El alto empresariado estadounidense y en especial el de Silicon Valley no parece manifestar una actitud antagónica con la República Popular China, escribe el analista Jorge Castro.

En su columna para Clarín, dice que “a la cabeza de ese empresariado se encuentra hoy (Elon) Musk, que a su vez es la mano derecha del presidente electo Donald Trump, que asume en la Casa Blanca el 20 de enero”.

Y agrega que “lo que está en marcha en Estados Unidos con Trump es un acuerdo político, estratégico y de seguridad con China, centrado en el dominio de las tecnologías de avanzada de la 4ª Revolución Industrial y de la Inteligencia Artificial, en donde EE.UU. y China son la número 1 y la número 2”.

Castro recuerda que la compañía Tesla, de Musk, “es la principal fabricante de vehículos eléctricos e híbridos de EE.UU., y de todo tipo de actividad en el campo de la Inteligencia Artificial, y está valuada en US$1 billón. De ese total, más de 40% proviene de su planta completamente automatizada situada en Shanghai, más relevante que las dos fábricas de Tesla en Estados Unidos, instaladas en California y Texas, respectivamente”.