La intención de desplazar a China de América Latina
Con el título “Sometimiento económico para desplazar a China”, Claudio Katz explica en Rebelión el empeño de Estados Unidos en expulsar a China de América Latina.
“Washington necesita reafirmar su dominación de América Latina para recuperar primacía mundial”, escribe Katz en un contexto en el que Estados Unidos busca que Europa “ofrende” su industria, Rusia limite su desarrollo, Asia prescinda de su autonomía financiera, China “renuncie a su expansión” y Latinoamérica entregue todos sus recursos”.
La nota asegura que “Trump busca frenar la impresionante expansión lograda por el gigante asiático en los últimos 20 años” en América Latina, ofreciendo cifras: mientras que la participación china en el comercio exterior de la región saltó del 3,7% en 2001 al 16% en 2020, la incidencia de Estados Unidos decayó del 49,7% al 37,4% y el volumen de las transacciones con el gigante oriental se disparó de 18.000 a 450.000 millones de dólares. Como ejemplos recientes, menciona que “la principal fábrica de autos eléctricos chinos en Brasil (BYD), está localizada en un predio que anteriormente perteneció a Ford” y que “el puerto más importante de Sudamérica (Chancay) fue recientemente construido y gestionado en Perú por una compañía china.”
Por otra parte, Katz compara el abordaje de América Latina por parte de Estados Unidos con el de China. “La primera presidencia del potentado finalmente desembocó en una mayor presencia china en Latinoamérica” y recuerda que en ese período “mientras que el presidente asiático visitó seis veces la región, su par estadounidense no realizó ninguna gira significativa”. Concluye que “frente a cada sanción proteccionista que dispone Trump, su colega chino ofrece más créditos e inversiones.”
En el caso de Argentina, asevera que Trump trata de “someter estratégicamente a la Argentina más allá de lo que suceda con Milei. Con ese control espera alejar al país de China.”
En este sentido, explica que “Trump reclama la anulación de todos los compromisos de inversión suscriptos con China para construir centrales hidroeléctricas, plantas de energía nuclear y puertos. Pretende desplazar a su rival en el suministro de las redes digitales 5 G, en la explotación del litio y en el control de las empresas agroalimentarias del litoral. También exige el abandono de la Ruta de la Seda, que Argentina incorporó formalmente a su agenda en el gobierno anterior.”
Por su parte, sostiene que el presidente Milei exhibe una “gran disposición” a aceptar las peticiones de Estados Unidos, lo que demostró “desechando la integración del país a los BRICS. Pero tal como ocurre con el swap chino, la convalidación de las exigencias yanquis empujaría a la Argentina al precipicio, puesto que Trump no ofrece ningún tipo de compensaciones. Sin el crédito de Beijing el país entraría en cesación de pagos”.
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