El presidente Trump y una fábula china

22 abril, 2025

La profesora Li Ziying analiza en una nota en Granma las consecuencias de “la práctica de Trump de faltar a su palabra con el pueblo estadounidense y del gobierno de Estados Unidos de faltar a su palabra con el mundo”.

Por Li Ziying*. Como el niño en la fábula «¡El lobo viene!», la práctica de Trump de faltar a su palabra con el pueblo estadounidense y del gobierno de Estados Unidos de faltar a su palabra con el mundo, solo puede traer consecuencias negativas para sí mismos.

En China, hay una fábula muy conocida por todos: «¡El lobo viene!» La historia dice así: Hace tiempo, había un niño que apacentaba ovejas en la montaña. Le parecía muy aburrido, así que para buscar algo de diversión, gritó hacia abajo de la montaña: «¡El lobo viene, el lobo viene!». Los aldeanos, al oír los gritos, se apresuraron a coger azadas y palos y corrieron hacia la montaña, pero descubrieron que no había ningún lobo. El niño se reía a escondidas, sintiéndose muy satisfecho por haber burlado a los demás.

Unos días después, el niño repitió el mismo truco y gritó de nuevo: «¡El lobo viene!» Los aldeanos fueron engañados una vez más y se enfadaron mucho.

Más tarde, un día, el lobo realmente llegó. El niño, asustado, gritó pidiendo ayuda: «¡El lobo viene, socorro!» Pero los aldeanos pensaron que todavía estaba mintiendo y nadie le prestó atención. Al final, el lobo se comió todas las ovejas del niño. El niño se arrepintió mucho, pero ya era demasiado tarde para remediarlo.

El 1 de febrero de 2025, al inicio de su mandato en EE. UU., el Presidente Trump firmó una orden ejecutiva anunciando la imposición de un arancel del 25% a las mercancías importadas de México y Canadá. Sin embargo, el 3 de febrero, Trump anunció que la aplicación de los aranceles a ambos países se suspendería por 30 días y continuarían las negociaciones.

El 2 de abril, la administración Trump anunció la implementación de una política de “aranceles recíprocos” a nivel mundial, que impondría un impuesto del 34% a las mercancías importadas de la China continental, un 20% a las importaciones de la Unión Europea, un 25% a las de Corea del Sur, un 24% a las de Japón y un 32% a las de la provincia de Taiwán. Además, se establecería un estándar mínimo de aranceles del 10% para todos los productos que entren a Estados Unidos. Esta política entraría en vigor a partir del 5 de abril de 2025.

El 9 de abril, apenas cuatro días después de su entrada en vigor, Trump cambió nuevamente la política, anunciando que la fecha de implementación de los aranceles recíprocos se pospondría 90 días y que la tasa de los aranceles recíprocos también se reduciría al 10%. Por el contrario, Trump aumentaría “de inmediato” los aranceles a China al 125%. Más tarde, la noche del 11, se anunció que el gobierno federal había acordado eximir a ciertos productos electrónicos como teléfonos inteligentes, computadoras y chips de lo que se llama “aranceles recíprocos”.

Estados Unidos inició unilateralmente una guerra comercial, lo que ha llevado al aumento de los precios internos, a la corrida por los supermercados y a la fuerte volatilidad del mercado bursátil; la comunidad internacional ha mostrado una fuerte insatisfacción, generando preocupaciones sobre el suministro de la cadena de valor global y causando una intensa fluctuación en los mercados de capitales globales.

Como la mayor economía del mundo, el gobierno de Estados Unidos no solo amenaza a otros países al azar con el gran palo de los “aranceles”, perturbando el orden económico y comercial internacional; sino que su política carece de cualquier certeza, está llena de arbitrariedad e incluso tiene un tono de burla.

¿Acaso un gobierno que anuncia políticas tan arbitrariamente y luego las retira o modifica con la misma facilidad merece la confianza de otros países? ¿Puede ganar respeto? Incluso, ¿merece que la comunidad internacional lo tome en serio?

A propósito, «Dentro de 24 horas se resolverá el conflicto entre Rusia y Ucrania una vez tome el poder». Los alardes del presidente Trump están todavía frescos.

Como el niño en la fábula «¡El lobo viene!», la práctica de Trump de faltar a su palabra con el pueblo estadounidense y del gobierno de Estados Unidos de faltar a su palabra con el mundo, solo puede traer consecuencias negativas para sí mismos.

* Catedrática, BFSU, China

Categorías: China

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