DeepSeek, el primer cisne negro de Trump

4 febrero, 2025

Por Lucas Gualda. Luces y sombras del nuevo asistente de IA made in China, con costos de desarrollo altamente inferiores, y un funcionamiento simplificado y eficiente.

El futurólogo ya fallecido, Jacque Fresco, afirmaba en su entrevista dentro del polémico documental Zeitgeist, que el “futuro era de la técnica”. Mientras en Occidente nuestros líderes intentan marearnos con discusiones estériles acerca del género de las personas, en Oriente la tecnología está transformando a la sociedad.

Nos enteramos hace días que el “sol artificial” que están desarrollando científicos chinos logró “estar encendido” durante 17 minutos, siendo el avance más relevante en fusión nuclear del que se tenga registro, algo que de consolidarse podría dejar muy atrás los arduos debates respecto a la transición energética.

Pero hubo más. El tema que convoca a este artículo tiene que ver con un suceso ocurrido el último fin de semana de enero. Una startup china llamada DeepSeek lanzó un nuevo asistente de IA de código abierto y costos de operación bajísimos, que desmoronó en cuestión de horas el precio de las acciones de Nvidia (el descenso más fuerte de la historia), el mayor fabricante de chips en el mundo; poniendo en jaque a un mercado dominado por OpenAI (Chat GPT), y seguido de cerca por Anthropic (Claude), Google (Gemini), X (Grok AI), y Meta (Meta AI); y sembrando el temor en la administración Trump; además de prender una luz de esperanza en un mundo dónde la ciega persecución por generar rentabilidad todo el tiempo desafía a la ética.

DeepSeek R1: El asistente de IA que lo cambió todo

Nadie se imaginaba este lanzamiento. DeepSeek R1, un modelo de IA conversacional con rendimientos similares a ChatGPT, pero sin versión premium, y de código abierto. Un verdadero mazazo al mercado, y una noticia auspiciosa para la sociedad, que ahora puede acceder sin costo a una tecnología que lo puede cambiar absolutamente todo.

Se puede confirmar ingresando a https://chat.deepseek.com/, y con una cuenta Google o haciendo el registro con e-mail, iniciar a conversar con esta nueva IA. La velocidad de respuesta es en general más veloz que la de ChatGPT, por citar al competidor más relevante. El autor de este artículo le solicitó a DeepSeek, por ejemplo, una tabla (compatible con Excel o Google Sheets) con el vocabulario del examen internacional de chino HSK. La misma tarea que con ChatGPT se tuvo que realizar en varios días, siendo la IA incapaz de proveer la información, en el asistente chino se resolvió en unos pocos intentos, dejando poco lugar a la edición (solo quedó el formato, que lógicamente es tarea a realizar dentro del procesador de hojas de cálculo).

DeepSeek es una inteligencia artificial china, pero no es la primera de la que se tenga conocimiento, ni tampoco una cuyo conocimiento era público. Se trató de una verdadera sorpresa para todos. Esta tecnología se mantuvo oculta hasta su lanzamiento, donde puso en jaque a la industria en su totalidad. Los motivos serán comentados más adelante, pero en resumen, se trata de todo un “underdog”, algo así como el equipo del Leicester City que ganó la Premier hace unos años. Se escribirán ríos de tinta relatando esta proeza, y DangDai no podía no ser parte de esto.

El primer dato fuerte con respecto a este nuevo modelo, y quizás el que más daño hizo en la competencia, tuvo que ver con los costos de desarrollo del mismo. Algunas estimaciones hablan de que DeepSeek R1 costó 50 veces menos que su contraparte de OpenAI (ChatGPT o3). Esta primera aproximación causó un terremoto en las oficinas de Nvidia, empresa que fue primero famosa entre el público gamer por sus placas de video GeForce, pero cuyo negocio principal hoy son los chips GPU para el desarrollo de inteligencia artificial.

Las GPU (unidad de procesamiento gráfico), permiten, como dice su nombre, correr gráficos impactantes sin colapsar a la computadora principal, que corre sus programas con el chip (conocido como CPU o procesador) de la placa madre, fueron furor hace unos años por su utilidad para minar criptomonedas, y ahora lo son además para la IA. Esta situación, sumada a la potencia tecnológica de la empresa taiwanesa, llevó a una valuación de la compañía a niveles siderales. Algunos dudaban realmente de si la posición de Nvidia en el mercado era robusta, y DeepSeek ha sido sin dudas la primera prueba de fuego para la empresa de Jensen Huang, fundador y actual CEO.

