Al ponerse del lado de la guerra contra países árabes, en la ONU Argentina arriesgó el tradicional apoyo de esas naciones a la causa Malvinas. Destrabó China.

Según La Política Online, que cita también gestiones de mediación de Venezuela, Bolivia, Cuba y Chile, en la previa de la reunión anual del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas “había muchas dudas porque el alineamiento de Javier Milei con Israel genera tensiones con los países árabes que proponen una desescalada y ven como una provocación el cambio de embajada de Tel Aviv a Jerusalén”, anunciada por el mandatario.

Gestiones de Beijing y Caracas convencieron a países a que, pese a eso, apoyen el reclamo por una negociación diplomática sobre la soberanía argentina en las islas del Atlántico Sur, ocupadas ilegalmente por Gran Bretaña.