China vende energía limpia y Washington impulsa el petróleo y el gas
Ante el calentamiento global, Estados Unidos y China persiguen estrategias energéticas definidas principalmente por preocupaciones económicas y de seguridad nacional, asegura el New York Times.
En un artículo firmado por colaboradores desde Estados Unidos, Brasil, India y China, el diario explica que “en China, el año pasado se instalaron más turbinas eólicas y paneles solares que en el resto del mundo en conjunto. Y el auge de las energías limpias en China se está globalizando. Empresas chinas están construyendo fábricas de vehículos eléctricos y baterías en Brasil, Tailandia, Marruecos, Hungría y otros países.”
“Al mismo tiempo, en Estados Unidos, el presidente Trump presiona a Japón y Corea del Sur para que inviertan billones de dólares en un proyecto para transportar gas natural a Asia. Y General Motors acaba de cancelar sus planes de fabricar motores eléctricos en una fábrica cerca de Buffalo, Nueva York, y en su lugar invertirá 888 millones de dólares en la construcción de motores de gasolina V-8 allí.”
Los autores indican que “la carrera por definir el futuro de la energía ha comenzado. Mientras los peligros del calentamiento global se ciernen amenazantemente sobre el planeta, dos de los países más poderosos del mundo, Estados Unidos y China, persiguen estrategias energéticas definidas principalmente por preocupaciones económicas y de seguridad nacional, en contraposición a la crisis climática. Industrias enteras están en juego, junto con las alianzas económicas y geopolíticas que configuran el mundo moderno.”
En este sentido, evalúan que la administración Trump quiere mantener al mundo dependiente de combustibles fósiles; mientras China, “en una dirección completamente distinta”, apuesta por un mundo “que funcione con electricidad barata proveniente del sol y el viento, y que dependa de China para obtener paneles solares y turbinas asequibles y de alta tecnología. China, a diferencia de Estados Unidos, no dispone de petróleo ni gas propios de fácil acceso en relación con su enorme población. Por ello, está ansiosa por eliminar la dependencia de los combustibles fósiles importados y, en su lugar, impulsar una mayor parte de su economía con energías renovables.”
Advierten, sin embargo, que los peligros que corre China al depender de regiones políticamente inestables para obtener energía quedaron en evidencia cuando Israel atacó a Irán, que vende prácticamente todas sus exportaciones de petróleo a China.
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