Las reacciones en el mercado fueron muy disimiles. Por un lado el pánico entre los inversores que se lanzaron todos a vender acciones de Nvidia, cuya posición monopólica en la comercialización de GPUs (chips gráficos, utilizados para la computación) la convirtió en la principal afectada, ante la noticia de un modelo que no sólo utiliza chips viejos, ya que la empresa no puede vender a China los chips más avanzados o sufriría sanciones en EEUU a causa de la “Chips Act (Ley de Chips)”; por otro, la confirmación para muchos de que la IA con este suceso ha acelerado sus tiempos, y el momento en que la humanidad llegue a desarrollar una AGI (Inteligencia Artificial General) está cada vez más cerca.

Una pregunta entre los especialistas es cómo DeepSeek logra este modelo a un costo menor, y con tan buen rendimiento. Uno de los investigadores de OpenAI, Mark Chen, en su perfil de la red social X, destacó que los desarrolladores chinos se encontraron en su camino con conceptos muy parecidos a los de la empresa norteamericana en su búsqueda por el modelo o1 de OpenAI. ¿Punto a favor de la inteligencia colectiva? Otros sospechan que la empresa “plagió” en cierto punto a los estadounidenses. Aún no se puede confirmar esta última hipótesis.

El otro dato, quizás el más importante para el futuro de la IA, y de la humanidad, es que DeepSeek ofrece código abierto, permitiendo a usuarios de cualquier parte del globo tomar el modelo y adaptarlo a sus necesidades. Este pequeño hecho además echa por tierra cualquier sospecha respecto a un potencial uso de los datos personales o de las compañías utilizados dentro del modelo. Cada desarrollador es entonces responsable de su seguridad. Además de que el concepto de código abierto no sólo abre a esta IA a múltiples usos, sino que además sienta las bases para potenciales mejoras, que surgirán del intercambio entre los distintos programadores que utilicen DeepSeek.

DeepSeek, la flor de loto de la IA

La llegada de DeepSeek, como todas las buenas historias, contiene un poco de épica. Hay algo de milagro.

Respecto al desarrollo de DeepSeek, se hacen carne las palabras del periodista Sebastián Campanario en su newsletter “Proxi” del viernes 24 de enero de este año, donde contaba acerca del “momento Eureka”, ese que recuerda a Arquímedes y su colmada bañera, donde se le ocurre la idea que lo haría eterno. Campanario resalta que la búsqueda de una idea no es un proceso lineal, ni tampoco individual, sino que es mucho más factible dar con una solución cuando es discutido grupalmente. Este punto a favor del brainstorming se confirma en lo reportado en la red social X por Han Xiao, quien explica que esta nueva IA es el subproducto de un grupo de técnicos que desarrollaban “quants (tecnología de cálculo aplicada a las finanzas)”.

El auge de DeepSeek podría ser resumido en la famosa frase que da arranque a Rayuela: “Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”. El asistente de IA estaba lejos de ser el producto principal de High-Flyer, un “quant” con base en Hangzhou, provincia de Zhejiang, y que llegó a administrar altísimas sumas de dinero como parte de su fondo de cobertura. La empresa, al igual que otras “quants”, utilizaban la computación cuántica y la IA para predecir el rendimiento de las acciones en la bolsa, logrando así una mayor rentabilidad en la inversión.

Pero como dirían los viejos popes de la estrategia como Michael Porter, si todos hacen lo mismo, no hay estrategia. En China los quants se multiplicaron como pan caliente, y se llegó a un punto en que todos los fondos ganaban dinero, o al menos no perdían. La tecnología logró torcer la muñeca a la invisible mano del mercado, lo que llevó a las autoridades chinas a intervenir y regular la actividad de estos fondos en el año 2021. High-Flyer irónicamente dejó de “volar alto”, y esa capacidad tecnológica ociosa pasó a ser utilizada para crear otros servicios vinculados a la IA.

Literalmente fue así. Los fondos que ya disponía High-Flyer para la investigación y desarrollo, así como los potentes chips H800 de Nvidia fueron consecuentemente volcados casi en su totalidad a desarrollar DeepSeek. Esa condición inicial, fruto de la actividad original de la compañía fue quizás la que la “protegió” de los ruidos del ecosistema. No hay ejemplos en el mundo de una iniciativa de IA sin apoyo gubernamental ni de venture capitals (“venture capitals”, considerados por muchos como un mal moderno, ya que suelen asfixiar la innovación que es fruto de la necesidad de conseguir capital). DeepSeek es un proyecto autofinanciado, y como tal, pudo conservar su esencia sin rendir cuentas, así como volar bajo el radar, hasta el momento indicado.

