Ante la provocación de la OTAN a China, el catedrático gallego escribe que en el país asiático “crece la preocupación por este pronunciado giro en la estrategia de la OTAN y que solo puede servir a un propósito: mantener la hegemonía estadounidense y apoyar el papel dominante de Occidente en los asuntos globales”.

Y añade Ríos: “China tendría que manejar esta situación con prudencia, evitando facilitar argumentos para que la inestabilidad se instale en la región. Idear como respuesta a la presión occidental en el Pacífico la realización de ejercicios militares en Bielorrusia, a las puertas de la OTAN, es una muestra de no amilanamiento que internamente puede resultar, pero no facilitará el diálogo con Bruselas. Lo más negativo es que se pierdan las esperanzas de mejorar sus relaciones con Europa”.

La alianza militar nordatlántica cumplió 75 días atrás y volvió a manifestar su expansionismo belicista hacia el Este, apuntando a Rusia y a China, culpando a esta última, contra toda evidencia, de incentivar la guerra.

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