser un buen socio tanto de Estados Unidos como de otros países frente al complejo panorama internacional.

En resumen, la imposición de aranceles a las exportaciones chinas bajo coerción estadounidense no solo perjudicará el desarrollo económico de México, sino que también dañará las relaciones China-México y socavará la justicia del orden comercial internacional. México necesita reconocer que el camino que verdaderamente sirve a sus intereses nacionales no está en ceder a presiones externas, sino en insistir en la independencia, la autonomía y el fortalecimiento de la cooperación multilateral. Solo de esta manera México podrá encontrar su lugar en la ola de globalización y alcanzar una prosperidad duradera.

* Profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Macao.

Categorías: Latinoamérica

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