Es con todas las letras una startup, teniendo en su haber menos de 100 empleados en plantilla, pero que por su naturaleza original, como empresa de gestión de activos financieros, no cuenta con la inversión de los “venture capitals”, considerados por muchos como un mal moderno, ya que suelen asfixiar la innovación que es fruto de la necesidad de conseguir capital.

Estos matemáticos e ingenieros chinos abocados a la minería de cripto y otras yerbas, dispusieron sus “GPU” (chips gráficos utilizados para el procesamiento de datos) sobrantes para crear DeepSeek, como un soporte a la actividad principal. Hoy es su principal activo.

La cara detrás de este auspicioso proyecto

Wuchuan es una localidad pequeña colindante con la ciudad de Zhanjiang, en el suroeste de la provincia de Guangdong (Cantón), frente a las costas de la paradisíaca isla de Hainan. Y a partir de estos días, es el pueblo natal del hombre más buscado en China, Liang Wenfeng, la cara detrás de DeepSeek.

Su nombre era completamente desconocido en el mundo, y también lo era en China, hasta hace unos días, cuando tras el anuncio de DeepSeek el periodismo especializado, sus competidores, y los habituales geeks se lanzaron a buscar al responsable de semejante hazaña.

Nativo, como ya se explicó, de la provincia de Guangdong, y con estudios en la provincia de Zhejiang, de 40 años de edad, Ingeniero Electrónico especializado en Información por la Universidad de Zhejiang, abrió en 2015 el fondo de cobertura High-Flyer. DeepSeek recién comenzaría a operar en 2023, unos cuantos años después, por los motivos ya mencionados.

Pero el éxito de DeepSeek no se explica sólo en la cara visible de su líder, un verdadero nerd, alejado de la típica imagen del fundador de Silicon Valley que suele tener más de vendedor estilo charla Ted que de técnico, sino también en la filosofía de trabajo, la cual rompe con el paradigma que se estila en el duro y competitivo sector tecnológico chino.

El famoso paradigma de trabajo “996”, que se refiere a trabajar de 9am a 9pm, 6 días a la semana, en lo que supone una verdadera faena para los empleados, no es parte de la filosofía de trabajo de DeepSeek. Esos turnos agotadores, sumado a un micromanagement que no llega a ningún lado, no fueron bienvenidas en esta compañía destacada por su horizontalidad, la cual además refuerza el saber y el valor de cada uno de sus colaboradores, líderes en sus especialidades.

Muchos jóvenes hoy están eligiendo dejar empleos que exijan el 996, en pos de un mayor balance entre el trabajo y el descanso. Que DeepSeek se erija como la principal compañía de IA, sin plegarse a ese esquema de trabajo, es un dato muy prometedor para el futuro del trabajo en China.

Ese cambio en la cultura también requiere de lateralidad en cuanto al reclutamiento. Se conoce que la compañía prefiere a jóvenes que recién terminan sus estudios, o con un máximo entre 3 y 5 años de experiencia. Para Liang, las soluciones en tecnología no se hallan en la experiencia, sino en la pasión por la tecnología. Lógicamente, cuanto más paso por la vida corporativa, esa creatividad es aplastada, llevando a la apatía. La única cura a eso, son los nuevos perfiles, puros, sin el vicio que viene con la tan valiosa experiencia.

Para el especialista Jordan Schneider del blog China Talk, esta preferencia por los perfiles frescos sobre los talentos experimentados, no aplica a todas las industrias. Fue clave para el avance de China en semiconductores (chips), pero la IA requiere de una lateralidad que la experiencia no da. Simplemente se tiene, o no se tiene. Por eso DeepSeek busca a los alumnos mejor laureados en matemática y computación, y les paga el mejor sueldo de la industria. Una buena estrategia es aquella que funciona.

Por lo pronto, Liang fue recibido en este año nuevo lunar como una estrella. Medios nacionales reportaron las pancartas que inundaron el pueblo de Wuchuan con mensajes como “eres el orgullo y la esperanza de nuestra ciudad”.

Ascenso inesperado, ¿para quiénes?

La presentación en sociedad de DeepSeek, ¿fue realmente un hecho sorpresivo? Cuanto más nos sumergimos en el ambiente de la IA, se comenzaba a vislumbrar la explosión de la burbuja. Como siempre, faltaba la chispa adecuada. El el modelo de IA de esta ignota compañía china había visto la luz 1 semana antes del shock bursátil.

