Lumilagro marca el camino y crece el déficit comercial

30 julio, 2025

Además del tradicional fabricante de termos argentino, que recientemente anunció recortes en su producción para importar desde China, se sumaron otras empresas con la misma estrategia, por la pérdida de competividad local ante la apertura importadora y la política cambiaria.

Se trata, dice Letra P, de industrias que dejan de producir en Argentina y se convierten en importadores, distribuidores que viajan a China y empresas que mudaron sus líneas de producción a Brasil.

Entre otros casos, además de Lumilagro, la nota cita la “desnacionalización de la producción de autopartes” en casos como el Proyecto Patagonia de Volkswagen para su centro industrial de la localidad bonaerense de General Pacheco, donde produce la pick-up cordobesa Fiat Titano junto con la automotriz china Saic-Maxus. Ya no tiene “partes o piezas locales, sino que utiliza el sistema CKD de China, mediante el cual el vehículo se importa desarmado y acá sólo se arma”.

Otro caso del mismo sector es SKF, que “está trasladando líneas de producción a Brasil y los denominados autopartistas sistemistas son grandes importadores que terminan armando acá, por ejemplo SAS u ONTEC, del grupo Mirgor”.

Uno más, la metalúrgica Baigorria, que dijo que “las autopartistas de reposición tienen líneas específicas que no conviene fabricar en el país y las traen de China. Las distribuidoras del sector ejercen presión en el mercado, porque ellos van a China a buscar por el precio. Es preferible que las traigan las autopartistas locales, que garantizan y respetan el tema calidad”.

Kenvue, que fabricaba las toallitas femeninas Siempre Libre y Carefree en el partido bonaerense de Pilar, trasladó su producción a Brasil y Colombia y dejó un centro logístico para seguir vendiendo en Argentina.

Y la multinacional suiza Clariant también cierra su planta del Parque Industrial de Zárate, para seguir fabricando en Brasil los insumos químicos para sectores de cuidado personal, limpieza, minería, pinturas, etc. Desde allí abastecerá al mercado argentino.

El medio menciona también un informe del Centro de Estudios Fundar según el cual “la apertura comercial iniciada por el gobierno pone en riesgo 430.000 puestos de trabajo y no existe una estrategia de transición en el horizonte para los trabajadores afectados. Se estima que 431.452 puestos de empleo podrían perderse por el aumento de importaciones que desplazan la producción nacional”.

En lo que va del año, las importaciones desde China crecieron casi 80 por ciento, en el marco de una caída del superávit comercial argentino: 74% frente al mismo lapso del año pasado: pasó de 10.742 a  2.788 millones de dólares. Con China puntualmente, el déficit comercial viene incrementándose sostenidamente este año.

“Empieza a darse un fenómeno, muchas de las colocaciones que China pensaba colocar en el mercado norteamericano, que sigue siendo el principal mercado de consumo mundial, están buscando otras latitudes y nosotros somos una de ellas”, señaló a Nodal el analista de comercio exterior Miguel Ponce.

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