Ayer se celebraron los setenta y cinco años de la fundación de la República Popular China, lo cual abre además una semana vacacional en todo el país.

Desde el 30 de septiembre a la noche comenzó a llenarse la histórica Plaza de Tiananmen en el centro de Beijing, a la espera de que, al amanecer, en el asta se izara la bandera nacional.

Con el himno nacional de fondo, una guardia de honor del Ejército Popular de Liberación escoltó la bandera de la China comunista para que desde ahí decenas de miles de personas vieran cómo comenzaba otro 1º de octubre. El público que se acercó a la Plaza fue estimado en 120 mil personas.

El presidente Xi Jinping destacó en un mensaje al país los logros alcanzados en un discurso ofrecido desde el Gran Salón del Pueblo, centro político y administrativo del gigante asiático ubicado también en esa plaza.

“Nuestro partido (PCCh) unió y dirigió al pueblo de todas las nacionalidades en una lucha incansable, logrando dos grandes milagros: el rápido desarrollo económico y la estabilidad social a largo plazo”, declaró Xi. El mandatario también subrayó que China empezó “un proceso histórico irreversible de gran rejuvenecimiento nacional” a través de la modernización al estilo chino.

La festividad se extiende siete días, conocidos como la Semana Dorada, el mayor feriado en el país y una oportunidad para que gran cantidad de habitantes viajen por el país a reencontrarse con sus familiares. Sobre el 75 aniversario, ver también entrevista al historiador y periodista Néstor Restivo en Sputnik y notas de los académicos Francesca Staiano en el IRI-UNLP, Patricio Giusto en Clarín y Jorge Malena entrevistado en Perfil.