Historias y anécdotas entre Zhou Enlai y América Latina
Se acaba de publicar en Argentina el libro “Historia y anécdotas del acercamiento de la Nueva China a América Latina después de 1949. El papel jugado por Zhou Enlai”, de Huang Zhiliang y traducido por Pablo Rovetta Dubinsky.
Editado por Blossom Press de China y Ediciones Luxemburg de nuestro país, el trabajo cubre la extensa agenda que Zhou Enlai, canciller y primer ministro chino entre el triunfo de la Revolución y su muerte en 1976, dedicó a América Latina y el Caribe.
Normalmente, la bibliografía existente cubría hasta ahora más las actividades de Zhou en conferencias de Ginebra, Suiza (sede de organismos internacionales), o la célebre de Bandung, Indonesia, donde en 1955 se reunieron los países tercermundistas que luego conformarían el Movimiento de los No Alineados. En todas ellas, el dirigente comunista tuvo un rol destacado y expuso sus conocidos principios sobre la coexistencia pacífica y la no injerencia de un estado en los asuntos de otros. En cambio, las acciones diplomáticas de Beijing hacia Latinoamérica no habían sido recopiladas en un libro en español. Rovetta, con el empuje de académicos destacados de la Academia de Ciencias Sociales de China y del Centro de Estudios Chinos y Latinoamericanos, como Guo Cunhai y Lou Yu, encaró la tarea de traducir el texto original en chino (publicado por primera vez en 2003) con un trabajo mancomunado con el propio embajador Huang.
El autor chino va narrando en su libro la diplomacia china encabezada por Zhou, un hombre leal a Mao Zedong durante toda la guerra civil y la invasión japonesa anteriores a 1949, para superar el cerco que le imponían Estados Unidos y sus aliados occidentales tras el triunfo revolucionario, cuando pese al aporte sustancial de China en esa contienda contra el Eje, la nueva república fue marginada de la ONU (hasta 1972) por la defensa que el capitalismo hizo del ejército nacionalista derrotado, materializada en el reconocimiento a Taiwán, donde se había refugiado. El tema es mencionado también en el prólogo de este libio, del politólogo Atilio Borón.
Huang va explicando las acciones de Zhou Enlai y su equipo (jóvenes que comenzaban a formar el flamante cuerpo de asuntos exteriores del PCCh y de la nueva cancillería china como, entre varios más, Ling Qing, Chen Guan, Zhou Cengchang o el poeta y dirigente Guo Moruo) en tanto participantes de conferencias de paz, actores en los primeros pasos de la enseñanza del español en China, diseñadores de la llamada “diplomacia popular”, el apoyo a las luchas latinoamericanas de liberación o los vínculos con los países de la región, empezando con Cuba desde 1959, el primero de ellos que reconoció a la RPCh tempranamente.
Al final de los capítulos, el libro reúne un valioso compendio de encuentros (con lugar, fecha y hasta la hora de la cita, recopilados de documentos del Ministerio de Relaciones Exteriores de China y de las notas del dirigente) que Zhou mantuvo con figuras latinoamericanas prominentes, entre ellas los chilenos el expresidente Salvador Allende y el poeta y diplomático Pablo Neruda, el dirigente argentino cubano y entonces titular del Banco Central de Cuba Ernesto Che Guevara, el presidente de ese mismo país Osvaldo Dorticós, el vicepresidente (luego presidente) brasileño João Goulart (foto de apertura), el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, el presidente de México Luis Echeverría, la primera dama de Perú Consuela de Velasco, el primer embajador argentino ante la RPCh, Eduardo Bradley, o quien luego sería presidenta argentina María Estela Martínez de Perón, y el exmandatario dominicano Juan Bosch, entre muchos otros, ministros, cancilleres o dirigentes latinoamericanos de variados ámbitos como el deporte, la cultura, la salud pública o la política.
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