Cao Fei en el Malba: notable trabajo artístico inmersivo sobre la China actual
En una apertura exclusiva este miércoles, se expuso “El futuro no es un sueño”, nueve proyectos con una treintena de obras de esta gran artista de Guangzhou.
Cai Fei (曹斐) nació en la capital de la provincia de Guangdong en 1978 y es una de las artistas de vanguardia más reconocidas de China y del circuito artístico mundial contemporáneo.
En el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, el banco y la Fundación ICBC patrocinan esta exhibición abierta al público desde hoy jueves 28 hasta el 17 de febrero de 2025, Quienes se acerquen serán testigos de una mirada despiadada y a la vez maravillosa de la hipermodernidad china, centrada sobre todo en la producción fabril, el consumismo, la alienación y la transición entre la sociedad humana y lo poshumana, o lo que sea que sobrevenga.
En un entorno fabril automatizado, se despliegan escenarios distópicos en “Asia One”, uno de los documentales video arte más famosos de la artista, realizado en 2018 y espejo de un centro de distribución de Jiangsu donde dos jóvenes y un robot pasan sus monótonos días laborales, en los cuales se cruzan la inteligencia artificial, la melancolía y los sueños.
Esa obra íntegra uno de los cuatro grandes núcleos temáticos que eligió la curaduría: “Fabricación y globalización”, “Pasado y presente del mundo virtual”, “Memorias del socialismo y ciencia ficción” y “Urbanización y distopía”.
Los trabajos se exhiben por primera vez en Argentina y su muestra fue organizada en colaboración con la Pinacoteca de San Pablo. Son un viaje al pasado (la Revolución Cultural, las relaciones con la URSS) y al futuro, como un traslado a una ciudad llamada Duotopía u otro en la obra Hip Hop Project, de fascinante hibridación cultural.
La urbanización al extremo, el traslado de comunidades, la economía de plataformas digitales y distributivas inevitablemente colosales para un país de más de 1.400 millones de personas que aceptó jugarse entero para la modernidad, todo eso está presente en trabajos instalativos o de video arte, con imágenes reales o digitales, tentaculares, que marcan a fuego mutaciones sociales tan profundas del siglo XXI, invitando a imaginarnos un futuro que, en verdad, ya ha llegado.
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