Esa misma inteligencia que se utilizaba, para hallar modelos de conducta en los inversores, pasó a democratizar el uso de la IA en el mundo, sembrando el pánico entre los inversores que se volcaron en manada a vender sus acciones de Nvidia. Quedará la duda de si el modelo de High-Flyer hubiera podido advertir la situación y, efectivamente “shortear (anticipar la caída de la acción, y ganar dinero en el proceso)” a $NVDA llegado el momento. Linda paradoja que nos regala la realidad.

También es un argumento más el vinculado al uso de chips. La reacción inicial de venta por parte de los tenedores de acciones de Nvidia, que pasó en un día de cotizar USD 141, a valer 117, evento histórico, fue continuado por una recuperación del precio de la acción los días subsiguientes. Al momento del cierre de este artículo el precio se halla en valores de noviembre de 2024, alrededor de los USD 125. Al parecer, está ganando fuerza la tesis de que el código abierto terminará por estimular la venta de chips a desarrolladores más chicos, en lugar de concentrar la venta en pocos jugadores.

Uno de los expertos que le quitó dramatismo a la situación de la gigante empresa taiwanesa es Juan Pablo Pisano, ingeniero industrial, programador, matemático, profesor de la UCEMA, entre otras actividades, da poca relevancia al dato de los famosos 5,5 millones de dólares que costó el desarrollo del R1. Dato que es de hecho erróneo, pues corresponde al modelo previo al DeepSeek que todos conocimos hace pocos días.

Seis millones o 12 millones, o 60 millones, para Pisano la tendencia es de un franco descenso de los costos. DeepSeek ha demostrado que elevando la ingeniería al máximo se puede explotar el potencial de los chips; y los próximos modelos a salir, incluidos los de las compañías estadounidenses, seguirán sorprendiendo por su costo.

El negocio de Nvidia ya no pasará por vender toneladas de chips a unos pocos players, sino subirse a la ola de la masificación horizontal de la IA. Claro está que no es lo mismo tener 4 clientes gigantes, a tener miles esparcidos por el mundo, pero los tiempos han cambiado “cuánticamente”.

Nos vamos mundiales. ¿Cuál es el panorama para estas nuevas empresas chinas?

Es destacable, muy destacable, que DeepSeek haya sido el fruto de una startup, y no de las grandes BAT que venían dominando el escenario de la IA, aunque no con el éxito esperado, pues los efectos de la Ley CHIPS de EEUU, y el propio miedo de los desarrolladores a no subirse a la ola a tiempo, los precipitaron en sus desarrollos, los cuales quedaron a mitad de camino. Que conste, el desarrollo de Baidu con los taxis autónomos es más que destacable y augura un futuro brillante, pero quizás sean herramientas como DeepSeek las que se lleven los laureles.

El matemático y responsable de que hoy en día hablemos de “cisnes negros”, Nassim Taleb, se refirió también al respecto. Recordó a sus seguidores el destino que corren los “Moisés” de la innovación: suelen ser quienes no llegan a la prometida tierra de las ganancias; mencionó a AltaVista, el buscador del que nadie se acuerda, pero que fue el primero en lanzarse al incipiente mundo de la internet; también a los autos eléctricos fabricados en Estados Unidos en 1990, y que fueron muy poco abrazados por los exigentes clientes, para luego sí hacerlo con los potentes Tesla.

Volviendo al tema. DeepSeek, así como RedNote (Xiaohongshu), del cual se habló en un artículo anterior (link a artículo) lograron algo en otro tiempo impensado. Llegar a usuarios de Occidente directamente desde China. Ejemplos anteriores de éxito chino en estas partes del mundo lo hicieron a través de “adaptaciones internacionales”, como pasó con TikTok (Douyin dentro de China) AliExpress (Taobao, Tmall), y Temu (Pinduoduo). En esta categoría de “campeones chinos” podría incluirse también a SHEIN, una marca pensada para ser mundial desde su comienzo.

Sin embargo, más allá del logro, que pareciera ser cada vez más factible en un mundo globalizado, lo que interesa es el sostenimiento del logro en el tiempo. Y la eficiencia de estos planes coinciden todos en un mismo punto, que es el paradigma de la seguridad interior estadounidense.

Es justamente en medio de este cimbronazo que van pasando los 75 días de gracia que dio Donald Trump a TikTok antes de un eventual cierre definitivo. Y este caso parecería correr un destino similar, más aún cuando la política de seguridad de DeepSeek es clara en cuanto a que todos los datos generados son alojados dentro del territorio chino, y como tales quedan bajo la tutela de las leyes locales. Washington no puede permitir que las compañías que operan en suelo americano vuelquen su información a servidores chinos.

