EE. UU. y China alcanzan un acuerdo comercial preliminar para aliviar tensiones arancelarias
Estados Unidos y China han acordado un marco comercial preliminar tras dos días de intensas negociaciones en Londres, con el objetivo de restablecer una tregua en la guerra comercial que ha tensionado las relaciones entre las dos mayores economías del mundo.
Las conversaciones, lideradas por el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, se llevaron a cabo en Lancaster House, Londres, con la participación de altos funcionarios como el representante comercial de EE. UU., Jamieson Greer, y el ministro de Comercio chino, Wang Wentao. Infobae destacó que las negociaciones se centraron en desescalar las tensiones tras meses de acusaciones mutuas, incluyendo la ralentización china de exportaciones de tierras raras y medidas estadounidenses como restricciones de visados.
El acuerdo, anunciado por el presidente estadounidense Donald Trump, incluye disposiciones sobre aranceles, suministro de tierras raras y acceso de estudiantes chinos a universidades estadounidenses, aunque aún requiere la aprobación final de Trump y el presidente chino Xi Jinping.
El acuerdo establece que Estados Unidos impondrá un arancel del 55% sobre las importaciones chinas, que incluye un 10% de arancel base “recíproco”, un 20% por tráfico de fentanilo y un 25% de aranceles preexistentes.
Por su parte, China aplicará un arancel del 10% a las importaciones estadounidenses, manteniendo los niveles acordados en mayo en Ginebra, cuando ambas partes redujeron los aranceles en 115 puntos durante 90 días.
El secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, confirmó que estos aranceles no se modificarán, consolidando la “tregua de Ginebra” tras una llamada directa entre Trump y Xi Jinping la semana pasada.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Comercio de China, He Yadong, afirmó que ambas partes alcanzaron un acuerdo de principios para implementar el importante consenso alcanzado por los dos jefes de Estado durante su conversación telefónica del 5 de junio y el marco de medidas para consolidar los resultados de las conversaciones económicas y comerciales en Ginebra, y lograron nuevos avances en la atención de las preocupaciones económicas y comerciales de cada una.
“De cara al futuro, ambas partes seguirán aprovechando el mecanismo de consulta comercial entre China y Estados Unidos, continuarán manteniendo la comunicación y el diálogo, fortalecerán el consenso, reducirán los malentendidos, fortalecerán la cooperación y promoverán conjuntamente el desarrollo estable y sostenido de las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos”, afirmó.
Un punto clave del acuerdo es el compromiso de China de suministrar “todos los imanes completos y las tierras raras necesarias” a Estados Unidos, según lo anunciado por Trump.
Este compromiso responde a las recientes restricciones chinas sobre la exportación de estos materiales críticos para sectores como la aeroespacial, los semiconductores y la defensa, que habían generado tensiones. Reuters destacó que, aunque el acuerdo evita una crisis inmediata en la manufactura estadounidense, no resuelve las tensiones a largo plazo, y China podría volver a usar las tierras raras como carta de negociación en el futuro.
Como parte del pacto, Estados Unidos relajará las restricciones de visados para estudiantes chinos en sus universidades, una medida que Trump describió como positiva, afirmando que siempre ha apoyado esta política.
Además, el acuerdo contempla una relajación en las restricciones de exportación de chips a China, respondiendo a presiones tanto de Beijing como del sector de semiconductores estadounidense.
El Banco Mundial recortó su pronóstico de crecimiento global para 2025 en 0,4 puntos porcentuales, hasta el 2,3%, citando los altos aranceles y la incertidumbre como un “viento en contra significativo” para las economías globales. Los mercados reaccionaron con cautela: mientras las bolsas del Golfo y Asia subieron ante los avances en las negociaciones, el S&P 500 cerró a la baja debido a tensiones en Oriente Medio y la falta de detalles concretos sobre el acuerdo.
El viceprimer ministro chino, He Lifeng, instó a ambas naciones a fortalecer el consenso y mantener la comunicación, según la agencia estatal Xinhua. “China reitera que Estados Unidos debe trabajar con China para honrar sus palabras con acciones, y demostrar sinceridad en el cumplimiento de los compromisos y esfuerzos concretos para implementar los consensos, a fin de salvaguardar conjuntamente los resultados del diálogo que tanto ha costado conseguir, indicó el funcionario.
Sin embargo, analistas advierten que el acuerdo es más un “aplazamiento” que una solución definitiva, ya que los aranceles del 55% podrían reducir el comercio, aumentar la inflación en EE. UU. y frenar el crecimiento económico en ambos países. La BBC subrayó que la falta de una solución duradera podría reavivar conflictos arancelarios en el futuro.
Contexto de las negociaciones
Las conversaciones, lideradas por el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, se llevaron a cabo en Lancaster House, Londres, con la participación de altos funcionarios como el representante comercial de EE. UU., Jamieson Greer, y el ministro de Comercio chino, Wang Wentao. Infobae destacó que las negociaciones se centraron en desescalar las tensiones tras meses de acusaciones mutuas, incluyendo la ralentización china de exportaciones de tierras raras y medidas estadounidenses como restricciones de visados.
Aunque Trump calificó el acuerdo como “cerrado” y expresó satisfacción, tanto él como Xi Jinping deben dar su aprobación final, según lo reportado por Perfil y La Nación. CNN Español señaló que el acuerdo busca reconducir la tregua comercial, pero la falta de detalles específicos mantiene a los mercados en vilo. Página12 enfatizó que el acuerdo, aunque significativo, no aborda completamente las diferencias estructurales entre ambas naciones.
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