Polémica por la importación de acero
La decisión oficial de simplificar el ingreso de acero al país puso en alerta a las compañías del sector, las que, dice Infobae, “le vienen remarcando al Gobierno desde que comenzó la negociación, ya hace varios meses, que China hoy representa una amenaza importante y que son varios los países de la región que están aplicando medidas antidumping y subiendo aranceles para evitar el ingreso de productos a precios viles.”
“Las negociaciones comenzaron hace varios meses”, agrega el portal. “Las empresas siderúrgicas sabían perfectamente cuál era el camino que el Gobierno tomaría respecto de las importaciones y la reducción de costos, en un contexto en el que la prioridad es mejorar los precios internos y justamente reducir el ‘costo argentino’. Por eso, la medida anunciada este jueves pasado el mediodía no los tomó por sorpresa.”
“La 404 —reglamento técnico que regía para la construcción— funcionaba bien. Acá lo que importa es que competencia sea en condiciones de equivalencia. Si voy a importar un producto y me van a reconocer esa declaración jurada, sería importante que haya condición de equivalencia si quiero exportar a esos países”, dijeron en una de las empresas.
El presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, se ha referido en varias oportunidades a esta amenaza, y recientemente lo repitió en un congreso de Acero Brasil, realizado en San Pablo, cuando sostuvo que competir con China se volvió “sustancialmente imposible” debido a la “absoluta asimetría” de las relaciones económicas y comerciales entre las economías de la región y el gigante asiático.
La medida anunciada este jueves por Caputo implica que se modifica el reglamento técnico del acero, que simplificará y bajará los costos del proceso de importación de este insumo clave para la economía.
A partir de esta resolución, explicaron desde la cartera económica, las empresas que deban certificar la importación de acero y materiales para la construcción podrán presentar declaraciones juradas con certificaciones internacionales válidas en todo el mundo, que serán equivalentes a las del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), y “evitar así complejos trámites que generaban meses de demora y costos adicionales para la producción”.
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