¿Cómo implementar la Iniciativa de Gobernanza Global?

12 septiembre, 2025

Por Jiang Shixue (*) para DangDai. En la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái Plus, celebrada en Tianjin, China, el 1º de septiembre, el presidente chino Xi Jinping propuso implementar una Iniciativa de Gobernanza Global (GGI, por sus siglas en inglés). La necesidad de una iniciativa de este tipo es evidente.

Todos los países del mundo, ricos o pobres, grandes o pequeños, son víctimas de problemas globales o amenazas de seguridad no tradicionales tales como el cambio climático, el crimen transfronterizo, la inseguridad cibernética, el deterioro ambiental, la propagación de enfermedades infecciosas, la pobreza, el terrorismo, el proteccionismo comercial, entre otros.

En el proceso de implementación de la GGI, deben tenerse en cuenta los siguientes puntos:

En primer lugar, es imperativo adherirse al orden internacional basado en las leyes internacionales y en la Carta de las Naciones Unidas. El orden internacional se refiere a las reglas que rigen el comportamiento internacional y, por lo tanto, las interacciones entre los distintos países del mundo. Implica la distribución de derechos y la definición de obligaciones entre los Estados, especialmente las grandes potencias. Dado que el estatus de los países en el escenario internacional no es estático, el orden internacional, que refleja estos cambios, no es rígido. Se cree que, mientras Occidente declina, Oriente asciende.

Cabe señalar que, con el rápido ascenso de China y otras economías emergentes, así como con la intensificación de la competencia entre grandes potencias, el G7 liderado por EE. UU. ha comenzado a promover el llamado “orden internacional basado en reglas”. Sin embargo, ¿cuáles son estas “reglas”? ¿Quién puede definirlas o formularlas? Evidentemente, el “orden internacional basado en reglas” propuesto por el G7 está diseñado para liberarse de las restricciones del derecho internacional y de la Carta de la ONU, con el fin de servir a los intereses del club de los ricos, lo que hace que su planteamiento sea altamente engañoso.

De hecho, solo existe un orden internacional: aquel basado en las leyes internacionales y en la Carta de la ONU. Solo hay un conjunto de reglas. Por lo tanto, en el proceso de implementación de la GGI, debe rechazarse el llamado “orden internacional basado en reglas” y sostener únicamente el orden internacional fundamentado en el derecho internacional y la Carta de la ONU.

En segundo lugar, debe promoverse vigorosamente la cooperación Norte-Sur. Los problemas globales se caracterizan por su globalidad, transnacionalidad y difusibilidad, lo que significa que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo son víctimas. Esto implica que ambos deben fortalecer la cooperación para impulsar la gobernanza global.

Sin duda, en el proceso de reforzar la cooperación, ambas partes deben respetar el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. La palabra “comunes” significa que todos los países del mundo deben asumir responsabilidades de manera conjunta, mientras que “diferenciadas” implica que los distintos países deben asumir responsabilidades distintas. Por lo tanto, los países desarrollados deben evitar el egoísmo y aprovechar sus ventajas absolutas en capital y tecnología para aumentar la asistencia a los países en desarrollo.

En tercer lugar, el multilateralismo debe ser siempre defendido. Los problemas globales afectan a múltiples países e incluso pueden poner en riesgo el bienestar o el destino de toda la humanidad. Por ello, en el proceso de abordarlos, el multilateralismo debe ser respetado por todos.

En esencia, el multilateralismo es un principio que orienta el manejo de los asuntos internacionales con una actitud de apertura, inclusión, cooperación y beneficio mutuo, sobre la base de los “Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica”. Hace hincapié en que todos los países son miembros iguales de la comunidad internacional. Como resultado, también encarna la democratización y la legalización de las relaciones internacionales como concepto central del sistema internacional vigente, respeta la soberanía de los demás sin importar su tamaño, fuerza o nivel de desarrollo, defiende la equidad y la justicia, y se adhiere a la igualdad en derechos y oportunidades.

En marcado contraste con el multilateralismo está el llamado unilateralismo o “multilateralismo selectivo”. Ambos “-ismos” pueden considerarse como “pseudomultilateralismos”. Subrayan la autoridad absoluta de un solo país y sus acciones independientes, ignorando la importancia y la necesidad de la cooperación y la consulta internacional. En algunos casos, incluso se adhieren a la “ley de la selva”, donde los fuertes se imponen sobre los débiles. En consecuencia, llevan rasgos distintivos de hegemonismo y política de poder, que son perjudiciales para los esfuerzos globales de impulsar la gobernanza mundial mediante la unidad y la cooperación.

Por último, pero no menos importante, el ámbito académico debe ofrecer apoyo intelectual efectivo y realista para implementar la GGI. La gobernanza global es tanto un problema teórico como práctico. Para los responsables de la formulación de políticas, las ideas o soluciones prácticas son más importantes que los análisis teóricos vacíos o las investigaciones conceptuales. Por lo tanto, la investigación sobre la gobernanza global puede dividirse en múltiples subáreas, tales como la gobernanza global de la inteligencia artificial, la gobernanza climática global, la gobernanza del desarrollo global, la gobernanza digital global, la gobernanza económica global, la gobernanza ambiental global, la gobernanza financiera global, la gobernanza sanitaria global, la gobernanza de internet global, la gobernanza de la propiedad intelectual global, la gobernanza marítima global, la gobernanza de la pobreza global, la gobernanza de la seguridad global, la gobernanza espacial global, la gobernanza del comercio global, la gobernanza fiscal global y la gobernanza de los derechos humanos global, entre otras. Un debate sobre la gobernanza global en términos generales y vagos, basado en análisis teóricos vacíos o investigaciones conceptuales, resulta contraproducente.

En efecto, no es fácil eliminar todos los problemas globales de la noche a la mañana, pero la humanidad no debe temerles. La propuesta de implementar la GGI es un ejemplo más del deseo de China de hacer del mundo un lugar mejor para vivir, y América Latina debería unirse a China para avanzar juntos hacia un futuro brillante.

(*) Profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Macao

Categorías: China

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