Por Gustavo Ng, desde Beijing. En los días en que se cumple medio siglo de la muerte de Juan Domingo Perón, al escuchar al presidente Xi Jinping repasar la historia de los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, es inevitable que acuda a la memoria la carta que Perón envió al Movimiento de Países No Alineados en 1973.

Presentó al peronismo explicando que su patrimonio ideológico consiste en “trabajar para labrar la felicidad del Pueblo y asegurar la grandeza futura de la Patria. Nosotros queremos una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.”

Luego, Perón definió la política internacional del país de esta manera: “Sostenemos, desde el instante mismo del nacimiento del Justicialismo, como principios y objetivos básicos en lo internacional, lo siguiente: 1) La defensa integral de la soberanía nacional en todo nuestro territorio y especialmente sobre la Antártida Argentina, las Islas Malvinas y sus islas independientes. 2) El ejercicio de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, como bases para asegurar a cada Pueblo del mundo su propia felicidad, mediante la realización de la propia justicia y la propia libertad. 3) La Tercera Posición como solución universal distinta del marxismo internacional dogmático y del demoliberalismo capitalista, que conducirá a la anulación de todo dominio imperialista en el mundo.”

Si el Sur Global reedita al Movimiento de los Países No Alineados, el pensamiento de Juan Domingo Perón tiene una intensa vigencia en los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica.

Perón no pudo venir a China, aunque mantuvo una comunicación con Mao Zedong (ver Revista DangDai).

El peronismo y el socialismo chino tienen diferencias porque son formaciones históricas locales y por tanto singulares, pero las coincidencias parecen hoy mayúsculas.

Además de la sintonía plena en su concepción de las relaciones internacionales, tanto el peronismo como el socialismo chino otorgan una importancia protagónica a la Ciencia y la Tecnología.

Entre 1948 y 1951, el gobierno de Perón creó la Universidad Obrera Nacional (luego, UTN), estableció la educación universitaria gratuita, creó el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (el CONITyC, luego cambiado a CONICET), la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Antártico Argentino y otros ámbitos que han resultado plataformas para la investigación, así como bases para la industrialización y la soberanía nacional. Esta tesitura fue continuada por los gobiernos peronistas especialmente entre 2003 y 2015.

Por otro lado, el peronismo, con una profunda raíz cristiana, y el socialismo con características chinas, que integra el confucianismo y una cultura milenaria y el marxismo-leninismo, tienen al hombre como centro de toda la gestión económica, política, y el desarrollo de la nación.

En tercer lugar, relacionado con el punto anterior, la convergencia entre el peronismo y el socialismo chino es muy profunda en cuanto al vector de la justicia social.

Está en la constitución genética del peronismo y del socialismo chino la inexorable orientación hacia una sociedad lo suficientemente justa como para que todas las personas del país, sin dejar ninguna atrás, vivan una vida decente.

Deng Xiaoping dijo que no hay verdadero socialismo si hay pobreza, mientras Perón afirmó tajantemente que ninguna persona se realiza por sí misma si no hay previamente una realización social.