Sun Tzu en Ucrania
Beijing insiste en reclamar una solución política al conflicto y una conversación de paz Putin-Zelenski. La vigencia de la obra de Sun Tzu y las 12 medidas que propone el gobierno chino. Las acusaciones de occidente.
Por Fernando Capotondo. La mejor victoria es evitar la guerra, plantea Sun Tzu en su legendaria obra “El arte de la guerra”, escrita allá lejos y hace muchísimo tiempo, entre los siglos V y IV antes de Cristo, en el período de los Estados Combatientes de la antigua China.
Según las máximas del filósofo y estratega chino – que hoy se aplican a la política, al management empresarial e, incluso, a los procesos de crecimiento personal – “el supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”, porque el verdadero genio no reside en la fuerza bruta, sino en la capacidad de manejar las circunstancias de manera que el conflicto no sea necesario. Para Sun, siempre conviene evitar la confrontación directa e, incluso, hay que ser lo suficientemente sabio, léase paciente, para entender que algunos triunfos finales pueden llegar después de alguna que otra derrota circunstancial.
Esta mirada – obvia para algunos, contradictoria para otros – está arraigada en lo más profundo del sentido común del pueblo chino, y quizás sirva como contexto cultural para poner la lupa en la posición que la República Popular China mantiene sobre la Guerra en Ucrania, en medio de las recurrentes acusaciones de Occidente sobre la complicidad del país asiático con la Rusia de Vladimir Putin.
Juegos de guerra
La última oportunidad en que China hizo pública su postura sobre el conflicto fue durante el reciente encuentro del canciller Wang Yi con su par alemana, Annalena Baerbock, en la séptima ronda del Diálogo China-Alemania sobre Diplomacia y Seguridad, que se realizó en Beijing.
“China está comprometida a promover conversaciones de paz en Ucrania”, “hay que dejar de lado mentalidades de confrontación propias de la Guerra Fría” y “cuanto más turbulento es el mundo, más deben mantener la compostura las grandes potencias”, fueron algunos de los conceptos que Wang Yi reiteró ante la diplomática alemana, quien le contestó con una nueva condena al “creciente apoyo chino a la guerra de Rusia contra Ucrania” y un llamado a Beijing para que, como socia de Europa, “juegue un papel más activo” en la resolución del conflicto.
Días antes, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning, había salido al cruce de lo que calificó como “falsos comentarios del Grupo de los Siete” (G7), a quienes les pidió que “dejen de caer en juegos geopolíticos, abandonen la mentalidad de suma cero y contribuyan a la solidaridad y cooperación de la comunidad internacional”.
“En el tema de la crisis de Ucrania la posición de China siempre ha sido objetiva y justa. China ha trabajado para promover conversaciones de paz y nunca ha proporcionado armas a ninguna de las partes, ha controlado la exportaciones de artículos de doble uso e incluso de vehículos aéreos no tripulados (drones) civiles, oponiéndose a su uso con fines militares”, respondió Mao a los ministros de Relaciones Exteriores Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francis, Italia, Japón y Reino Unido, que se reunieron en noviembre en la ciudad de Roma.
Solución política
Al parecer, China siente la necesidad de aclarar su posición en todas las oportunidades que se le presentan, tal como también ocurrió durante la reciente 19ª Cumbre del G20, celebrada en Brasil, donde el presidente Xi Jinping pidió “desescalar la crisis en Ucrania y buscar una solución política” al conflicto.
“Hemos de atenernos – agregó Xi – a los principios de no expansión de los campos de batalla, no escalada de la hostilidad y no avivamiento de las llamas. China no quiere que la crisis se propague y seguirá desempeñando un papel constructivo a su manera, para lograr el alto el fuego y el fin de los enfrentamientos”.
“Las acciones de China sobre la cuestión ucraniana siempre fueron justas y honestas. China practica una diplomacia itinerante y la mediación para promover las conversaciones de paz, haciendo todos los esfuerzos para frenar la escalada de las tensiones”, reiteró el presidente chino a su par estadounidense, Joe Biden, en un encuentro que mantuvieron en el marco de la 31ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se realizó en Perú.