Entonces, más allá del revuelo, y del desplome de las acciones de Nvidia ante el pánico de que la burbuja explote, y el mundo entero se vuelque a usar DeepSeek, las condiciones para que esta situación se replique en el tiempo son de entrada, son utópicas por la cuestión política.

Pero hay una posible forma de evadir la restricción legal, que es el concepto de “código abierto” de DeepSeek. En definitiva, lo que permite a los usuarios descargar las matrices cuyos weights (se traduce como “pesos”) son los que generan las interacciones del usuario con la IA. La app que todo el mundo se está descargando, siendo la aplicación más popular en App Store estos días, es una interfaz que nos conecta con dichas matrices. Esas mismas se pueden aplicar a otras interfaces, y el programador a cargo de la tarea puede decidir los límites dentro de los cuales se moverá. Es así como el paradigma de la seguridad es vencido, ya que no hay peligros absolutos, ni posibilidades de censura ni de robos de información ya que esas matrices estarán “guardadas” en servidores de todo el mundo.

El 20 de enero Trump juraba como presidente, logrando reunir en el Capitolio a Jeff Bezos, Elon Musk, y Mark Zuckerberg. Tres de las personas más ricas del mundo, tres de los más importantes jugadores de la Inteligencia Artificial, reunidos en un espacio inferior a baldosas. Pero hay que recordar que estos sujetos buscan maximizar beneficios, y hoy la tecnología para reducir costos gigantes está en manos de chinos. Debemos dar por sentado que no se quedarán de brazos cruzados y hallarán la vuelta al asunto, así como hicieron ASML y TSMC para vender semiconductores a China a pesar la Ley Chips (bajo amenaza de desactivar las máquinas en caso de que Beijing ataque Taipei, pero igual se las venden).

Curiosamente, la compañía que se llevaba hasta un 90% de rentabilidad vendiendo chips para sostener la costosa tarea de la IA, se encuentra en Taiwán. Un giro de 180 grados que dejó a todos dados vuelta, y que pondrá a cada ficha en una nueva posición.

Comunismo vs. Capitalismo, ¿quién ganó este round?

Como en cada vez que sucede un evento de estas proporciones, aparecen los oportunistas para patear el cadáver de un lado o del otro. Pero aunque no queda muy claro aún si el comunismo o el capitalismo ganaron, rescato un análisis del especialista indio “Indica” donde se pone foco en las carencias del sistema capitalista en Occidente, en contraposición al vibrante ecosistema de innovación en China específicamente, apuntando a dos industrias en particular: la IA, y los vehículos eléctricos.

Indica cita a Deng Xiaoping, quien en los albores de su afamada “Reforma y Apertura” la justificó afirmando que el capitalismo no era la condición sine qua non para lograr una economía de mercado, sino que esta podía ser llevada a cabo también en el comunismo. Fast forward a 2025, hoy las diferencias entre los ecosistemas industriales de Silicon Valley (por poner un punto en el mapa) y China son muy marcadas.

En el ámbito de los vehículos eléctricos, la escena en EEUU es dominada por Tesla, y muy por lejos lo sigue Rivian (un desprendimiento técnico de la empresa de Elon Musk, básicamente le “robaron” ingenieros), y según Indica, lejos están los vehículos Model 3 y los Cybertrucks de la calidad de los autos eléctricos chinos. En el país asiático, además de la ya mundial BYD, que comercializa en China cerca de 40 modelos! , hay otras 100 fabricantes que compiten ferozmente por hacer mejores autos y más baratos. Es en la competencia donde surgen las mejoras, y donde el consumidor se queda con más valor. Lo mismo pasa en el ámbito de la IA.

DeepSeek no es la única iniciativa de IA en China, pero curiosamente, no pertenece al panteón de las grandes compañías tecnológicas. Alibaba, Baidu, Tencent, y Bytedance (quizás la más reciente incorporación al Olimpo chino) vienen trabajando en sus asistentes de IA, pero la competitividad que ofrece el país permite cosas como estas, y que los chicos finalmente crezcan. ¿Pero por qué?

Diría el ya citado Nassim Taleb en su bestseller, “Antifrágil”, que los sistemas antifrágiles, como lo es en este caso la industria de los vehículos eléctricos o la inteligencia artificial china, crecen, se fortalecen con cada adversidad, a costa de sus componentes, los cuales si son frágiles. Dicho en criollo, habrá cada vez mejores autos, mejores modelos de IA, pero no serán siempre las mismas empresas quienes los produzcan. El problema del capitalismo para Taleb es que cuando una empresa se vuelve muy grande, en lugar de dejarlas caer cuando sufren una crisis, son sostenidas, entonces estas se vuelven antifrágiles, porque cuando reciben un golpe, el Estado los ayuda con dinero como pasó con General Motors y el Bank of America. El costado negativo de esto es que los damnificados son los contribuyentes, pagando más impuestos, y precios más caros a causa de la inflación producto de la emisión monetaria.

