El “librito rojo” que unió a estadounidenses con chinos
Por Lucas Gualda. La fallida salida de Tik Tok del mercado estadounidense llevó a una inesperada reacción en cadena: millones de usuarios volcándose a una desconocida aplicación en Occidente llamada Xiaohongshu, considerada como el Instagram chino.
Usuarios pidiendo ayuda con la interfaz, entera en chino mandarín; otros que superaron esa barrera subiendo videos presentándose como “refugiados de Tik Tok”; y unos pocos más audaces saludando al ritmo de “hola espías chinos”; del otro lado, jóvenes chinos ofreciéndose a ayudar a traducir a cambio de conversar en inglés para practicar.
Todo esto sucedió, y sigue sucediendo, en Xiaohongshu, desde hace unos días, cuando el destino de Tik Tok en Estados Unidos había quedado marcado por la decisión de la Corte Suprema de erradicar la famosa aplicación del ecosistema digital nacional, situación que persistió durante 14 horas, luego de que, por pedido expreso de Donald Trump, se diera nuevamente de alta el servicio.
De hecho, el actual CEO de Tik Tok, el singapurés Shou Zi Chew, estuvo entre los invitados a la jura del Presidente el 20 de enero en Washington DC. Y el flamante Presidente luego de jurar firmó un decreto extendiendo el oxígeno de Tik Tok por 75 días, tiempo prudente para lograr una solución que garantice la permanencia en línea de la app que le permitió conectar con sus seguidores más jóvenes, tal como señaló Trump al final de la jornada del 20 de enero, cuando agradeció a su hijo Barron por los consejos dados en campaña.
Entre las teorías que se manejaban previo a la “resurrección” del día domingo 19 de enero, los pasos posteriores al fallo de los jueces supremos habrían sido el retiro de la aplicación para su descarga de los “stores” de Apple (App Store) y Android, lo cual impediría la creación de nuevas cuentas, seguido por la imposibilidad de actualizar nuevas versiones de la app. También se barajaba la posibilidad de una interrupción de cuajo si Oracle, empresa que aloja los datos de la red social en EEUU, decidía cortar el servicio de inmediato. Todo esto ahora queda en la duda.
Fue a causa de esto que cerca de un millón de jóvenes estadounidenses (en especial, aquellos de la generación Z, comprendida entre 1997 y 2010), “obligados” al destierro digital, se volcaron en masa a descargar y abrir cuentas en Xiaohongshu, aplicación denominada el “Instagram chino”, y que es donde se reúnen los pares chinos para compartir secretos sobre moda, maquillaje, tecnología, y también para la venta en línea de distintos productos.
Ha sido esta oleada inesperada de usuarios internacionales la que ha puesto a Rednote (como se le llama en inglés a Xiaohongshu) bajo la luz de los reflectores. ¿Podría reemplazar eficazmente a Tik Tok como la red social preferida de los más jóvenes?
De momento este hecho se trató de algo completamente novedoso, un verdadero cisne negro para la empresa, que ostenta entre sus usuarios a una fiel base de jóvenes, especialmente mujeres, de la generación Z. Xiaohongshu es el sueño de los profesionales del marketing, una red social de nicho, cuyos usuarios se cuentan por millones. ¿Pero qué pasa cuando de la nada aparecen 1 millón de cuentas desde los Estados Unidos?
Este nuevo público no tiene potencial comercial de momento, ya que la versión que han descargado es la del territorio chino. Aunque cabe reconocer que Xiaohongshu no tiene una versión internacional como lo es Tik Tok de su doppelganger Douyin. Es entonces que, más allá del “gesto humanitario” de recibir a los refugiados, desde ese lado para la empresa no será rentable. Esto no implica que en un futuro pudieran explorar alternativas y lanzar una versión internacional. Pero ahí surge un interrogante, ¿cuáles son las chances de esta app de sufrir un destino similar al de Tik Tok?
Podemos cuestionarnos también por qué esa sangría de usuarios no fue a parar a otras redes sociales como Instagram o YouTube. Ambas aplicaciones tienen su variante de reels y shorts, respectivamente, en las que emulan el estilo de contenido de Tik Tok. Sin embargo, la exposición a contenidos que no son de interés de la generación, debido a que sus audiencias son más variopintas, así como el creciente rechazo a Meta por el giro ideológico que tomó su fundador y CEO, Mark Zuckerberg, ha convertido en esta “migración” un verdadero acto político.
