La apuesta de China con sus jubilados

10 agosto, 2024

Por Fernando Capotondo. Mientras el envejecimiento de la población constituye un tema ineludible de debate global, China profundiza las políticas de atención de sus casi 300 millones de personas mayores de 60 años y busca multiplicar los 7 billones de yuanes (más de 980.000 millones de dólares) que hoy mueve la denominada “economía plateada” con los variados productos y servicios que destina a sus venerados ancianos. 

En efecto, los abuelos gozan del respeto y admiración de toda la comunidad china y suelen disfrutar de una realidad sustancialmente diferente a la que tienen en otros países del mundo, como la Argentina, donde deben hacer malabares para cubrir sus necesidades básicas.

En las plazas chinas es habitual la presencia de personas mayores practicando Tai chi o bailando al ritmo de coreografías con pretensiones de entrenamiento físico. Tanto en las calles como en cualquier centro comercial, la imagen de un abuelo cuidando a su nieto (mientras los padres trabajan) constituye un recurrente paisaje de la geografía urbana.

También es común observar a muchísimos adultos mayores entre las mareas de turistas que suelen recorrer el país, al punto que para este año se espera que sumen alrededor de 1.200 millones de viajes, según las optimistas estimaciones del sector.

Esta proyección es sólo una pequeña parte de la citada “economía plateada”, que reúne todo los servicios y productos destinados a los jubilados. Su desarrollo tiene tal magnitud que los analistas especulan que los 7 billones de yuanes que se mueven hoy, podrían aumentar a unos 30 billones para el año 2035.

Es una obviedad señalar que las autoridades chinas están haciendo una fuerte apuesta al sector para mejorar la calidad de vida de una sociedad que –según los estándares internacionales–  ya puede calificarse como moderadamente envejecida.

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En esta mirada sobre China, es fundamental contemplar el volumen de un sector de la población que está en franco crecimiento, producto de una esperanza de vida que hoy llega a los 78 años y una tasa de natalidad que viene en caída libre desde hace décadas. La magnitud de esta tendencia es tal que los expertos estiman que los actuales 300 millones de adultos mayores (más del 20 % de la población) podrían superar los 400 millones en 2035 y los 500 millones a mediados del corriente siglo.

Frente a estas proyecciones, un dato a considerar es la “joven” edad en la que se jubilan los trabajadores chinos: en el caso de los hombres se ubica en los 60 años y en el de las mujeres, va de los 50 a 55 según la actividad que hayan realizado. Se trata de un tema que podría ser objeto de modificaciones en el mediano plazo, según se desprende de los recientes debates en la Tercera Sesión Plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), realizada en Beijing.

En este contexto, es preciso saber que la pensión media de los trabajadores urbanos se ubica alrededor de los 3.500 yuanes mensuales, una cifra que viene ajustándose a un ritmo del 3 % anual desde hace dos décadas y que, en ocasiones, puede complementarse con otras partidas.

En efecto, China tiene un seguro básico de vejez que cubre a más de 1.000 millones de personas, pensiones vitalicias de empresas, coberturas comerciales y, desde 2022, un sistema de pensiones privado en el que ya participan más de 60 millones de ciudadanos, que pueden aportar hasta 12.000 yuanes anuales a cuentas individuales que les permiten adquirir diferentes productos financieros. “Es una combinación que ofrece otro nivel de apoyo para la gente que envejece”, según destacan desde el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social.

Del “internet plus” a la IA

China dispone de alrededor de 8 millones de camas para atender a sus adultos mayores, distribuidas en más de 390 mil hospitales, centros asistenciales e instituciones de salud de todo el país, lo que constituye sólo una muestra de una política sanitaria que se apoya en diferentes pilares.

En efecto, la Administración Nacional de Medicina Tradicional China acaba de poner en marcha una serie de medidas de urgente aplicación, entre ellas la obligatoriedad de sus hospitales de crear departamentos geriátricos según el tamaño de la población local; la optimización de la capacidad de diagnóstico y tratamiento integral; y la investigación de los efectos de la medicina tradicional en la prevención y control de las enfermedades geriátricas.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Civiles llamó a instrumentar un sistema de monitoreo “internet plus” y otras tecnologías que ayuden a “prevenir y eliminar los riesgos en áreas clave, agilizar las respuestas ante emergencias y promover una mayor formación ética y profesional del personal”, según informaron sus autoridades.

En forma coordinada, el Ministerio de Educación puso en funcionamiento un plan integral para mejorar la capacitación de los profesionales de enfermería, una iniciativa que se materializó en la creación de carreras universitarias en más de 200 centros de altos estudios del país.

El ministro de Asuntos Civiles, Lu Zhiyuan, anunció una serie de medidas para mejorar la atención domiciliaria que reciben las personas mayores, entre ellas la distribución de camas de cuidados inteligentes y la oferta puerta a puerta de servicios de alimentación, limpieza y aseo personal. “La mayoría de los ancianos prefieren vivir en sus casas, por lo que es necesario establecer un sistema de visitas y cuidados que puedan disfrutar, cómodos, en la puerta de sus hogares”, explicó el funcionario.

Respecto al aprovechamiento de los últimos adelantos tecnológicos, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR) adelantó que China explorará el desarrollo de robots humanoides, basados en modelos de Inteligencia Artificial (IA), con capacidades para brindar una atención diferencial a las personas mayores.

Más allá de estas políticas estrictamente sanitarias, los ministerios de Justicia y de Asuntos Civiles pusieron en marcha un plan coordinado para brindar asistencia legal a quienes hayan padecido abuso, abandono o violencia intrafamiliar, o que requieran ayuda para resolver conflictos vinculados con la custodia, independientemente de su situación financiera.

Todas estas políticas para cuidar a casi 300 millones de personas mayores, mejorar los servicios que les ofrecen, diversificar el sistema de pensiones y combinar la medicina tradicional con los últimos adelantos tecnológicos, se aplican en China bajo el paraguas de la “Ley de Protección de los Derechos e Intereses de las Personas Mayores”, promulgada en 1996 y revisada en varias oportunidades desde entonces.

Como se sabe, la admiración y respeto a los ancianos es una marca registrada de la cultura china.

Categorías: Sociedad

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