Necesidad de converger
“Si yo fuera Trump –escribe Thomas Friedman en su columna de The New York Times-, consideraría una maniobra del tipo ‘Nixon va a China’, un acercamiento entre Washington y Beijing que aísle totalmente a Rusia e Irán”.
Dice que “así, de un plumazo, se pondría fin a la guerra en Ucrania, se reduciría la influencia de Irán en Medio Oriente y se apaciguarían las tensiones con Pekín. Y Trump es tan impredecible que podría intentarlo”.
El editorialista opina que “si pretendemos que en el siglo XXI haya estabilidad, China y Estados Unidos están obligados a trabajar juntos. Si el combo de competencia y colaboración le ceden por completo su lugar a la confrontación, a ambos países les espera un siglo XXI caótico”.
Recuerda que “hace unos días, cuando el presidente electo Donald Trump invitó al líder chin, Xi Jinping, a su toma de posesión en Washington, más de uno levantó las cejas y dejó escapar una risita ahogada. Se entiende: en Estados Unidos, los mandatarios extranjeros no asisten a la toma de posesión de un nuevo gobierno. Pero en mi opinión la idea de Trump es buena. Acabo de volver de China, y les diría que si tuviera que representar con un dibujo la relación actual entre ambos países sería el de dos elefantes mirándose el uno al otro a través de una pajita de beber”.
Reprodujo La Nación.
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