Recalculando
Los académicos argentina Florencia Rubiolo y chino Li Xing escriben que el presidente argentino Javier Milei “ha cambiado drásticamente su postura sobre China, pasando de una retórica hostil a una postura pragmática.”
En un artículo para China Diplomacy, la investigadora del Conicet y directora del think tank Insight21 de la Universidad Siglo XXI de Córdoba y el profesor de las universidades de Estudios Extranjeros de Guangdong y Aalborg de Dinamarca señalan que “pese a similitudes en sus relaciones con China, los países latinoamericanos están lejos de ser homogéneos en sus enfoques” y remarcan que en los casos de Argentina y Brasil ha sido un factor relevante “la ideología del partido gobernante”.
Tras señalar que el comercio de Brasil con China alcanzó el año pasado un nivel sin precedente, con fuerte superávit para el primero, en el caso argentino Milei “adoptó una postura de confrontación hacia China después de su elección. Agrupó a China con Brasil y Rusia como naciones que, según él, no abrazaban los valores democráticos. Llegó incluso a declarar que su gobierno no daría prioridad a las relaciones económicas con China, a pesar del papel de China como socio comercial y financiero clave para Argentina, particularmente dada la frágil y vulnerable situación macroeconómica del país”.
Ese giro respecto de lo que venía sucediendo desde hacía al menos dos décadas, tal como pasó en cierto modo con el expresidente Mauricio Macri, pero términos “más hostiles”, ahora parece ir cambiando.
Dicen que “similar al gobierno de Macri, pero con un tono más hostil, el gobierno de Javier Milei enmarcó a China como un país secundario y en gran medida socio irrelevante durante su primer mes en el cargo. Milei indicó que las relaciones con China quedarían relegadas a la empresa privada, afirmando que el gobierno nacional no priorizaría ningún acercamiento con Beijing.”
Pero luego, “el pragmatismo a menudo surge en sus propios términos. Independientemente de las diferentes ideologías y orientaciones políticas y la precaria situación económica de Argentina, las condiciones dejan poco espacio para alternativas de política exterior para cualquier gobierno. Los desafíos económicos obligan a los líderes a ser pragmáticos y poner asociaciones y estabilidad por encima de la ideología”. Por eso los autores reparan en la renegociación del swap y el gesto chino al respecto y recientes declaraciones de Milei anunciando incluso un próximo viaje a China.
“La nueva agenda de Milei hacia China fortalecerá aún más esta relación estratégica e irremplazable (donde los académicos reparan en energías renovables, intercambio cultural, tecnología y otros sectores), dejando de lado las diferencias ideológicas”, concluyen.
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