La restauración ecológica: un plan global para curar el planeta
Por Zhang Wenbo (*) y Sheng Lei (**) para DangDai. En medio de la escalada de las crisis ecológicas mundiales, que van desde el aumento de las temperaturas y la extinción de especies hasta la deforestación y la desertificación, el mundo se enfrenta al desafío urgente de salvaguardar la seguridad ecológica. Un tema en que China devino líder.
Como una de las naciones más gravemente afectadas por los desastres naturales, China se ha convertido a la vanguardia proactiva en la conservación y restauración ecológica, ofreciendo al mundo innovadoras soluciones y sabiduría, con características chinas. En la lucha contra la desertificación, China ha sido pionera en sistemas de franja forestal protectora a gran escala y proyectos solares fotovoltaicos. Estas iniciativas no solo estabilizan las dunas de arena, sino que también generan energía limpia, revirtiendo efectivamente la expansión de los desiertos. En el ámbito de la rehabilitación de zonas mineras, China ha transformado zonas mineras colapsadas en prósperos espacios verdes mediante la recuperación de tierras y la restauración de ecosistemas.
Mientras tanto, sus esfuerzos por proteger la biodiversidad abarcan las rigurosas regulaciones de zonificación dentro de las reservas naturales, el monitoreo de especies en tiempo real y la investigación científica específica para reconstruir hábitats y avivar especies en peligro de extinción. Estas estrategias, basadas tanto en la ambición como en la practicidad, muestran el compromiso de China de armonizar el desarrollo con la resiliencia ecológica. Al compartir sus estudios de caso y metodologías, China está contribuyendo a marcos de acción a nivel mundial, con su propio estilo y sabiduría, para sanar los ecosistemas degradados, lo que demuestra su papel cada vez más importante como garante de la sostenibilidad planetaria.
La situación de la seguridad ecológica global sigue siendo preocupante, ya que aún no se ha logrado frenar de manera eficaz la tendencia a la degradación del medio ambiente. El 19 de marzo de 2025, la Organización Meteorológica Mundial informó que la temperatura media global en 2024 fue 1,55 °C superior a los niveles preindustriales (1850-1900). Pocos días después, el 24 de marzo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó en Roma, Italia, dos informes alarmantes: El Tercer Estado de los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura del Mundo y El Segundo Estado de los Recursos Genéticos Forestales del Mundo. Estos informes revelaron que un tercio de todas las especies arbóreas evaluadas se encuentran actualmente amenazadas. Mientras tanto, en julio de 2024, el Congreso Mundial del Suelo de la UNESCO emitió una dura advertencia: el 90% de la capa superior del suelo de la Tierra se habrá degradado para 2050. En este contexto, la conservación y la restauración ecológicas se han convertido en una prioridad global urgente para toda la humanidad. China, una nación plagada de desastres naturales durante mucho tiempo -desde las incesantes inundaciones del río Huanghe hasta los desiertos invasores- se ha convertido en un líder en la recuperación ecológica, por ejemplo, en los aspectos como el control de las inundaciones del río Amarillo y la contención del avance del desierto. Según la NASA y Nature, los esfuerzos de reverdecimiento de China representan el 42% de los del mundo gracias a sus campañas masivas de forestación, proporcionando un ejemplo de la sabiduría y las soluciones chinas para el planeta.

Curando el cáncer de la Tierra: los cinturones verdes avivan los terrenos baldíos
La desertificación, a menudo apodada como el “cáncer de la Tierra”, es uno de los desafíos ecológicos más difíciles. China, una de las naciones más afectadas, ha contraatacado con iniciativas ecológicas a gran escala como el Programa de la Franja Forestal Protectora de los Tres Nortes, devolviendo las tierras agrícolas a bosques y pastizales, y sellando las tierras degradadas para su restauración. En la práctica que ha durado 45 años, el Proyecto Tres Nortes ha plantado árboles en 320.000 kilómetros cuadrados, aumentando la cobertura forestal del 5,1% al 12,1%, beneficiando directamente a 120 millones de personas y reduciendo las tierras desertificadas en casi un 50%. En lo que se refiere al logro histórico, hasta el noviembre de 2024, se ha completado una barrera verde de 3.046 km que rodea el desierto de Taklimakan, el desierto de arena movediza más grande del mundo, bloqueando 337.600 kilómetros cuadrados de dunas y formando el escudo ecológico de borde desértico más largo de la Tierra. Técnicas innovadoras como el control de arena con paneles solares y las barreras de paja en forma de tablero de ajedrez han cambiado el rumbo en Xinjiang, reduciendo las áreas arenosas en 242,82 kilómetros cuadrados en 30 años y generando 4.370 millones de yuanes anuales en industrias desérticas. El éxito de China ofrece un modelo para Asia Central y África en la lucha contra la desertificación.
