Este último fin de semana fallecieron el colombiano Enrique Posada Cano y la argentina Graciela Maturo, quienes desde América Latina, en diferentes circunstancias, supieron tejer fructíferos lazos de amistad e intercambios culturales con China.

Posada Cano, sinólogo, fue director del Instituto Confucio de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, así como de su Observatorio Asia Pacífico. Escritor, economista y diplomático, vivió muchos años en la República Popular (fue cónsul y ministro consejero en la embajada colombiana) y escribió sobre temas de China numerosos trabajos y libros, como uno de memorias noveladas, “En China dos veces la vida”. El último (publicado en este 2024) fue la novela “China: el poder de la historia”.

En tanto, Maturo fue docente, poeta y ensayista y se acercó a la cultura china en sus últimos años de vida. Fue distinguida en el país asiático por el premio de poesía Kaqiu Penn Warren que otorga la revista literaria “Kaqiu”.

De larga trayectoria en la UBA y más recientemente dirigiendo su cátedra “Leopoldo Marechal” en la Universidad de Congreso, algunos de sus poemas fueron llevados al idioma chino por los catedráticos Ángela Tongxin y Sun Xintang. En 2017, Maturo presentó en un acto organizado por DangDai y la Casa de la Cultura China al poeta Xi Chuan y su libro de poemas “Murciélagos al atardecer”. Otras de sus acciones en ese terreno fueron sus comentarios al libro de Hu Xian “Insectos en el ámbar”, cuando su traducción al español fue presentada en Buenos Aires durante 2021.