Presentaron un libro sobre el impacto de la IFR en América Latina
Se presentó el jueves en un webinar el libro “A diez años de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Desafíos ambientales y sociales de las inversiones de China en América del Sur”, que editaron varias ONGs comoLAS, CHICDA, FARN y otras.
Se trata de un trabajo colectivo que recoge las investigaciones de organizaciones sociales y ambientales sobre los principales hitos de la relación de China con 9 países de América del Sur. Los temas son el comercio, el financiamiento y las inversiones chinas, con énfasis en el sector energético, y los impactos de los proyectos chinos sobre los ecosistemas y los derechos de las comunidades en la búsqueda de una transición energética más justa. Más de 26 proyectos de participación china son analizados (de cobre, litio, puertos, carreteras, etc.).
En el webinar se analizaron las implicaciones de las inversiones y del financiamiento chino en América Latina, tras una presentación de Paulina Garzón de Latinoamérica Sustentabley de Karin Gabbert de la Fundación Rosa Luxemburg.
Ya en el panel de autores, Diana Castro, experta ecuatoriana y subdirectora de LAS, destacó los cambios en la narrativa del tema, cómo China fue incorporando conceptos como “ecologización” de la IFR (BRI, su sigla en inglés), “BRI verde”, “desarrollo global” o “civilización ecológica”.
Para América Latina, dijo Castro, la IFR, a la que adhieren ya 22 países latinoamericanos y caribeños, fue “una continuidad de la expansión china en nuestra región”. Dio cuenta de los compromisos e intenciones del gobierno chino, pero, se preguntó -y está la inquietud desarrollada en el libro-, “¿se ven implementados en el territorio? Vemos que están lejos. Porque América Latina es un territorio en disputa, con grandes reservas naturales”. También sostuvo que “aunque muy pocos proyectos chinos en el área están etiquetados bajo el marco específico de la IFR, sí están bajo el concepto de ‘expansionismo chino’”, calificó, tras lo cual citó ejemplos en energía, petróleo, minería y agroindustria. “Son proyectos extractivos con importantes impactos en la región”, dijo.
También en el panel de presentación, para el argentino Ariel Slipak , de FARN y quien escribe un capítulo con Guillermina French, su trabajo parte de categorías como “consenso de Beijing” (donde se piensa la relación China-Latinoamérica “bajo la luz de la teoría de la dependencia, porque son asimétricas, coercitivas y para seguridad alimentaria y energética chinas, y generan o profundizan más injusticia ecológico-distributivas y los pueblos pagan”, opinó.
Otra noción puesta en debate por el autor fue la de transición energética, pero “no es un mero cambio matriz, sino lo pensamos en que la energía sea descentralizada y democrática, con cambios sistémicos”.
Para Argentina, su capítulo analiza los casos de Vaca Muerta, las represas de Santa Cruz y la minería del litio “sobre grandes humedales andinos”. Observó, en esos y otros proyectos, “límites a la transferencia de tecnología, al ascenso de cadenas de valor y a la legislación ambiental, con impacto ecológico”.
También hablaron en el webinar Marco Gandarillas de Bolivia y el caso de la minería y desde Perú, Alejandro Chirinos, en este caso de la necesidad de inversiones que tienen el país y el gobierno por la larga crisis que atraviesa, la más emblemática de las cuales es el puerto Chancay, con 3600 millones dólares de inversión prevista. La primera etapa se inaugurará este año en el marco del foro APEC y el experto habló del impacto poblacional y la transformación de la costa central peruana. Si bien es “una gran oportunidad, vemos el riesgo de mantener el rol primario exportador, la pérdida de ciertas soberanías estratégicas y dos retos: reducir las posibilidades de afirmar una relación de dependencia y respetar el equilibrio ambiental”.
Como conclusión, la chilena Maia Seeger hizo algunas reflexiones sobre el financiamiento condicionado, efectos socioeconómicos, conflictos comunitarios, entre otros.
PUBLICAR COMENTARIOS