La China de Dolina
Alejandro Dolina en su programa radial La venganza será terrible tiene una sección en la cual reflexiona sobre cuestiones culturales, entre ellas, la civilización china.
Por Silvina Chang, especial para DangDai. Alejandro Dolina es un escritor, músico, conductor de radio y televisión argentino. Se destacó en su obra Crónica del Ángel Gris publicada en 1988, pero es más reconocido por su aporte a la radio. Su programa más escuchado es La venganza será terrible que pasó por varias emisoras y hoy en día está en formato streaming en Blender. Lo que más lo distingue es su sentido del humor al hablar sobre temas culturales e históricos. Se caracteriza por tener el chiste perfecto en el momento exacto.
Un poco de historia
Cuando se habla del comienzo de China se piensa, ocasionalmente, en la conformación del Imperio. El emperador que lo consolidó fue Qín Shǐhuáng quien ordenó la construcción de la Gran Muralla China y los Guerreros Terracota. Sin embargo, los chinos ya llevaban 3000 años de cronología cuando el emperador Qín ordenó que la historia empezara con él; reinó bajo el nombre de Shǐ Huángdì que significa primer emperador. Tuvo varios motivos para haber tomado esta decisión; una de ellas era que su madre había mantenido muchos amantes por lo que quería un borrón y cuenta nueva. Para eso, quemó libros, persiguió intelectuales, dictó leyes injustas.
“Así como un rey ordenó la degollación de todos los niños para matar a uno solo”, comparó Dolina el actuar del emperador con el cristianismo.
Borrar y reescribir 3000 años de historia no fue tarea fácil y menos con una cultura tan rica como la de la china antigua. Hubo muchos ejemplos de casos así tanto en la vida real como en la literatura de ficción. Seguro que a muchos nos recuerda a 1984 de George Orwell, el clásico en donde aparece la frase “la historia era un palimpsesto, borrado y escrito tantas veces como fuera necesario”. Ahora me pregunto, ¿por qué no hay gente hablando sobre esto? ¿Será que se repite en otros periodos de la historia china?
En otro programa, Dolina habló sobre varias épocas de China. Una de las figuras más recordadas es la de Mao Zedong quien fue el líder del Partido Comunista Chino. En sus años en el poder, tuvo varios momentos que pasaron a ser parte de la historia. Entre ellos está la Revolución Cultural que impulsó de la mano de Jian Qing, su cuarta esposa y Directora Artística de la Revolución. Ambos tenían un objetivo en común: la preservación del comunismo y la cultura china. En ese sentido, Jian Qing lideraba reuniones en las que se hablaban sobre cultura. Se denunciaba la influencia de países extranjeros sobre China que traía arte poco convencional al país asiático, como el jazz, el rock and roll, el impresionismo, el arte abstracto. Se llevaban a cabo fogatas callejeras con objetos extranjeros, las bibliotecas fueron saqueadas y clausuradas; básicamente era una lucha contra los intelectuales por parte de estudiantes del nivel medio.
En definitiva, es un tema que se debería problematizar con estadísticas y ejemplos concretos. Según un informe de Reporteros sin fronteras de 2024, China es el país número 172 con menos libertad de prensa entre 180. El estudio explicita que China es la mayor cárcel de periodistas del mundo. El gobierno sigue ejerciendo un control estricto sobre los canales de información, aplicando políticas de censura y vigilancia para regular los contenidos en Internet y limitar la difusión de informaciones consideradas sensibles o contrarias a la línea del partido.
Las mujeres en China
Es bien sabido que en China históricamente hubo una preferencia por los hombres. Ellos eran quienes tenían la obligación familiar de dejar descendencia masculina. Antes se festejaban los nacimientos de hijos varones y no de las hijas, se les prestaba más atención y se les ofrecía más oportunidades educativas. Si bien en pleno siglo XXI no es lo normal, las familias más tradicionales siguen pensando y actuando en la misma línea.
En los hogares de clase baja era tradición vender a las hijas para que vivieran como sirvientas o concubinas en las familias más ricas. “El marido tenía el derecho de repudiar a su mujer si solo tenía hijas mujeres”, informó el conductor radial. Agregó que también tenía la posibilidad de mantener una esposa secundaria con la que en caso de tener un hijo varón podía casarse. Si la mujer estaba embarazada de una niña, el esposo no la acompañaba en el proceso y cuando estaba embarazada de un niño, la cuidaba fervientemente. “El infanticidio femenino era fue una tradición”, afirmó el presentador. Agregó que en los extramuros de Fuzhou había un pozo en el que se ahogaban niñas. Avanzando más en el tiempo, cuando se impuso la política del hijo único para reducir la población, se prefería tener hijos varones para seguir el apellido, por lo que, muchas chicas eran abandonadas o puestas en adopción.
Dolina conversó con humor y picardía sobre este tema. Es evidente que es un hombre que puede hablar sobre todo un poco sin ningún tipo de tapujos. Puede hacer todo tipo de periodismo; informar y entretener al mismo tiempo es posible. No es común escuchar a un argentino hablar sobre China. Sin embargo, él logró converger la cultura china y la argentina a la perfección.
