La inmigración china a Ecuador

30 octubre, 2024

En el marco de la inmigración histórica de chinos a América Latina, el historiador Antonio Trujillo Rivadeneira analiza en detalle, en un artículo publicado por la REDCAEM. la llegada de asiáticos a Ecuador.

Guanxi y capital social familiar: Acercamiento a las prácticas socioculturales de migrantes chinos en los territorios rurales de Ecuador

Por Antonio Trujillo Rivadeneira*. La presencia de chinos en América Latina no es reciente, más bien es antigua, siendo al menos para el caso de Ecuador uno de los flujos migratorios de ultramar más antiguos que han llegado a su territorio en la historia moderna. Se conoce, a través de investigaciones como las de Carrillo (2010), Ramírez (2010) y Pagnotta (2018) que fue en el segundo período de gobierno del presidente decimonónico García Moreno cuando arribaron los primeros migrantes desde China. Así, durante la segunda mitad del siglo diecinueve el hacendado y funcionario diplomático en Lima, Vicente Piedrahita, llevó a trabajar en sus haciendas Palestina y Anasque ubicadas en la Cuenca del río del Guayas a un grupo de chinos que luego se dispersaron por la región (Carrillo, 2012: 173-174).

Cabe mencionar que la llegada de migrantes chinos, al igual que en otros países de América Latina como México, fue atravesada por problemas relacionados con su membresía étnica. Como menciona Ramírez, a finales del siglo diecinueve y principios del siglo veinte el Estado ecuatoriano construyó un enfoque migratorio denominado “aperturismo segmentado”, a través de la migración china fue rechazada y expulsada (Ramírez, 2012: 16). Dentro del marco del aperturismo segmentado el Estado consideraba a la migración china como no deseable, por lo que a través de un decreto presidencial del 14 de septiembre de 1889 se prohibió su entrada y exhortó su expulsión. Este primer decreto y leyes posteriores dieron paso a la catalogación de los migrantes chinos como “sujetos perniciosos”, peligrosos para los estándares culturales de la nación ecuatoriana (Ramírez, 2012: 18-19).

Sin dejar de lado la adversidad de tales años, las redes de comercio chinas se expandieron a lugares bastante alejados, extendiendo así nuevos mercados geográficamente a través del establecimiento de comercios que vendían una gran variedad de productos suntuarios y comestibles en las zonas rurales del litoral del país, donde se les permitía viajar sin restricciones gubernamentales (Carrillo, 2012: 193-194).

Es importante mencionar que las redes comerciales de este grupo migrante se forjaron a través lazos de confianza entre los comerciantes chinos y pequeños agricultores de las zonas rurales a través de prácticas como el fío de productos agrícolas como el cacao o el café durante época de siembra, para que luego en tiempo de cosecha los comerciantes chinos adquieran la producción del lugar descontando así las mercancías fiadas. A través de estas prácticas, los comerciantes chinos crearon un sistema de fidelidad con los campesinos que garantizaba tanto la venta como el acopio de la producción agrícola local (Carrillo, 2012: 193-194).

Las prácticas comerciales chinas se presentan, así, como exitosas estrategias de adaptación a la sociedad local ecuatoriana. Además, su especial vinculación a la ruralidad costeña del Ecuador dio paso a que las políticas estatales de aperturismo segmentado fracasen, por lo que, a pesar de ser objeto de control de las autoridades ecuatorianas, los chinos fueron hasta 1938 el segundo mayor grupo de inmigrantes asentados en el país, cifra que decayó considerablemente en años posteriores (Ramírez, 2012: 41).

En la actualidad la comunidad migrante china que tiene sobre su espalda a más de cuatro generaciones  de migrantes, sus hijos y nietos, despliega una considerable cantidad de capital económico reflejado en sus exitosos negocios en el área comercial y agrícola. Un ejemplo actual es la empresa Rey Banano del Pacífico (Reybanpac), que  exporta banano a la Unión Europea, Japón y Rusia, y representó el 7% de la producción bananera de Ecuador en 2023 (Mendoza Saltos, 2023).

Por lo tanto, cabe preguntarse ¿Cómo los miembros de la comunidad migrante china de Ecuador lograron obtener un alto capital económico a través de sus redes de negocios? La respuesta se encuentra en su exitoso uso y cultivo de capital social familiar, y  en el cultivo y uso de guanxi.

Según Pierre Bourdieu, el capital social se define como: “la totalidad de los recursos potenciales o actuales asociados a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento mutuos. Expresado de otra forma, se trata aquí de la totalidad de recursos basados en la pertenencia a un grupo” (Bourdieu, 2000: 148).

Feng y Patulny (2020), por otro lado, definen al guanxi como una relación entre personas con sentido de obligación que se fundamenta en el compromiso familiar. Este concepto es concebido como una extensión de las relaciones familiares y de cumplir obligaciones de largo plazo con el fin de impulsar la armonía social. El guanxi como producto de las prácticas culturales chinas se basa en la piedad filial confuciana (la piedad filial es uno de los valores centrales del confucianismo. Se refiere al respeto, cuidado y devoción que los hijos deben mostrar hacia sus padres y ancestros.), por lo tanto,  el individuo subordina sus metas personales a las de la familia y, por extensión, a las de la sociedad.

El concepto de capital social contiene una dimensión familiar que destaca por su similitud con el guanxi, no únicamente porque como menciona Martínez (2024) la familia puede ser considerada como un microcampo donde se construye de manera colectiva estrategias de preservación de la institución familiar y se reproducen, a través del efecto multiplicador del capital social, otro tipo de capitales como el económico; sino también porque la familia es capital social cuando se construye confianza primaria, reciprocidad e intercambio simbólico de largo plazo  (Maracaletti y Cavalloti, 2021: 51). Estas características del capital social en su dimensión familiar dan cabida a establecer puentes analíticos con las prácticas culturales chinas (guanxi) por su similitud en la tarea de construir vínculos sociales fuertes y redes relacionales de largo plazo.

Los territorios rurales de la costa ecuatoriana, además, resultan ser espacios adecuados para  analizar la relación entre   capital social familiar y  guanxi; esto se debe a que los recintos campesinos de la mencionada región (a donde  arribaron los primeros migrantes chinos durante la segunda mitad del siglo diecinueve y principios del siglo veinte) se fundamentan espacial y socioculturalmente en relaciones familiares. Como menciona Guerrero (2012) para comprender al recinto costeño se debe estudiar a la familia campesina. La familia campesina está integrada por redes familiares y de vecinos, lo que implica que los núcleos familiares mantienen entre sí fuertes interdependencias y conviven en un mismo espacio. El mencionado vínculo entre la unidad familiar nuclear y las familias vecinas y/o emparentadas constituye un espacio en el cual viven y trabajan unidades familiares que forman, en conjunto, una comunidad local. Tomando en cuenta lo antes mencionado, considero que en los recintos costeños, el cultivo de guanxi, por su similitud con las prácticas socioculturales locales fundamentadas en el cultivo de capital social familiar, fue exitoso, dando paso a configuraciones relacionales como compadrazgos y matrimonios entre inmigrantes chinos y locales ecuatorianos/as, lo que también explica, junto con el crecimiento de sus redes comerciales,  su fácil inserción al entorno socioeconómico y sociocultural ecuatoriano.

*Antonio Trujillo Rivadeneira es Historiador y candidato a Doctor en Desarrollo Territorial en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Ecuador e integrante de REDCAEM.

Categorías: Comunidad

PUBLICAR COMENTARIOS