Esta postura fue reiterada en la plataforma “Amigos por la Paz” de las Naciones Unidas, en Nueva York, en respuesta a las últimas denuncias en la cumbre de la OTAN, en Washington; y en un encuentro en la ONU con el canciller ucraniano Andrii Sybiha, a quien China ofreció aumentar los cuatro lotes de ayuda humanitaria que ya se habían entregado hasta septiembre de este año.
La contraacusación
En el citado mes, el representante permanente adjunto de China ante la ONU, Geng Shuang, fue particularmente duro con la posición de los EE.UU., a quienes invitó a dejar de lado su “retórica altisonante” y “hacer esfuerzos reales que promuevan las conversaciones de paz y alivien la crisis”.
“Estados Unidos no sólo ha hecho la vista y oídos sordos a los esfuerzos de China para promover la paz, sino que ha seguido difundiendo mentiras y difamando a China en el Consejo de Seguridad en el asunto de Ucrania” sostuvo.
“China – concluyó Geng – no creó la crisis de Ucrania ni toma parte en ella. No ha proporcionado armas a ninguna de las partes en el conflicto y siempre ha controlado nuestros productos de doble uso. Las empresas chinas llevan a cabo su cooperación económica y comercial con países de todo el mundo, incluidas Rusia y Ucrania, de acuerdo con las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y los principios del mercado. Tal como Estados Unidos lo hace hoy con Rusia”.
Los 12 objetivos
Estos argumentos ya habían sido planteados por Xi Jinping a su par ucraniano Volodimir Zelenski, en una conversación telefónica del 26 de abril de 2023, en la que el presidente chino puso especial énfasis en reafirmar su oposición al uso de armas nucleares, además de expresarle la necesidad de encontrar una solución pacífica al conflicto.
Un par de meses antes, en febrero, Beijing había difundido la llamada “Posición de China sobre la Solución Política de la Crisis de Ucrania”, un documento oficial que prácticamente sirvió de base a los posteriores pronunciamientos de los funcionarios chinos. Un detalle para no pasar por alto: desde el título y en todo el texto se evita deliberadamente el uso de la palabra “guerra”.
Más allá de eso, el documento resumía la posición de Beijing en 12 acciones concretas:
- Respetar la soberanía de todos los países.
- Abandonar la mentalidad de la Guerra Fría.
- Cesar las hostilidades.
- Reanudar las conversaciones por la paz.
- Resolver la crisis humanitaria.
- Proteger a los civiles y prisioneros de guerra.
- Mantener la seguridad de las centrales nucleares.
- Reducir los riesgos estratégicos.
- Facilitar las exportaciones de cereales.
- Poner fin a las sanciones unilaterales.
- Mantener estables las cadenas industriales y de suministro.
- Promover la reconstrucción post-conflicto.
Dos años después, no hubo demasiados avances.
El documento se ha convertido en un mero punteado de buenos deseos, la serie de denuncias contra Xi Jinping y Putin ya estrena una nueva temporada, y las aclaraciones de China sobre su posición pacifista siguen cayendo en los oídos sordos de Occidente.
Volviendo a “El arte de la guerra”, esta semana se realizó en Beijing un simposio internacional sobre la obra de Sun Tzu, que contó con la participación de más de 350 delegados de casi 30 países, entre ellos argentinos como el periodista y escritor argentino Gustavo Ng.
“El ‘Sunzi Bingfa’ (nombre chino de la obra) ha penetrado en la cultura latinoamericana no de un modo objetivado, sino subrepticiamente. Lo que ha filtrado del libro fueron partes de sus fundamentos, que siendo profundamente chinos, interpelan a nuestro pensamiento y forma de existir“, sostuvo el especialista en China.
Quizás, como plantea Ng, la obra de Sun Tzu nos dé una mano para entender un par de cuestiones. Será cuestión de leerla.
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