Esta semana el presidente del Gobierno de España se reunió con su par chino, Xi Jinping, el primer ministro, Li Qiang, y el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China, Zhao Leji.

Sánchez también inauguró el Noveno Foro España-China y el Consejo Asesor Empresarial España-China (CAE) y mantuvo encuentros con la Asociación China de Fabricantes de Automóviles y empresas líderes del sector.

Durante la visita, China y España enfatizaron los nuevos sectores económicos en los ámbitos de alta tecnología, la transición verde, la cooperación climática, manufactura, biotecnología e industria aeroespacial.

Asimismo, se trató la ampliación de la cooperación con países terceros con la vista puesta en el Sur Global.

En el Foro España-China instó a lograr soluciones consensuadas para resolver problemas comunes en medio de las tensiones arancelarias.

Sobre los aranceles impuestos a los vehículos eléctricos chinos Sánchez dijo que tanto los estados miembros de la Unión Europea como la propia Comisión Europea deben “reconsiderar” su posición.

“Todos nosotros necesitamos reconsiderar (…). No necesitamos una guerra comercial, necesitamos construir puentes entre la UE y China, y lo que hacemos es reconstruirlos”, indicó el mandatario en una rueda de prensa en la localidad oriental china de Kunshan al cierre de su visita oficial al país asiático, en una postura que más tarde logró el respaldo de Alemania.

Ante el primer ministro chino, Li Qiang, expresó su sorpresa por la investigación abierta por ese país por supuesta competencia desleal al porcino de España como repuesta a los aranceles de Bruselas a los vehículos eléctricos chinos.

Xulio Ríos, el mayor sinólogo de España, ha comentado que “la visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a China ha permitido dos constataciones importantes. Primero, que la sintonía entre ambas partes persiste y que se revela como un capital político de gran importancia para afrontar los retos comunes. Y segundo, que ambos gobiernos se conjuran para impulsar el diálogo como mecanismo principal para hallar soluciones negociadas a las tensiones arancelarias con la UE”.

Ríos evaluó que “es preciso elegir camino: o soluciones consensuadas que tengan en cuenta los intereses de ambas partes o pinchazo más profundo de lo deseado de esa burbuja que China y la UE han logrado construir con perseverancia en sus casi 50 años de relaciones formales explicitando una dinámica constructiva y de respeto mutuo”.