De hecho, estos jóvenes aprovecharon sus primeras incursiones en el ecosistema digital chino para “pedir disculpas”, desligarse de las diferencias políticas entre sus líderes, así como burlarse de aquellos que alegaron en la aplicación ya extinta en territorio americano, un motivo de seguridad interior.
Pero no todo es color de rosa (o de rojo, el color distintivo de la aplicación). El grueso de los usuarios refugiados de Tik Tok son votantes del Partido Demócrata, y pertenecen a algún colectivo LGBTQ+ o apoyan las políticas de diversidad, equidad, e inclusión. Muchos de los mensajes en esta “nueva red social” han sido consultas respecto a si serán aceptados por su condición.
Medios como The Information reportan que muchos de estos videos vinculados a estas temáticas han sido rápidamente dados de baja por solicitud de la Administración del Ciberespacio Chino, órgano del gobierno ocupado del ecosistema digital. Asimismo, este cuerpo exigió a la empresa que los usuarios chinos no tengan acceso al material creado por estas cuentas extranjeras. Y el consejo de los usuarios chinos ha sido que se mantengan alejados de los contenidos políticos, en definitiva, para ellos lo personal no es político.
Al contrario de lo que dice el refrán, a rey muerto, rey no tan puesto. Xiaohongshu, el pequeño librito rojo, nombre que evoca al famoso cuaderno de Mao Zedong, ha sido el terreno donde millones de jóvenes de la generación Z se han “puesto de pie”, y enfrentado a los miopes burócratas que deciden sobre sus vidas. Sin embargo, este príncipe no estaría habilitado para ser el nuevo Rey.
En estos momentos del mundo donde líderes como el Presidente chileno, Gabriel Boric, desecha su smartphone para volver a un émulo del Nokia 1100, declarando su rechazo a vivir conectado, la partida de Tik Tok podría ser el punto de inflexión para el desacople de la vida real y la digital que tanto se viene anunciando, aunque claro, aún pueden haber resistencias como la sucedida en Xiaohongshu. El primer paso es la negación, el segundo es asumirlo.
Este incidente, el primero de este calibre, podría ser el primero de muchos, en el que está generación individualista al extremo (leer apéndice final “Tik Tok – In Memoriam”) comience a intentar torcer el brazo a un sistema que atenta contra su libre albedrío, el cual muchas veces se desarrolla de maneras descomunales entre las cuatro paredes de su habitación.
Por último, que en la tierra de la libertad se esté viralizando el uso de VPN para poder acceder a contenidos vetados, habla a las claras de la hipocresía con que Occidente se suele dirigir a China. La doble vara suma un nuevo episodio.
Tik Tok – In Memoriam
Si bien Tik Tok terminó siendo salvado, los párrafos siguientes sirven para poner luz sobre las muchas sombras de esta, y otras redes sociales.
Decir que Tik Tok atentó contra la seguridad interior de los Estados Unidos es exageradísimo. De ser así, acá en Argentina estamos devastados. La aplicación ha penetrado en todas las capas de la sociedad, desde los más niños, hasta gente muy adulta, han caído en la producción o en el consumo de contenidos en dicha red social.
A la hora de hablar de sus efectos, hay que reconocer que Tik Tok no es la única fuente, pero sí es, por así decirlo, la cara más visible de la enorme epidemia de salud mental que atraviesa a la generación Z a lo largo y ancho del mundo, y que es muy bien relatada por Jonathan Haidt en su best seller “La Generación Ansiosa”.
Los números hablan por sí solo, ninguna generación reportó tantos suicidios ni personas como deprimidas como los Z. El crecimiento en esas tristes curvas coinciden con el advenimiento de los smartphones, y en especial de las redes sociales.
¿Pueden los Z organizarse y realizar otros boicots como el sucedido en Xiaohongshu? Muchos de estos jóvenes han digitalizado sus vidas. Por eso les duele Tik Tok, porque les pegó en el corazón de su estabilidad social. Pero ¿qué pasa con el resto de la vida en sociedad? Para Haidt, fueron los cambios en la vida suburbana, y la desconfianza de que los chicos estén en la calle solos, la que encerró a una generación entera en su habitación. Y ahora que el gobierno les cerró su puerta al mundo, la respuesta ha sido rabiosa.
Así que es todo para Tik Tok, el símbolo de una generación, y que ha marcado al resto una forma de hacer. Hoy Instagram, YouTube, y hasta Twitter (hoy X), tiene o han tenido contenido en video formato vertical, permitiendo a sus usuarios scrollear (pasar el dedo) en un continuum de material muchas veces atrapante, con todo lo que eso conlleva.
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