¿Qué enseña la experiencia china de desarrollo y lucha a la pobreza?
Académicos del gigante asiático disertaron este miércoles en un seminario en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
La actividad sobre “Modernización con estilo chino” y “Programas de erradicación de la pobreza” fue conjunta entre el Centro de Estudios Argentina China de la Facultad de Ciencias Sociales – Instituto Germani de la UBA y la Academia China de Ciencias Sociales.
Tras las presentaciones de rigor del vicedecano Diego De Charras y el secretario de Estudios Avanzados de la Facultad, Julián Rebón, el director del CEACh, Ignacio Villagrán, presentó a Chai Yu, directora del Instituto de Estudios de América Latina (ILAS) de la CASS, y a Du Zhixiong, director del Instituto de Desarrollo Rural también de la Academia. Ambos son parte de una misión que también tiene este jueves una actividad académica en CLACSO y una cita programada con la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
En Sociales de la UBA, Chai trazó un panorama de la economía global en la pospandemia, con todas sus complejidades, y cómo deberían enfrentarse sus desafíos. En un contexto de freno productivo, abogó por mayores intercambios, conocimiento mutuo e integración para “relacionarse más entre países y personas”, una de las claves que mencionó para el desarrollo duradero. “En estos días en Buenos Aires –dijo- vimos varias propagandas de marcas chinas, o sea que se va avanzando en las relaciones, y entramos a una nueva etapa donde los estorbos globales no deberían ser obstáculos para el desarrollo mutuo de nuestros países. Al contrario, deberían estimularnos y darnos confianza, porque tenemos una visión compartido del mundo”.
Luego mostró algunas estadísticas de los intercambios entre China y Argentina y Latinoamérica y dijo que “el mayor uso de monedas nacionales o mecanismos como el swap” de monedas son herramientas útiles para incrementar la relación.
“Desde la apertura y reforma en China (1978) avanzamos en un dinamismo más abarcador de la economía productiva, con diversidad y complejidad, que no son la misma cosa. América Latina debe también mejorar en esos aspectos y China puede cooperar”, afirmó Chai.
Por su parte, el profesor Du se refirió al programa de alivio de la pobreza en China, que “aportó 70% de los objetivos que se trazó Naciones Unidas” a nivel mundial. Recordó que su país sacó de la pobreza “a 770 millones de personas, sobre todo en áreas rurales, y eso significó que tuvieran acceso a servicios de electricidad (hoy está cubierto el 99% del país) salud, jubilatorios, de transporte, de internet, etc”. Explicó que en los casos más remotos se trabajó con la relocalización de familias. Y que el esquema tuvo lo que en Occidente se conoce como “derrame”, pero que en China funcionó de verdad. Es decir, hubo una distribución de la riqueza a medida que la economía creciera
Du graficó con una estrella de cinco puntas con las letras D (por su traducción al inglés) como los cinco ejes del programa de erradicación de la indigencia, cumplido en 2021 en ocasión del centenario del Partido Comunista gobernantes. Ellas son foco integral y nacional en el desarrollo, liderazgo determinado, provisión descentralizada, un mapa detallado del problema (llegando a cada comuna o familia con problema de falta de ingresos o acceso a servicios) y una gobernanza basada en datos.
Luego, comentó las ponencias Eduardo Chávez Molina, coordinador de un proyecto binacional sobre políticas de China y Argentina para la reducción de la pobreza del Germani, el CEIL-Conicet y el ILAS/CASS. Mencionó el concepto de prosperidad que “uno ve rápidamente cuando visita China, y lo lejos que estamos en un país como Argentina, que produce cereales y carne para 400 millones de personas, pero tiene la mitad de su población de menos de 50 millones de habitantes pobre y con 18% de indigencia. No podemos replicar casi nada de China, pero sí aprender mucho”, sintetizó, si bien recordó que el país asiático mide la pobreza con otros métodos menos exigentes (los que propone en Banco Mundial), “pero aun así, aquí tenemos cuatro o cinco veces más”. También rescató la frase del presidente Xi Jinping de “domesticar” al mercado para generar desarrollo inclusivo para toda la sociedad, con conducción política.
Un segundo panel tuvo moderación de Dafne Esteso, coordinadora académica del CEACh, y hablaron Li Xuesong, director del Instituto de Economía de la CASS); Zhang Guanzi, secretario general del National High-end Think Tank Council, también de la Academia, con comentarios de Martín Unzué, director del Instituto de Investigaciones Gino Germani.
Al final, coordinó un debate de cierre Martín Rozengardt, coordinador de Gestión Institucional del CEACH, quien hizo un punteo de los aspectos a comparar entre los casos de Argentina y China, y luego hubo una clausura a cargo de la decana de Sociales, Ana Arias.
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