Dirá el analista que el comunismo supera al capitalismo en cuanto a la asignación de recursos. Esto hace que las empresas de autos eléctricos fabriquen autos que puedan ser comprados por cualquier individuo. El precio de un Tesla es prohibitivo, y siendo el modelo de negocio parecido al de Apple, difícilmente podría bajar en un futuro. La innovación, en el sistema capitalista, está inexorablemente atada a un precio mayor.

Asimismo, la premisa en el capitalismo es que el dinero atrae al dinero, entonces una iniciativa de IA cuyo costo sea de apenas 6 millones de dólares no va a interesar a nadie. En cambio Stargate con sus 500 mil millones de dólares, el equivalente al valor que perdió Nvidia en un solo día, llama la atención de todo el mundo. En criollo, hay más, mucho más para morder. Pero eso también expone la hipocresía del capital, que termina haciendo negocios a costa del Estado, el máximo tomador de riesgos en la historia del mundo.

Stargate, ¿una iniciativa malfatta?

Mencionamos unos párrafos atrás a Stargate, esta iniciativa anunciada por Donald Trump, destinada a que EEUU lidere en la contienda tecnológica, en especial, y específicamente, en lo que tiene que ver con la inteligencia artificial. Un anuncio que no cayó en saco roto, pero casi, porque la aparición de DeepSeek, y sus sorprendentes costos, pusieron en tela de juicio al potente número de 500mil millones de dólares, fondos que se destinarían al plan.

DeepSeek fue el primero de los reveses que sufrió este resonante plan, pero no será el último. La iniciativa, que beneficiaba primariamente a Microsoft, Open AI, y los desarrolladores de chips Nvidia y ARM (famoso por su presencia en las Macbook de Apple), fue criticada por el as del Departamento de Eficiencia Gubernamental (conocido por sus siglas DOGE), el señor Elon Musk.

El magnate, quien además de las muchas cosas que hace, es competidor de OpenAI, elevó su crítica al megaproyecto, al decir que “la plata no está”. Afirmó que el SoftBank de Masayoshi Son, el famoso inversor de origen coreano-japonés, solo disponía de 10mil millones de dólares, una cifra muy alejada de aquella del anuncio.

Quien tomó el guante y le respondió fue el mismísimo Sam Altman, fundador y CEO de OpenAI. No solo le dijo que está equivocado, sino que además sostuvo que Stargate es grandioso para el país, y que eso puede que quizás no sea lo mejor para las compañías de Musk (X, Tesla, Starlin, SpaceX, entre otras), pero que en su nuevo rol como funcionario pondrá a EEUU primero (y apoyará a Stargate).  Es de mencionar además que OpenAI, unos días después de DeepSeek R1, anunció la versión “gubernamental” de ChatGPT, apuntando a ganar mercado en la administración pública.

¿Cuál es el futuro de la IA? Un mensaje inquietante

Este hecho, más allá del inicial pánico en los mercados financieros, y todo el revuelo mediático, se aprecia como un hecho positivo para el desarrollo de la IA. La explosión de la burbuja conduciría a un desarrollo más eficiente, no así responsable, ya que las implicaciones éticas del avance de la inteligencia artificial aún se encuentran en una etapa temprana del debate. Es aquí donde los Estados deberían comenzar a trabajar con los desarrolladores.

A pesar de ser blanco de bromas y burlas. La Unión Europea, aunque muy alejada de EEUU y China en cuanto a la capacidad tecnológica, ha puesto primera en legislar al respecto. La Ley de IA de la Unión Europea establece una serie de parámetros para un uso responsable de la inteligencia artificial. Entre las principales características, establece categorías de “riesgos”, y establece, salvo excepciones, que las IA tomen datos biométricos o generen un sistema de “scoring” social.

Este esfuerzo por legislar no es para nada desatinado, sino que confirma la severidad con la que deberíamos estar atendiendo este desafío. Para el divulgador científico, Tomas Pueyo, que se hiciera conocido a nivel mundial por sus predicciones respecto al derrotero de la pandemia de coronavirus en su artículo “Coronavirus: Por qué Debemos Actuar Ya”, este es el momento más importante de nuestra historia. El anuncio de DeepSeek y su nuevo asistente, aceleraron las estimaciones, y la tan deseada AGI (Inteligencia Artificial General) se podría llegar a desarrollar entre los próximos tres y cinco años.

