“Solución paleschina”
El acuerdo de reconciliación entre facciones palestinas firmado recientemente en China y su contexto global es analizado en El cohete a la Luna por Menachem Klein.
“¿Qué tiene de diferente este acuerdo? La diferencia no reside en las perspectivas de reconciliación, que pueden materializarse o fracasar en última instancia como sus predecesores, sino más bien en los contenidos que ha aceptado el movimiento Hamás. En otras palabras, la novedad no está en la reconciliación, sino en las posiciones modificadas de Hamás”, dice Klein, y explica que el contenido de los documentos de reconciliación anteriores, el acuerdo de El Cairo de abril de 2011 y el acuerdo argelino de octubre de 2022, “era notablemente técnico. Se ocupaban de los métodos de elección de las principales instituciones de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y de la Autoridad Palestina (AP), así como de los principios de la reforma política que se debía llevar a cabo en ellas”.
En cambio, el Acuerdo de Pekín se basa en estos acuerdos “pero, a diferencia de sus predecesores, contiene principios políticos. En el pasado, Fatah los planteó explícitamente, pero Hamás no se comprometió abiertamente con ellos. Estos principios incluyen el establecimiento de una Palestina independiente basada en la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU de 1947, conocida como el Plan de Partición de las Naciones Unidas para Palestina para una solución de dos Estados, y la Resolución 2334 de 2016 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exigió a Israel que cesara de inmediato y por completo todas las actividades de asentamiento, incluso en Jerusalén Oriental, ya que, según la resolución, constituyen un obstáculo importante para el logro de la solución de dos Estados y una paz justa, duradera y completa. El Consejo también destacó que no reconocerá ningún cambio en las líneas del 4 de junio de 1967 que no sean los acordados por las partes mediante negociaciones. Fatah llevó a la OLP a aprobar el plan de partición e incluirlo en su Declaración de Independencia de 1988. Hasta el acuerdo de Beijing, Hamás se había abstenido de comprometerse explícitamente con él. Contradice fundamentalmente la Carta Islámica de 1988, pero está en línea con el Documento de Principios y Política de Hamás de 2017.”
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