Petrecca en la UNSaM: poesía y política

29 junio, 2024

El traductor y poeta argentino Miguel Ángel Petrecca, especializado en literatura china, ofreció el viernes la charla  “Atravesando la plaza al atardecer. Una lectura de la relación entre la poesía china contemporánea y la política entre fines de los 70 y los 2000”.

Fue organizada por el Programa Interdisciplinario de Estudios Chinos (PIECh), de la Escuela de Humanidades de UNSAM y coordinada por la profesora Ana Hosne.

Petrecca es licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires y doctor en Literatura China por INALCO (Institut National des Langues et Civilisations Orientales) de Francia. Tiene publicada una decena de libros sobre la temática, incluidas sus traducciones de “Antología Después de Mao. Narrativa china actual” y “Un país mental: 150 poemas chinos contemporáneos”.

En la conferencia, trazó un recorrido de la poesía china en los años de la República Popular, tanto durante el maoísmo como en la primera década del período de Reforma y Apertura.

Trabajó sobre la idea de una “fractura” entre la literatura oficial (o legal) y la que circuló en forma paralela, llevada adelanta “por jóvenes en salones literarios o mediante otras formas subterráneas”, en especial durante los años de la Revolución Cultural y otros años más traumáticos de la década de 1960.

Miguel A. Petrecca

En la década de 1980 hubo un “resurgimiento” de la poesía modernista china, “ajena a la ortodoxia”, que había sido anunciada en los tiempos previos de mayor censura, dijo.

“Todo ese proceso, donde sobre todo a partir de 1976 con la muerte de Mao Zedong se inició de un nuevo ciclo político, tuvo en la poesía y en los poetas a dos protagonistas, los cuales participaron activamente de diversas movidas en torno a la Plaza de Tiananmen, aunque allí predominó (en lo formal), curiosamente, una poesía antigua, tradicional”, señaló el especialista.

En esos años liderados por Deng Xiaoping “hubo cierta libertad, un clima más propicio para la libre expresión literaria, y emergió aquella poesía que había circulado en forma subterránea. Reaparecieron figuras que habían sido consideradas contra-revolucionarias en el período anterior y se abrió todo ese espacio de los llamados ‘Movimiento por la Democracia’ o el ‘Muro de la Democracia”. Petrecca citó también como ejemplo una frase de 1978 del poeta Bei Dao que en la revista Jintian (“Hoy”) pasó a convertirse en una suerte de consigna: “Yo-no-creo” (en la política, en el poder), incluida en el poema Respuesta.

El poeta Bei Dao: “Yo no creo”

Para Petrecca, hubo sin embargo una “relación ambigua” entre poesía y política, dado que, por un lado, en la primera “estaba el deseo de ser autónoma”, pero por otro, “eso era en todo caso imperfecto, porque se interesaba” en la segunda.

Sostuvo que luego China “vivió uno de sus clásicos momentos históricos de apertura y cierre” y llegaron los sucesos de 1989, una vez más en Tiananmen, que clausuraron esa época de “gran efervescencia”.

“Si los años 80s fueron una ‘edad de oro’ en ese sentido, luego los ‘90s fueron una ‘edad de hierro’ (no poética)”. Así, concluyó, se llegó al fin del siglo XX e inicios del actual “con fuertes debates sobre cómo hacer que la poesía mantenga una postura crítica”.

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