También Pueyo arroja una cantidad de datos espectaculares. La versión o1 de ChatGPT es más inteligente que 9 de cada 10 personas, con un coeficiente intelectual de 120. Y en datos generales, salvo por la habilidad para programar (que ya es casi idéntica), la IA supera al 100% de la humanidad en comprensión de textos, razonamientos, comprensión de imágenes, comprensión auditiva. Está pasando, la AGI se va a volver una realidad pronto.

¿Qué pasaría llegado ese punto? En un primer lugar, la IA lograría imitar a la perfección las funciones cognitivas de la inteligencia humana. En un segundo, comienzan las especulaciones. El cambio sería, para el mundo, de 180 grados. Lógicamente, esto despierta esperanzas, pero también grandes incertidumbres. El principal asesor en seguridad nacional del gobierno de Joe Biden, Jake Sullivan, en su última entrevista dejó un mensaje muy inquietante.

Según el exfuncionario, en los próximos años se definirá si la IA nos conduce hacia una catástrofe, y si serán los EEUU o China quien venza en la carrera tecnológica. Declaración por demás llamativa, viniendo de alguien que no es conocido por su retórica rimbombante.

No es el único, para Darío Amodei (CEO de Anthropic, que desarrollan el asistente de IA Claude), la Ley Chips tiene como fin evitar que países “no democráticos” puedan desarrollar la tecnología primero, y la aparición de DeepSeek acabó por hacer de esos controles sobre la exportación de chips mucho más relevantes. Para este, sostener este rumbo, y evitar que China adquiera nuevos chips, conducirá a una nueva unipolaridad de EEUU.

También sostiene que este suceso no frena el rumbo de la industria, la cual tendrá que seguir invirtiendo millones y millones en chips para continuar entrenando a la inteligencia para llegar a la AGI, la cual predice que será un hecho entre 2026 y 2027 (unos años antes de lo que piensa Pueyo). De hecho Amodei insta a no ver a DeepSeek como un rival en la contienda tecnológica, para él, el rival a vencer es Beijing.

Desde China, la opinión es completamente la opuesta. El blog Geopolitechs revela algunas reflexiones extraídas de grupos de WeChat, donde expertos afirman, al igual que Amodei, que la situación va más allá de lo que logró DeepSeek. Siendo eso en lo único que coinciden. Los chinos piensan que el desarrollo de la IA no se puede comparar con el de las armas nucleares, ya que en toda la internet hay papers, o intercambios entre ingenieros, debatiendo sus avances.

Esto ha hecho de la IA uno de los logros colectivos más grandes en la historia de la humanidad. Y si bien EEUU cuenta con la mayor cantidad de recursos, especialmente los chips más avanzados, DeepSeek demostró que elevando la ingeniería al máximo, se pueden obtener los mismos resultados. Este nuevo modelo de IA conversacional es, según estos expertos, la confirmación de que la inteligencia artificial ha entrado en una fase “irreversible” de difusión.

La Ley Chips entonces estaría produciendo los efectos contrarios a los buscados, a la vez que perjudica tanto a las empresas productoras de semiconductores, que se ven obligadas a vender menos, y a las propias empresas de IA estadounidenses, forzadas a pagar más caros esos chips; y no generando ninguna ventaja en cuanto a la seguridad nacional, puesto que la IA logró traspasar cualquier obstáculo estatal o paraestatal, para convertirse en una herramienta masiva y a disposición de todos al ser de código abierto.

La pregunta en este apartado tendría que haber sido “¿Cuál es el futuro del Estado?” porque en las palabras de Sullivan se desprende un razonamiento. Si habrá empresas con el poder, y una influencia en la vida de la sociedad tan o más fuerte que la de los Estados (al menos, de la gran mayoría de los Estados en el mundo), ¿cuál es entonces el sentido del Estado? Parafraseando al Estado, la IA podrá educar y curar, y quizás en futuro también podrá dar de comer, pero estará en manos privadas. Tras la llegada de DeepSeek, la IA quizás pueda estar en manos de todos, y a la vez, en manos de nadie.

Justicia Divina

Cuando apareció internet, se puso en manifiesto que se trataba de una herramienta horizontal como pocas. La globalización habría sido imposible sin internet. No sólo porque acortó los tiempos de comunicación, sino porque además nos dio a las personas comunes la capacidad de ser creadores, en contraposición a la unidireccionalidad de la TV, la radio, y los medios impresos.