Yo, Silvina Chang, en mi rol de hija y prima mayor en una familia taiwanesa-china, no sentí este machismo marcadamente. Cabe destacar que yo nací y viví toda mi vida en Argentina. Mi abuela paterna me había contado que mi abuelo materno deseaba con todo su ser que su primer nieto fuese hombre. No fue posible porque acá estoy yo. Mi abuela siempre decía que mi abuelo era machista, pero la realidad es que ella también lo es; es parte de cómo se crio. Recuerdo que una vez yo había invitado a unas amigas a casa y mi hermano estaba lavando los platos. Mi abuela le reprochó el comportamiento ya que no toleraba que una mujer ajena a nuestra familia viese a un varón hacer las tareas del hogar.
Una de las prácticas chinas más populares y sostenidas a través del tiempo fue el vendado de pies. Hay muchas conjeturas sobre la razón por la que las mujeres se vendaban los pies. La más reconocida es que había empezado entre las bailarinas de la corte de la Dinastía Song en el 960. Se les doblaba el dedo gordo debajo del talón y así conseguían que los pies fuesen más pequeños que el puño de la mano. Con el tiempo, se asoció esta práctica a la clase alta ya que los pies vendados no permitían que las mujeres trabajaran en el campo. Entonces, en las familias de la clase baja rural, se vendaban los pies de la hija mayor para que pudiese trabajar en la corte o para que se pudiera casar con un hombre rico y ser mantenida por él. Las hijas menores tenían que trabajar la tierra por lo que no se las sometía a este proceso.
Muchos opinan que, a su vez, esta práctica limitaba el buen desarrollo de las mujeres y las mantenía sumisas ante el hombre. Yo me incluyo en esta opinión. No podían caminar largos trechos para alcanzar lo que querían y el hombre iba por ellas. Esto generaba una gran dependencia por parte de las mujeres con sus esposos. Además, marcaba fuertemente el estatus social. Hoy en día, el país tiene un porcentaje bajísimo de pobreza y logró pasar de ser un país pobre y rural a ser la segunda mayor potencia mundial tan solo atrás de los Estados Unidos.
Prácticas argentinas que exasperan a los chinos
La cultura milenaria china tiene muchas características propias. Sobre esto conversaron Dolina, Barton, Guillespi y un invitado chino radicado en Argentina en la sección ¡Tradiciones argentinas que irritan a un chino! Cómo comunicarse con un chino sin ofenderlo. Se centraron en las costumbres que tienen los asiáticos en cuanto a las comidas.
Cualquiera que haya estado en contacto con un asiático se da cuenta de que una de las cualidades más importantes es la puntualidad. Si lo invitan a cenar, llegar temprano es obligatorio; lo ideal es estar en el lugar acordado diez minutos antes para mostrarle respeto al huésped. El concepto de llegar “aproximadamente a las…” no es común; los chinos son muy exactos. En la cena, hay que comer un poco de todo ya que hay distintos platos que se colocan en el centro de la mesa y cada uno se sirve lo que quiere. Por el contrario, en Occidente el estándar es que cada uno tenga un plato propio y que no se comparta la comida de un plato a otro.
Algo muy importante es aclarar de antemano si hay alguna comida que no consume. En Oriente es común el consumo de picante, pero si uno no está acostumbrado, se lo debe comunicar a quien le haya invitado a comer. “Hay gente maleducada que aparta la comida que no le gusta”, comentó el invitado chino. En la misma línea, el uso de los palitos chinos es clave en un hogar asiático. Es normal que los argentinos no sepan usarlos, sin embargo, deben evitar jugar con ellos o utilizarlos de una manera indebida “porque es una ofensa mortal”, señaló uno de los locutores. “Usted tiene que hacer de cuenta como que los dos palillos son una extensión de sus dedos”, “no es un brochet que usted lo pincha de los dos lados, señor”, les señaló el invitado a los comunicadores.
Se cena con té para limpiar el paladar entre bocado y bocado ya que, con tanta variedad de comida, lo mejor es poder identificar el sabor de cada platillo. La gastronomía china es muy variada… Va más allá de las empanaditas chinas (también conocidas como dumplings), los arrolladitos primavera y el arroz salteado. Un platillo que se consume bastante y no es muy conocido es el chancho agridulce. Las salsas y los aceites les dan el toque final a todas las comidas. El aceite de sésamo, la salsa de soja, la salsa de ostras… Se consume más cerdo que vaca. Se lo cocina con mermelada, ají y salsa agridulce.
La cultura china es milenaria y tiene muchas aristas, por lo que hay muchos temas que no fueron incluidos, como, por ejemplo, el lenguaje, el sistema de escritura, el horóscopo chino, las leyendas, las supersticiones relativas a los números y los colores, entre otros temas. Por eso, ¡te invitamos a averiguar más sobre los tópicos que te interesen!
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