Trump, Biden y “perder-perder” en su lucha global
En su artículo “Estados Unidos contra China. Perder para vencer”, el economista serbio-estadounidense Branko Milanovic aborda la política exterior de EE.UU. en su búsqueda para frenar a China incluso a costa de su propio bienestar.
Al editar el artículo, Le Monde Diplomatique dice que “la miopía de la economía dominante impide ver que el poder no significa un bienestar alto, sino uno más alto que el del rival”.
Milanovic plantea, en base a un texto de John Mearsheimer, que el Gobierno de EE.UU. “se involucraría en una guerra arancelaria y en otras políticas que reducen el bienestar de sus propios ciudadanos (y al mismo tiempo también el bienestar en China y en el resto del mundo). Una política que no sólo implica un juego de suma negativa, sino que está diseñada para ser una política de ‘perder-perder’ –es decir, que empeora la situación tanto del que la impulsa como de su objetivo en términos económicos– no tiene absolutamente ningún sentido para esos economistas”.
En su mirada, “la política de perder-perder debe tomarse como punto de partida. Biden y Trump se han involucrado en una política que, vista desde afuera, y evaluada en los términos en los que se presenta al público (‘mejorar la posición del trabajador estadounidense’, ‘traer empleos de vuelta a Estados Unidos’), difícilmente traerá los resultados esperados. Defienden esa política alegando que responde al interés económico de ciertos sectores de la población estadounidense porque ni Biden ni Trump pueden decir abiertamente que, en realidad, es totalmente indiferente a los intereses de los trabajadores y consumidores estadounidenses –e incluso está dispuesta a sacrificarlos– y que, en verdad, está motivada principalmente por el deseo de perjudicar más a China que a Estados Unidos”.
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