El embajador de China en Argentina, Wang Wei, dijo este martes que “para China, la quintaescencia es valorar la paz y la armonía, la convivencia en medio de las diferencias”.

En el marco de una celebración en Buenos Aires por el 70 aniversario de la declaración de los principios de “coexistencia pacífica” (el acto central será en Beijing, y será cubierto por DangDai con un enviado especial), el embajador Wang dijo que “todos somos parte de la misma familia. Como hemos sido agredidos en el pasado por el colonialismo (europeo y de EE.UU.) primero y luego por Japón (en la II Guerra Mundial), con millones de muertos, tenemos memoria y sabemos lo valiosa que es la paz”.

El embajador recordó hitos de la política exterior china en esa línea desde la fundación de la República Popular hasta los actuales lineamientos de la Comunidad Global de Destino Compartido para la Humanidad, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la formación de los BRICS o el diálogo CELAC+China, entre otros.

El acto fue organizado por la Embajada china junto con el Observatorio Sino-Argentino de la Fundación Nuevas Generaciones, cuyos directores, Patricio Giusto y Julián Obligio, lo coordinaron.

Además de Wang, hubo un panel con tres expertos quienes hablaron del tema: Jorge Malena del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales y la Universidad Católica; Carla Oliva de la Universidad Nacional de Rosario, y el exembajador en Beijing Diego Guelar. Las relaciones bilaterales con Argentina también fueron parte del debate.

Los “principios de coexistencia pacífica” fueron expresados por China en 1954 y en 1955 el primer ministro Zhou Enlai los pronunció por primera vez en la conferencia de Bandung, Indonesia, de donde surgió el Movimiento de Países No Alineados.

Malena dijo que, junto con Zhou, fue clave el aporte de Jawaharlal Nehru, primer ministro de la India. “El budismo indio y el taoísmo y el confucianismo chinos se basan en el respeto mutuo y la armonía, y eso estuvo en la base de los 5 principios”.

Ellos son respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial, no agresión mutua, no interferencia mutua en los asuntos internos de otros países, igualdad y beneficio mutuo, y coexistencia pacífica. Para el catedrático, en aquel entonces “la guerra fría, la polarización, la formación de dos bloques rivales y la carrera armamentista amenazaban la independencia de países de África, Asia y América Latina. Setenta años después -añadió-, esos principios siguen siendo un marco de referencia y lo usan desde el Papa Francisco hasta el presidente chino Xi Jinping o el subsecretario de Estado de EE.UU. Kurt Campbell”.

Oliva, por su parte, definió la política exterior china en base a tres ejes: “tradición de constancia, criterio de adaptabilidad y espíritu trascendente”, y en ese sentido valoró la postura “no hegemónica” que sigue el presidente Xi, “no a costa de otros”, sino con una “opción abierta, innovadora y de ganancia compartida”.

Recordó que Beijing milita “contra las posturas unilaterales y una repetición de una guerra fría”.

Luego, Guelar detalló el “sorprendente y veloz posicionamiento chino en la economía y el sistema político global”, así como su “importancia, lograda en pocos años, para las economías de Argentina y de toda América Latina”. Y confió en que haya más convergencia que confrontación con EE.UU. “La rivalidad del siglo XXI tiene diferencias con la guerra fría del siglo XX y con las guerras de ese siglo y anteriores. Hoy la opción es de hierro: es coexistencia o el fin de la humanidad”. Agregó que “EE.UU. responde a una competencia muy grande, es defensivo frente a ella y se sabe que la mejor defensa es un ataque, pero esa es la lógica del capítulo de la confrontación. Hay otro capítulo de convergencia que, soy optimista, prevalecerá”.

Sobre Argentina, Wang y los expositores resaltaron los logros de la relación bilateral en buenos términos. Guelar (quien confió en que habrá viaje del presidente Javier Milei este año a Beijing, lo cual no tiene confirmación ni fecha resuelta en China) dijo que el gobierno de Xi hizo muchos “gestos extraordinarios”, pese a acciones del gobierno de Milei, como haber renovado el crédito del swap este mes, en un momento crítico para la Argentina por su fragilidad financiera.

Quizá la nota disonante la dio la diputada Juliana Santillán, de La Libertad Avanza y titular del Grupo Parlamentario de Amistad con China. Acaso sin haber escuchado o entendido lo de “respeto mutuo”, dijo que el gobierno de Milei separaba “la relación comercial con China, que se alienta entre privados, de la batalla cultural contra ese flagelo que es el socialismo”. El embajador Wang, militante de un país socialista, la escuchaba desde la primera fila.