Eliminando cicatrices de la naturaleza: la restauración holística transforma los páramos mineros
La minería deja cicatrices en la tierra, arrasando con la vegetación, contaminando el agua y alterando los ecosistemas. Pero China está curando estas heridas a través de la recuperación de tierras, la restauración ecológica y el relleno de cavidades subterráneas. Tomamos como ejemplo el Lago Oro Verde de Huaibei en la provincia de Anhui (foto de apertura), que fue un pozo minero abandonado. Mediante el tratamiento integral del área de hundimiento, se ha transformado en un lago de 18 kilómetros cuadrados en el corazón de un Parque Minero Nacional, atrayendo a más de un millón de visitantes al año y aumentando el valor de la tierra más de 30.000 millones de yuanes. En Shandong, las avanzadas tecnologías de teledetección y geología han permitido restaurar más de 3.200 kilómetros cuadrados de zonas afectadas por el hundimiento debido a la extracción de carbón, creando un modelo sostenible de “tierras de cultivo arriba, pozos rellenados abajo”.
Reviviendo Dando ritmos salvajes: la salvaguardia de la biodiversidad despierta los latidos de la naturaleza
La fauna y flora silvestres forma parte esencial en la comunidad global de la vida y refleja la vitalidad de los ecosistemas naturales. China ha promovido sistemáticamente la protección del hábitat mediante medidas como la construcción de un sistema de parques nacionales, la gestión de la zonificación espacial, las investigaciones de especies y la conservación científica, proporcionando un entorno favorable para la supervivencia y la reproducción de la fauna y flora silvestre. Desde el altiplano tibetano hasta las selvas tropicales, China ha logrado un equilibrio entre la protección ecológica y el desarrollo sostenible a través del sistema de parques nacionales y los modelos de cogestión comunitaria. El Parque Nacional Sanjiangyuan es el primer proyecto piloto de los parques nacionales de China. Integra 15 áreas protegidas naturales, con una superficie de 190.700 kilómetros cuadrados, y salvaguarda la integridad del ecosistema. Es el parque nacional terrestre más grande de China e incluso del mundo. Después del establecimiento del Parque Nacional de Sanjiangyuan, se revocaron 48 proyectos de construcción de minería e hidroenergía.
Ecos 2
En su lugar, se iniciaron proyectos de protección y restauración ecológica, como el control de tierras de desertificación, el mejoramiento de pastizales degradados y el control de plagas, junto con la construcción de caminos de patrullaje científico y bases de educación medioambiental. El parque ha establecido un estricto sistema de gestión de zonificación, prohibiendo las actividades turísticas en el área núcleo y llevando a cabo la educación ecológica a través de la gestión de concesiones en el área de control general. Los pastores y agricultores locales en el parque nacional se han transformado en oficiales de conservación ecológica, asumiendo tareas de patrullaje sin alterar sus estilos de vida tradicionales. El parque se adhiere a la conservación científica, colaborando con el gobierno, universidades y organizaciones medioambientales para establecer estaciones de investigación científica y laboratorios de biología molecular. También ha llevado a cabo secuenciaciones genéticas y seguimiento de migraciones de animales raros como el halcón sacre. Después de casi una década de protección y restauración, la cobertura de pastizales y el rendimiento de forraje en el área de Sanjiangyuan han aumentado en más del 11% y el 30%, respectivamente, en comparación con hace una década. Las poblaciones de animales salvajes han aumentado significativamente, y el número de antílopes tibetanos se ha recuperado de menos de 20.000 en los años 80 del siglo XX a más de 70.000 en la actualidad.
(*) Profesor Asociado, el Instituto de Ecología y Desarrollo Sostenible, Academia de Ciencias Sociales de Shanghái, SASS.
(**) Profesor, Academia de Ciencias Sociales de Shanghái, SASS.
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