Con la Inteligencia Artificial se advirtió algo similar, que su magia residía en la horizontalidad, y que iba a potenciar aún más esa creatividad, llevándonos a un futuro muy distinto, pero brillante. Ese no fue el criterio de las empresas que comenzaron a masificar el producto, poniendo un precio muy alto por delante, quizás, para captar toda la riqueza que pudieran.

En estos mismos días, Donald Trump anunciaba que el Estado americano aportaría 500mil millones de dólares para potenciar a OpenAI, en una clara señal de seguir adelante “carrera tecnológica”, pero también alimentada por el pánico de saberse en una posición frágil, donde la única salida, como ya vimos, es hacia adelante, pero no porque haya solución, sino porque no hay salida.

Asimismo, de lo declarado por Sullivan, y que por más que haya cambiado la administración, se trata de una política de Estado, se extrae que EEUU más allá de cualquier otro objetivo, su meta principal era vencer a China. Todo lo demás, incluido el legislar a nivel mundial para regular la IA y sus riesgos, quedaba en un segundo plano. ¿Y ahora qué pasará?

El anuncio de Stargate era claro: Todos esos fondos de los contribuyentes dirigidos a una empresa creada por un cuestionadísimo sujeto: Sam Altman, fundador de OpenAI (ChatGPT). Una estrategia absolutamente frágil: bastó con una semana de lanzamientos, primero ByteDance (Tiktok) y su asistente de IA Douban, luego los asistentes de DeepSeek, después la nueva versión de Gwen (Alibaba), y luego la aparición de una plétora de asistentes también “made in China”, que convirtieron ese plan en la nada misma.

Por último, queda preguntarse si fue realmente un triunfo de China por sobre Estados Unidos. No faltaron los memes, ni los videos de los creadores de contenido desesperados por tráfico que tergiversan la información haciendo creer a la gente común y corriente que Xi Jinping le tiró a Trump el ancho de espadas (o se lo puso en la frente, como Usted prefiera imaginárselo).

La historia de DeepSeek nos indica que no es tan así. Al menos no de manera directa, ya que las interacciones de la empresa con las autoridades chinas fueron poco positivas, tuvieron que ver con la regulación del mercado bursátil para impedir que las quants como High-Flyer siempre le “ganen a la banca”. Y el desarrollo de la IA como asistente general termina siendo un efecto colateral de esas decisiones, un subproducto que terminó volviéndose el principal activo de la compañía.

Por supuesto que aún sobrevuelan las dudas acerca del futuro de esta empresa. Liang Wenfeng no ayuda, sus declaraciones se encuentran muy lejos de la imagen del típico capitalista que quiere maximizar beneficios, sino que busca lograr “valor social a largo plazo”. Aún resta ver si DeepSeek será la estrella más grande del firmamento de la IA, o será el “Linux” de estas, siempre a disposición de quienes no quieran ser rehenes de pagar por absolutamente todo, y lanzarse con el código abierto a armar un modelo que sirva a sus fines individuales.

El ya citado Jordan Schneider profundiza en esta postura de Liang, comentando que en China los ingenieros y desarrolladores están buscando validación, y trabajar en proyectos como el de DeepSeek les da una satisfacción que entrar en una corporación no. Es mucho más que el beneficio económico y las interminables horas de trabajo. Es el sentido de pertenencia, el aportar a un proyecto con buenas intenciones. Hace unos años Google y Meta fueron testigos de renuncias, de parte de sus mejores profesionales, por estar estos en contra de la ética extractivista de sus empleadores. Empieza a tener sentido esta cruzada de los ingenieros chinos.

Por último, ¿es realmente posible un desarrollo de la IA a un costo mucho menor? La cara más oscura del desarrollo de la tecnología en este contexto de “guerra fría”, son las comunidades que están perdiendo el acceso a agua potable ya que los enormes centros de computación requieren cantidades estratosféricas de agua para su refrigeración; del mismo modo sus artefactos eléctricos (en especial el norte del Estado de Virginia, y el “Bay Area” de San Francisco) sufren problemas por las deficiencias en la tensión eléctrica. Cualquier esfuerzo por lograr resultados similares con menos chips sin dudas repercutirá positivamente en toda la sociedad.

El breve pero potente corolario es que “no hacía falta (tanta) plata”. Hoy el mundo es un lugar mejor, pero no se descarta que este apenas sea el primer round de una larga contienda. Veremos qué pasa mañana.

Categorías: Ciencia y Tecnología

PUBLICAR COMENTARIOS